Cita 5

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Los días siguiente pasaron sin mucho que contar. Alatus visitaba a Aether, conversaban sobre cosas sin importancia y reían. Cada vez que se marchaba el moreno, Aether se desanimaba, "pronto todo terminará y no volveré a verlo", se repetía a si mismo. Esas palabras cada vez eran más dolorosas. Ya no importaba el hecho de haberle mentido debido a su hermana, ahora su propio corazón gritaba de miedo y tristeza por perder lo que realmente deseaba, por primera vez en su vida realmene quería ser egoísta. 

- No te ves bien. - Casi maldijo en alto cuando Alatus se preocupó por él pillándolo desprevenido mientras pensaba en sus cosas. - Hay algo que te preocupa, ¿cierto? . - Este alargó su mano para tocar su mejilla y hacer que el de cabello rubio lo mirara a los ojos. Aether en en ese momento agachaba la mirada y la echaba a un lado. Realmente mostraba su expresión de preocupación por lo que era inevitable y que no diría. Quería pasar felizmente el tiempo que le quedaba junto al otro. - Esta bien si no quieres decirme, pero al menos alegra esa cara. - En ese momento besó su frente, y Aether estalló en llanto, un llanto silencioso que lo hizo abrazarse a Alatus, el cual se sorprendió, y seguido lo rodeó con sus brazos. Después de aquello, el rubio no tardó en quedarse dormido. La falta de sueño y el comer poco últimamente le estaban pasando factura. 

- Oh, veo que al final el sueño le ha podido. - Entraba su madre observando aquella imagen mientras su semblante era de preocupación. - Supongo que tendremos que acelerar el proceso. - Alatus no apartaba la mirada de Aether. 

- Quizás deberíamos contarle la verdad. - 

- No, aún no. Ya sabes lo que dicen, si quieres engañar a tus enemigos, primero van tus aliados... - Muy a pesar del joven, la mujer tenía razón. Aún no era el momento de hacerlo, para ello debían terminar con unos asuntos que concernían tanto a uno como al otro. 

Al final tomó el cuerpo de Aether y lo llevó a su habitación, recostándolo en la cama y besándolo en los labios de manera suave. Al mirar de cerca podía ver algunas ojeras que habían sido disimuladas con maquillaje, mientras, algunas lágrimas continuaban saliendo. No deseaba dejarle solo, pero tenía asuntos importantes que atender. 

Salió de la habitación, habiendo dejado una carta y un pequeño ramo de flores chingxin. Su olor calmante seguramente lo ayudaría a mantenerse tranquilo mientras él no estaba. 

- Se nos acaba el tiempo. - 

- Lo sé, y probablemente nos traerá problemas. Al menos nuestra hija se mueve rápido, eso ya es un alivio. Kazuha dile a la capitana Beidou que tiene nuestra más sincera gratitud. - 

- No se preocupe, le haré llegar el mensaje. - 

- Por otro lado deberíamos comenzar a tomar las contramedidas pertinentes. Esa persona no es de fiar, y algo me dice que hará cualquier cosa para conseguir su objetivo. - 

- Los sé. Toda precaución será poca, sin embargo todo terminará en unos días, mientras tanto debemos continuar sin llamar la atención. - 

- Cualquier paso en falso, puede llevarnos al peor de los escenarios. De todas formas si se trata de encargarme de alguien, no fallaré. - Terminaba diciendo Childe dando a entender que no cometería el error de dejar escapar a su presa, mientras su mente vagaba atrás en el tiempo recordando algunas cosas mientras observaba a Alatus. 

Quizás los gemelos fueran demasiado jóvenes por aquel entonces, pero lo cierto es que él aún recuerda aquella escena. Un joven de unos siete años, de cabello oscuro subiendo a un árbol, mientras era perseguido por un pequeño rubio quien además de no superar los cuatro años de edad, no decía muchas palabras, pero si lloraba bastante. En principio parecía que el mayor lo evitara, pero tras unos momentos descubriría que no era de aquella forma. 

Cierto es que el joven subió al árbol, pero lo hizo para tomar una manzana y dársela al más pequeño haciendo que este sonriera de manera tierna. El mayor no podía hacer otra cosa que no fuera sonreír mientras veía al pequeño disfrutar de aquella fruta, la cual ofreció al otro para que también la probara. Terminaban de comer para marcharse del lugar mientras el padre de Childe comentaba una frase que el propio joven no entendía por aquel entonces. Apenas tendría unos diez años, lo suficiente para recordar, pero no para entenderlo. Con el tiempo terminó comprendiendo aquellas palabras y daba la razón a su padre, esos dos se habían conocido demasiado pronto, pero no era algo malo en si, en algún momento se podría volver una ventaja. 

Después de aquello, esos niños no volverían a verse en mucho tiempo. Una pena para unos destinados, sin embargo uno de ellos al ser algo más consciente terminaría buscando a su pareja por cielo y tierra en algún momento. 

Para ese momento, algunas cosas ya habían pasado, y ciertas personas se movían entre las sombras. Algunas familias con bastante influencia aquí y allá deseaban más poder, y con ello optar a tomar el control de las regiones, además de poco a poco ganarse de aquella forma la oportunidad de entrar a formar parte de las familias más allegadas a los miembros de Celestia, para por último hacerse con el mando de la misma. Se podría decir que su ambición no tenía límites, y sus escrúpulos no existían. Eran capaces de cualquier cosa, y los que pagarían aquello, serían inocentes que no deseaban nada de eso. 

Tras tiempo en las sombras, Lumine con ayuda de algunos aliados de distintas regiones, se dedicaron a conseguir suficientes pruebas para frustrar los planes de tanto la parte visible, como las personas que se encontraban moviendo los hilos de tan espantoso plan. Esta recordaba constantemente los últimos momentos que pasó con su madre y el como dejó su casa. Antes de salir de aquel lugar, tan solo una frase salió de los labios de aquella muchacha: " Las cosas que hago por amor. " y sonriendo, se marchó del lugar sin ser detectada por ninguna de las personas de la servidumbre. 

A partir de ese momento el reloj comenzaría a girar sus manecilla dando paso a una cuenta atrás que nadie podría detener, y los actos durante esta marcarían el destino de las personas implicadas. 


Fanfic XiaoAetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora