Ese día Aether había tenido un sueño un tanto problemático, por lo que sus pensamientos estaban en otro lugar y tiempo, además de que sus nervios estaban a flor de piel.
- Deberíais dejar los nervios de lado, paseemos hoy por el jardín si gustáis. - Aether tan solo asintió, quizás la calma del lugar le ayudar a sosegar sus pensamientos. - Ese adorno que lleváis siempre en el cabello, es muy lindo. Me gustaría que llevarais alguno que yo os regale, estoy seguro que os quedará hermoso. - El joven de cabello rubio quedó pensativo tocando inconscientemente en ese momento aquel adorno perteneciente a su hermana. Alatus lo interpretó quizás de forma errónea por sus futuras palabras, pero lo cierto es que aquel adorno solo hacía que el otro pensara en dónde estaría su hermana, comenzaba a preocuparse por su bienestar. - Supongo que os lo dio alguien importante y que por ello no os separáis de el. - Se veía algo triste. Aether en ese momento observó su expresión, la cual lo hizo sentir mal, por lo que decidió comunicarse por escrito ya que sus palabras no debían salir de su boca. Por suerte para él, era capaz de reproducir la letra de su hermana casi al detalle, así que si preguntaran a alguien más, Lumine era la que escribió aquello.
- " No pongas esa expresión, sonríe. Lo cierto es que este adorno pertenece a mi familia desde hace mucho, es por ello que es importante, y que cada generación que lo lleva lo trata como un tesoro. " - Terminaba mostrando el papel para que el otro lo leyera.
- Ya veo, ahora lo entiendo. -
- " Por cierto hay algo que me gustaría pedirte, y es que no seas tan formal conmigo durante estos días. Es extraño tanta formalidad para mi. " - Sonreía el joven Alatus al leer esto.
- De acuerdo, no tanta formalidad si a cambio accedes a tener una cita fuera de este lugar. Estoy seguro de que os divertiréis saliendo un poco. - El joven rubio dudaba por un momento, no estaba seguro si aquello sería buena idea, pero tampoco perdía nada al cambiar de escenario, ¿no?. Al final tan solo asintió con su cabeza. - De acuerdo, es una promesa entonces. Y no te preocupes, no te llevaré tan lejos en nuestra primera vez. - Aether se sintió aliviado, estaba siendo muy considerado por su parte, y pensar que no era la persona que debería estar ahí... suspiraba mientras observaba la tierna mirada que le dedicaba aquel joven de dorados ojos, y que en cierto modo le hacía sentir culpable. - En fin, he de marcharme. - Volvía una vez más como los días anteriores a tomar su mano y besarla en señal de despedida. - Esperaré con ansias nuestra salida. - Con esto terminaba marchándose.
Mientras cambiaba de lugar, suspiraba avanzando por aquellos pasillos que durante estos días se notaban más largos y monótonos que de costumbre. En cierto momento terminó parándose a observar uno de los árboles del lugar, en aquella época estaba hermoso, todo lleno de flores.
- Tan parecidos y a la vez tan distintos. - Un hombre recitaba esta frase con mucha razón. Se trataba de su padre, quien en aquel momento observaba a su hijo. - Era cierto lo que tu madre decía, estas hermoso, sin embargo me gustaría verte más feliz. - Aether se sorprendió y terminó sonriendo.
- No os preocupéis padre, estoy bien, tan solo algo cansado. -
- Si tú lo dices... - Se acercaba un poco más a su hijo para observar la misma vista. - Siempre me pareció hermoso ese árbol, incluso cuando todavía no era más que un retoño con nada más que dos ramitas, pero al final creció alto y fuerte, al igual que vosotros. - Tomaba a su hijo entre sus brazos y terminaba besando su frente. Aether por su parte correspondía aquel abrazo. - Aún seguís siendo mis niños consentidos. - Aprovechaba este para soltar el cabello ajeno. - Siempre pensé que el pelo suelto te queda mejor. - El joven sonreía mientras su padre acariciaba su cabeza. ¿ Cuánto hacía desde la última vez?, bastante sin duda, pero eso era parte de crecer, ya no era un niño pequeño y su padre tenía obligaciones que cumplir por lo que su rato juntos era limitado en la mayoría de ocasiones, aunque siempre sacara tiempo para pasarlo en familia cuando las fechas importantes llegaban.
- Por cierto padre, hablé con madre y me comentó los del baile. Estoy algo preocupado ya que se supone que será ocasión para conocer a los candidatos como mi pareja... - Conocía muy bien a su hijo, y sabía que cuando dudaba se debía a algo importante, él a diferencia de su hermana era demasiado responsable con sus decisiones y no se retractaba de lo dicho incluso eso le trajera problemas.
- Escúchame bien, no voy a obligarte a nada. Si no lo deseas, no tienes porqué elegir en ese momento, entiendo que aún eres joven y es por ello que no quiero que te arrepientas por darte demasiada prisa. -
- ¿Pero no te decepcionaremos o avergonzaremos por ello?- Los ojos vidriosos del joven miraban directamente a los de su padre. Este suspiraba y enternecía su semblante para volver a acariciar su cabeza.
- No debes preocuparte por ello. Esa no es una razón válida para avergonzar a un padre. O al menos no a mi. Sin embargo tendréis que ir a las entrevistas y pasar por todo este berenjenal para no llamar la atención de los ancianos. Quizás sea un suplicio, pero no te preocupes, pasará. Ahora ve a cambiarte, vamos a cenar en breve. - Asintiendo el joven se retiró. - Quisiera decirte la verdad... -
- Ni se te ocurra. - Llegaba inesperadamente su esposa. - Si se lo dices será aún peor, además me quitarás la diversión. - Mientras esta sonreía, él suspiraba.
- Deberías buscar otro hobby querida. -
- Oh, vamos cariño, acaso no es adorable ver lo mucho que se esfuerza por su hermana. -
- Hablando de nuestra hija, ¿ has hablado con ella?. -
- Si, y volverá según lo acordado. -
- Bien, si tú lo dices me quedo tranquilo. Vamos a cenar. - Mientras tanto Aether salía de su habitación y se dirigía hacia el comedor. Durante la cena se contaron algunas anécdotas que daban lugar a algunas risas. De esta forma terminó el día y se fueron a descansar.
Un par de días transcurrieron desde su última visita. Debido a unos asuntos personales, Alatus no pudo visitar a Aether, por lo que una carta de parte del primero fue enviada donde describía con más detalle aquella cita que tenían pendiente.
" Te he echado de menos, pero debido a unos asuntos urgentes me ha sido imposible visitarte. Espero que no creas que me he olvidado de ti, y mucho menos de nuestra promesa. Deseo con ansias que llegue el sábado para poder encontrarnos de nuevo.
Oh, casi lo olvido, te mando un par de obsequios con la carta. Un ramo de mi flor preferida, y el otro se trata de un colgante que espero lleves durante nuestra cita. Se lo importante que es para ti aquel adorno del cabello, por lo que me he dado por vencido. Espero que te guste.
X. Alatus. "
Al abrir la cajita, se podía ver un colgante con lo que parecían varios tipos de complementos. Uno de ellos se trataba de un adaptador que lo convertía en broche, mientras que los otros dos eran cadenas para colgarlos al cuello, una corta que quedara ajustada, y una mucho más larga.
- Bastante lindo, ¿cierto?-
- Madre. -
- Una flor blanca, creo que se trata de la flor chingxin. - Decía mientras tomaba el ramo para colocarlo en un jarrón. Al observar a esta con el ramo entre sus manos, descubrió que la pequeña flor que había en el colgante. Este contenía la misma rodeada de un tono aguamarina, que al tomarlo entre sus manos, notó como la parte de atrás tenía algo, al girarlo pudo apreciar el símbolo de poder anemo. Realmente era algo un tanto especial, nunca imaginó un detalle como ese.
- Debe gustarle mucho esta flor, aunque en cierto modo entiendo el por qué. - Era simple pero bella, limpia. Un olor nostálgico llegó a sus fosas nasales mientras estaba absorto pensando en la procedencia de aquel colgante. - Ese olor me recuerda... -
ESTÁS LEYENDO
Fanfic XiaoAether
FanfictionFacnfic XiaoAether. Los personajes son propiedad de Mihoyo, denles amor uwu. Contiene algunas escena +18, relación chico por chico, omegaverse.