[Parte 6]

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Gobernadora y Guanajuato guiaban a los cuatro países hacia la casa de la primera mencionada.

Ella los estaba guiando pos unas cuantas calles llenas de adornos a la virgen de Guadalupe, varios locales tenían una imagen o dos con flores, luces, etc.

Conforme se acercaban a una calle privada, los demás países se acercaban a esta calle privada. En el final estaban colocadas más luces que en los locales.

–Les va a llegar caro el recibo de la luz —susurro a su estado.

–Y es tu casa mujer —le contesto.

–A la —susurro España seguido de exclamaciones de asombro por parte de los demás.

–Así es, Bienvenidos al rancho Las Trojas —hizo un ademán del lugar en si teniendo nombre— y Bienvenidos a la posada ☆Tsänuë☆,  espero sea de su agrado.

Ingresaron y observaron el campo abierto, dos hoteles de al menos altura de cuatro pisos y longitud mayos a las cinco habitaciones. Un gran prado con un estanque que liberaba los sonidos de ranas y otros insectos. Más al fondo estaban unos cuantos terrenos con sembradíos de frutas y verduras. Detrás de los edificios estaban piscinas para adultos y menores.

En parte, lo mejor de esta posada era la vista, podías apreciar el amanecer, atardecer, las estrellas, la Luna.

Esta zona se miraba que era demasiado grande, en parte se esperaba viniendo de una figura de poder pero no creían que fuera del poder político.

Agregando que estaba algo parecido a un mercado, necesitan pasar a ver ese lugar.

–¿Ah chinga, pos que político vive aquí? —dijo en voz alta.

–Nada que ver con políticos en este lugar, todo este terreno le pertenece a mi familia —avanzo por el camino principal hacia el primer hotel con el "1" en frente.

Mientras caminaban se iba escuchando La Frontera de Juan Gabriel. Momento épico para algunos hospedados y por hospedarse.

Llegaron a recepción, donde un joven de tez morena no ocultó su emoción al ver a los nuevos y por un momento se apreció desagrado al ver a uno en particular.

–¡Mi amor! ¡Al fin llegas! —el joven dejó su puesto para correr hacia la compañera del estado, llegando junto a ella la apriciono en sus brazos— ¡Te extrañé tanto!.

La tensión era palpable, y un poco incómoda por las palabras cursis, al parecer de Gto.

–See Suelta me por favor Brayan —pidió ella.

–Si cariño, si —la solto de la cadera para tomarla del brazo y estar a su derecha— ¿Quienes son estos?.

"Se ve que no es inteligente" pensaron la mayoría, pero como no hay internet, no se puede traducir lo que dijeron cada uno de los países.

–Ellos Brayan, Ellos —se notaban sus palabras firmes y sin un ápice de cariño  como se dirijo a ellos.

– Si, si si, ¿Quienes son Ellos? —paso su brazo por la cintura de ella, omitiendo la cara de asco del estado.

Acción no desapercibida por su padre y una chica.
No hicieron ni dijeron nada ante eso, así que esperaron a que la rivalidad entre dos miradas pasara para después hablar.

–Bueno pues, en esta parte del hotel les hemos asignado sus habitaciones —ella se liberó del brazo en su cintura con un ligero golpe a las costillas del sujeto que perdió el aire— Cualquier duda o petición, pueden marcar a Recepción. Ahora, déjenme guiarlos a sus habitaciones.

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