Lluvia

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La lluvia es un fenómeno extraño, cae agua del cielo.

El viento parecía estático, la lluvia caía como pelusa y el mercado de mediodía justo se había puesto. No había mucha gente caminando, la mayoría eran otros mercaderes en sus puestos.
- Lleve sus ofiucos fritos!
- Manzanas heladas, manzanas heladas de sobra!
- Hola Jake!
- Hola amigo, buena tarde! Cómo van esos ofiucos?
- Hoy ya vendí 3!
- Como vas a vender tantos si el mercado se acaba de poner? A quién en su sano juicio se le ocurre comprar ofiucos a esta hora del día?

Una niña de cabello negro paseaba por la ciudad, saltaba de roca en roca en un camino mojado, la niña disfrutaba del trayecto pero mantenía un ritmo apresurado. "Si las gotas de lluvia fueran ofiucos fritos" cantaba mientras resguardaba 3 ofiucos fritos de la lluvia con un periódico. "Un momento!" Pensó. Había llegado a un pequeño puente de roca donde pasaba un riachuelo por debajo.
- Hmmm... El piso se ve extra resbaloso hoy.
- Jo jo jomomomo!
- Qué fue eso?! Quien anda ahí?!
Un hombre con un sombrero se encontraba debajo a un lado del riachuelo con una red y una caña.
- Yo quise cruzar el puente pero ya no hay nada que hacer, me tardé demasiado en salir de mi casa aunque sabía que había lluvias pronosticadas y llegué ya cuando el puente lamia se había mojado.
- Pero necesito ir del otro lado, llevo estos ofiucos recién fretidos! Si me tardo más se van a enfriar.
- Jo Jomomomo!
- Qué es ese sonido señor?
- Estoy riendo.
- Qué le parece tan gracioso?!
- Mira esto niña, el puente lamía está construido sobre este riachuelo en donde de vez en cuando pasan decenas de ofiucos. Cuando vi que el puente se había puesto así me rendí y me puse a pescarlos para no desperdiciar tiempo.
- A qué hora dejará de llover?
- Mmm... Puede que en 5 horas... Y en otras 6 se secara suficiente el puente para poder cruzar.
- Tanto?! No tengo tiempo, voy a cruzar ya!
- Cómo te llamas, niña?
- Vanessa.
- Ten mucho cuidado Vanessa, la última vez que mi sobrino intentó cruzarlo así se resbaló a media subida y salió disparado hacia atrás como una resbaladilla.
- Nooo, mis ofiucos! Y usted quién es?
- Soy Hu mao mao, un vendedor de ofiucos.
- Mmm! Su nombre es muy complicado, le voy a decir Don ofiuco.
- Jomomomo! No me molesta, se me hace muy gracioso!
- Adiós, voy a cruzar ese puente!
- Adiós, cómprame ofiucos la próxima vez!

Vanessa se paró frente al puente, pensó un poco la situación. Los ofiucos ya no estaban burbujeantes como cuando salieron del aceite. Después de pensarlo un poco Vanessa se empezó a comer un ofiuco, la textura crujiente y el interior suave y jugoso la reconfortaron ante el frío y húmedo clima, era la comida favorita de Vanessa. Los ofiucos se antojan más cuando está lloviendo.
Después de acabárselo y tirar el palillo donde estaba ensartado, Vanessa caminó hacia el puente, pisando con cuidado el piso de piedra labrada que al avanzar más ante el puente se volvía más mohosa. Vanessa se tomó del barandal que estaba igual de resbaloso que el piso y se asomó abajo del puente.
El riachuelo por debajo del puente tenía una pequeña cascada, era como si hubiera un escalón por debajo del agua, logró ver cómo unos incautos ofiucos llegaban al escalón pero no podían bajarlo. "Por qué?" "Por qué no siguen su camino?" El piso debajo del riachuelo también era de la misma piedra, fue hecho para evitar inundaciones en la ciudad hace ya muchos años, el riachuelo conecta con una parte de la ciudad donde se acumula mucha agua y un lago que impulsa el agua hacia el final del tramo. Los ofiucos se estaban resbalando en una protuberancia del canal de piedra, se estaban resbalando y regresaban a su punto inicial. "Es justo lo que pasa en el puente!" Solo que los ofiucos son resbalosos ya de por sí, si era difícil para Vanessa entonces no me imagino que tan mal la debían estar pasando esos ofiucos.
Normalmente los ofiucos van en grupos de 5 llamados "mayores" ya que tienen forma de "V" en donde el lado abierto va hacia el frente.
En una de esas, el ofiuco alfa, que es el que va en la punta, se regresa contra la corriente. Vanessa se sorprendió "No te atrevas a dejarlos ahí!" Gritaba en su mente mientras formaba un puño con la mano. El ofiuco nadó con todas sus fuerzas y cuando llegó suficientemente lejos, volteó y logró salir disparado por encima del bulto de piedra, quizá si hubiera llovido más fuerte no habría tenido que hacer eso, en seguida todos los demás ofiucos lo copiaron y lograron pasar.
- Hey, he sido bendecido por el hada de los ofiucos! - gritó el pescador en felicidad.
Vanessa se quedó pensativa por un momento, agarró fuertemente sus ofiucos, tomó carrerilla hacia atrás, una fuerte llama salió de las plantas de sus pies, Vanessa corrió al puente y al llegar se deslizó hasta que llegó a la cima, pero no pensó en cómo bajar.
La inercia la empujó más de lo requerido para subir, intentando retomar el equilibrio, Vanessa soltó accidentalmente un ofiuco. El grasiento y delicioso refrigerio dió 2 vueltas en el aire y la lluvia. Vanessa no tenía planeado perder lo que batalló tanto en conseguir, se agachó mientras iba cuesta abajo y saltó hacia adelante para agarrar el ofiuco antes de que cayera al piso y se deslizó hasta que llegó a la parte sin moho del lado opuesto del puente.
La misión había sido cumplida, los ofiucos se salvaron y otros fueron capturados.

Vanessa llegó corriendo a un edificio, entró por la puerta automática pero casi se golpea con ella porque estaba tan limpia que no se notaba. La mujer que estaba en la recepción rodó sus ojos al ver cómo la niña entraba cubierta de lodo ensuciaba todo el piso blanco.
En algún lugar del edificio un joven de cabello lacio caminaba junto a una niña de tez oscura y cabello esponjado como una oveja que le cubría los ojos. Vanessa logró verlos desde lejos y corrió hacia ellos
- Tetris!
- Ah Mira, es Va- Los ojos de Tetris se dilataron, su mandíbula cayó y dejó de moverse cuando vio un rastro de agua café por todo el piso.
- Albris! Te traje un regalo! - Vanessa le entregó un ofiuco a la niña que parecía oveja.
- Vanessa, mira como dejaste el piso.
- Perdón, es que empezó a llover y pasé por el puente lamia...
- Puente lamia? Lloviendo?! - Tetris estaba molesto pero Vanessa sabía que en el fondo estaba más preocupado que nada.
- Perdón, no quería que se enfriaran los ofiucos... Mira Albris, esta es mi comida favorita, quería comer contigo pero tuve que comerme el mío en el puente porque no podía con todos!
- B-Bueno...
- Qué le voy a hacer? Lo bueno es que estás bien. - A final de cuentas ver feliz a las niñas calentaba el corazón de Tetris. - Muy bien, cuando Albris termine de comer la vas a dejar conmigo para cortarle el pelo y tú te irás a bañar, diría que se bañaran juntas pero no puedes ir por ahí dejando manchas cafés y oliendo a ofiuco.
- Sí, señor!
La leve sonrisa de Albris le hacía saber a Vanessa que estaba disfrutando el ofiuco y eso la hacía feliz.
- Oye Tetris, también te traje uno a ti!
- En serio? Wow, Me encantan los ofiucos fritos cuando llueve, muchas gracias Banny. - Tetris acaricia el pelo de Vanessa y toma el ofiuco. - Regreso en 5 minutos.
- Bien, yo la cuido. - Vanessa guiña el ojo y da pulgar arriba, Tetris hace lo mismo y desaparece del lugar.

En cuanto Vanessa cierra los ojos y los abre se ve en una habitación, acostada en una cama, la ventana tiene gotas y se ve que está lloviendo fuera.
- Vanessa, cómo estás? - N9 estaba en la puerta de la habitación, parecía que iba entrando.
- N9?
- Te desmayaste después de usar una gran cantidad de energía. Cuando te sientas bien me llamas, Albris quiere hablar contigo sobre tus hábitos alimenticios.
- Quiero irme a casa.
- Cuando te sientas mejor. - N9 se retira y cierra la puerta. Vanessa se da la vuelta hacia la ventana y se queda viendo las gotas. Un sentimiento impredecible la inunda, abraza fuerte su almohada y llora en ella para esconder su llanto.
Después de una hora se recuesta boca arriba, el sonido de la lluvia contra la casa era calmante, sin embargo Vanessa no podía comprender si se sentía triste o feliz. Sobrepensó si debía sentirse bien o mal hasta que se rindió, decidió reír y agradecer las cosas que tenía en silencio y a solas.

Trappist - hace aproximadamente 10 años.

- Me hablaba, señor Juves?
- Si, José llegó con otros especímenes, ve a recibirlo.
- Más niños?
- Así es.
- No le parece suficiente con los que ya tenemos?
- Comprendo que te sientas así, pero es necesario, inclusive diría que estamos mejorando la calidad de vida de los especímenes, no tienes por qué sentirte mal por ello.
- Sí... Tienes razón...
- Qué tienes en la mano?
- Un ofiuco.
- Frito?
- Sí.
- Me lo regalas?
- Banny me lo trajo.
- Te compro dos mañana.
- Piensa rápido. - Tetris le avienta el ofiuco a Juves y After Dark lo atrapa por él. - No le digas a Vanessa que te lo di. - Tetris se desintegra y vuelve a dónde vino.

Juves toma el ofiuco, se para frente a su ventana a ver la lluvia y lo muerde.
- Está mojado.
After Dark reacciona con una minúscula risa burlona.
- Hehe...

Ignite - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora