𝐄𝐥 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚

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Abe tocó mi puerta esa misma noche. Pero no venía solo, al parecer mi novio decidió acompañarlo.

—. ¡Amelia abre! —me gritaba Abe al otro lado de la puerta.

Se escucharon murmullos, y después los pasos de Enoch que se alejaban. Suspire, y abrí la puerta a Abe. Quién me miró con dolor

—Amelia....

—¡¿Como puedes hacer esto?! ¡Alejarme de mi familia! ¡Sin si quiera tomar mi opinión en cuenta! ¡Eres tan egoísta! ¡¿Que no pensaste en mi?! ¡¿En mi relación?! ¡¿En TÚ relación?! —grite mientras me regresaba a mi cuarto, y caminaba de un lado a otros, gritando. Abe, en cambio, entro a mi cuarto cerrando la puerta tras de si, y se sentó en mi cama, a verme—. ¿¡Que va a pasar con Emma?! ¡¿Y con Enoch?! ¡Y con el bucle que la señorita va a iniciar...! Ya no podremos volver..... —susurro lo último, dejando caer algunas lagrimas—. ¡Eres un....!

—¿Un....? —me alienta a continuar desde la cama, inclinando ligeramente la cabeza

—¡Un maldito egoísta!

Lo miro hechando fuego por los ojos, pero el solo se queda callada, con expresión neutra.

—¿¡No dirás nada?!

—Espero a qué termines —contesto, neutro—. ¿Ya acabaste? —no respondí, solo me cruce de brazos y me quedé ahí, en medio de mi habitación, mirando hacia la pared, con los labios fruncidos también—. Bien, para empezar: yo me iré solo, tu te quedas —lo miro sorprendida, abro la boca para hablar, pero me interrumpe—. No quiero que me acompañes a viajar por el mundo para conocer más peculiares con los que te encariñaras, y al final tendrás que dejar. Segundo: no soy egoísta, mis motivos y razones son lo opuesto a egoístas. Y tercero: lo que pase conmigo y con Emma se quedará entre nosotros —hizo una pausa antes de continuar—. Ahora, si de verdad quieres pasar mis últimos días aquí, enojada conmigo por mi decisión, está bien. Pero al menos ten en cuenta que..... Si me voy —ahora el también tiene lágrimas—. Y el bucle se inicia.... Jamás regresaré.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas. Claro que estoy molesta, pero estaba dispuesta a acompañarlo. Y ahora... Esto

—Abe —gimo acercándome a el para abrazarlo con fuerza. El me corresponde—. Maldito idiota ¿por qué haces esto?

El sabía que yo lo sé. Por eso no contesto, solo se dedico a acariciar mi cabello.

Si, tiene que hacerlo, pero no soporto la idea de que mi hermano se valla. Es decir, mi alma gemela, mi media naranja la persona que siempre estuvo para mí, se irá. Y, existe una posibilidad, de que no regrese jamás.

Esa noche, Enoch durmió conmigo, me aferre a el mientras lloraba silenciosamente. Estaba abrazada de su cintura, mientras sollozaba en voz baja. Y el me acariciaba el cabello, y me besa la frente debes en cuando. Asta que me dormí, y no supe más.

La mañana siguiente, todos los niños estaban deprimidos. Pero apenas tuve tiempo de preocuparme por ellos, ya que Abe y yo salimos juntos después del desayuno. Ayer me dijo que me llevaría a algún lugar, pero como estaba entrenando, no fuimos. Hoy lo haremos.

Aproveche el camino para hablar con el sobre mi SP, le dije que la estaba entrenando, y que también haría lo mismo con mi telequinesis, solo para estar preparados. El me sonrió, y me dijo que hacía correcto. El resto del camino fue hablando sobre los buenos tiempos. Los momentos que pasamos juntos. Como la plática sobre el amor que tuvimos hace años. ¿Quién lo diría? Ambos terminamos con pareja.

Llegamos a la playa, solo que en esta parte el agua está casi trasparente. Muy hermoso, nos metimos, y jugamos y nadamos asta que se hizo hora de comer. Se nos había olvidado la comida, así que tuvimos algo de prisa por regresar a la casa. Lo que resta del día Abe lo pasará con los niños.

𝐃𝐢𝐟𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭 «𝓔𝓷𝓸𝓬𝓱 𝓞'𝓒𝓸𝓷𝓷𝓸𝓻»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora