Cita 6.2

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- Mi hermana se enfadará por esto. - suspiraba, tras lo cual alzaba la mirada con una mezcla de enfado y cansancio de aquello. - Tú, cómo debo llamarte. - Antes que la otra contestara. - Entrometida, estúpida, zorra... -

- ¿ Cómo te atreves? - La ira invadió a aquella chica en ese momento, pero no esperaba la reacción del otro. Atacó de forma rápida, sin embargo, Aether por su parte esquivó el ataque girando sobre si mismo, empujando a la joven en el proceso, lo cual hizo que callera de bruces contra el suelo.

- Si pensabas que por ser chica iba a dejar que acertaras, estás muy equivocada. No pienso ser suave con alguien que me ataca sin ningún motivo. - tras esto invocó su espada, y se acercó a la joven que estaba en el suelo. Pisó su lanza para que no pudiera usarla y apunto su arma contra ella. - Si intentas algo, acabo contigo. - Sus años de entrenamiento no habían sido solo un juego. Incluso se había enfrentado a su hermana en numerosas ocasiones, siendo regañado por la misma al caer en trucos baratos o tenerle lástima. Ya le habían repetido que no debía dejarse engañar por cualquiera o podría costarle la vida, cosa que en ese momento agradecía recordar.

- No vas a salirte con la tuya. - Se giraba llorando para mirarlo a los ojos y no poder hacer absolutamente nada. - Él es mío y tú no vas a entrometerte. - 

- Y crees que me importe lo que tú digas. - Reía, aquello era tan irreal, tan absurdo... Apartó su espada y se alejó de la chica mientras negaba con su cabeza. - Esto es tan estúpido... si tanto lo amas lucha de forma limpia, no llegues a estos extremos. - 

- Ja, habla aquel que lo está engañando completamente. Haciéndose pasar por una mujer, ¿acaso quieres darme lecciones de decencia niño?, no sabes nada. A ti ni siquiera se hubiera molestado en mirarte si no pensara que eras aquella linda muchacha, pero yo puedo darle una familia, tú no. - Sonreía con superioridad. En ese instante Childe hacía acto de presencia desde detrás de la chica, cosa de la que al parecer solo Aether era consciente. 

- Puede que tengas razón, pero yo no quería hacerle daño a nadie, solo lo hice para proteger lo que siempre fue más importante para mi. Pero tú, ni siquiera imagino cual sería un motivo válido para atentar contra la vida de alguien tan fácilmente. - 

- Bien, no lo entenderás de todas formas, además ni siquiera me molestaré en explicártelo cuando estás a punto de morir. - Se abalanzó de un momento a otro, Aether ni siquiera cambió su expresión, tan solo observó como caía al suelo al ser su pierna atravesada por una flecha. Un grito de dolor se escuchó en el lugar, precediendo a una herida que derramaba la sangre de aquella chica que se retorcía de dolor durante unos momentos. 

- No intentes moverte. - Más que una advertencia era un consejo, palabras que la otra tomó como un desafío e intentó levantarse, obteniendo de esa forma otra herida de las mismas característica en el brazo que usó de apoyo. De nuevo otro grito y más sangre además de maldiciones por parte de aquella que estaba en el suelo. 

Aether suspiraba acercándose a las ropas que había tiradas que anteriormente llevaba. Era la última vez que llevaría aquello, cosa que sería un alivio si no fuera por lo que eso significaba. 

- ¡Te encuentras bien! - Llegaba el joven de cabello oscuro acompañado por Kazuha, quien miraba la escena y parecía aliviado de que la situación estuviera bajo control, aunque notaba que el ambiente era un tanto tenso. 

En el momento en que Alatus intentó tocar a Aether, este lo rechazó. 

- No soy la persona que esperabas ver. Mi hermana no se encuentra aquí. - Decía mientras recogía el colgante que estaba unido a la camisa, regalo que recibió del otro. Lo miró por unos segundos y se lo devolvió con esto último. - Siento todo esto. - Sin siquiera mirarle a los ojos, Aether dejó el lugar. 

Al llegar a casa se encerró en su habitación. Se tumbó sobre la cama de lado sin querer ver a nadie. No lloraba, no suspiraba, no pensaba en nada. Si lo hacía lloraría y no quería que lo vieran de ese modo. 

Llegada la hora de la cena, el joven seguía encerrado y en la misma posición. Su madre entraba para verlo, pero a diferencia de todas las anteriores, esta vez ni siquiera se molestó en moverse. Estaba muy desanimado. 

- Deberías intentar comer algo. - Decía mientras comenzaba a quitar las flores y soltar el cabello de Aether, quien tan solo cerraba sus ojos intentando dormir. Ni siquiera podía hablar, la vida era tan injusta... Suspiraba. Al final su madre lo dejaba solo. 

En mitad de la noche despertaba, su ventana estaba abierta por alguna razón que él mismo desconocía y una brisa entraba trayendo consigo un olor familiar. - Flor Xingxin... - Saltó de su sueño para volver a la realidad, mirando a la ventana que cerrada estuvo todo el tiempo. Respiraba con dificultad mientras miraba a su alrededor y terminaba posando su vista sobre las flores en su mesita, las cuales tomaba en sus manos para posteriormente liberar sus lágrimas sobre ellas. 

Se levantó y abrió aquella ventana para salir al balcón. El viento era algo violento y el cielo estaba nublado al igual que su corazón. Comenzaba a llover y mientras lo hacía contemplaba las flores en sus manos para liberarlas con el viento y ver como se alejaban. Ya no quería tenerlas cerca, era algo que le recordaba lo que había perdido, que lo haría sufrir cada vez que su aroma se posara en sus fosas nasales. Quería olvidarlo, tenía que hacerlo. El cómo, no lo sabía, y el lograrlo estaba lejano, o tal vez ni siquiera era una opción. Algo dentro de Aether era extraño, dolía y gritaba que fuera a buscarlo, pero otra parte de si mismo tenía miedo de que él no le perdonara el haberle mentido. 

Los siguientes días los pasaría tranquilos por los rincones, no comería mucho y su alegría abría desaparecido. 


Fanfic XiaoAetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora