PARALLEL, cedric diggory ✓ editando

sixty one

Con un crujido, los cuatro aparecieron en la oscuridad de Hogsmeade, sonriéndose el uno al otro por el más breve de los momentos, antes de que una fuerte alarma que chirriara a través de la aldea hiciera que el terror doliera en sus estómagos.

Hermione se lanzó dentro del jardín de un pub mientras los magos corrían hacia la nieve, gritando pidiendo búsquedas. La alarma se desvaneció cuando se escondieron detrás de una mesa volcada.

Ron y Lori se tomaron de las manos mientras trataban de calmar su respiración, el sonido de los manteles azotados hacia arriba golpeando profundamente en sus oídos.

Justo cuando un mago estaba a punto de rodearlos, la alarma volvió a sonar. Esperando unos momentos, corrieron por un callejón trasero, corriendo directamente hacia una puerta con barrotes.

-Aquí, Potter -instó un anciano mientras abría la puerta.

Harry entró primero, siguiendo unos escalones de piedra hasta un sótano, iluminado por linternas encendidas, sombras moteadas proyectadas sobre las paredes grises y monótonas.

-¿Le echaste un vistazo? -Ron le preguntó a su hermana cuando se unieron a él-. Por un segundo, pensé que era...

-Dumbledore -Hermione interrumpió. Se movió hacia un pequeño espejo en la pared, donde faltaba un pequeño trozo, el rostro de Harry reflejándose en él-. ¿Harry? Puedo verte en esto.

Harry la miró confundido, sosteniendo su fragmento con una mirada sombría.

-Malditos tontos -dijo el hombre mientras los seguía-. ¿Qué pensabas al venir aquí? ¿Tienes idea de lo peligroso que es?

-Eres Aberforth -intervino Harry-, el hermano de Dumbledore. Es a ti a quien he estado viendo aquí. Tú eres el que envió a Dobby.

-¿Dónde lo dejaste?

-Él está muerto -Harry murmuró con tristeza.

-Siento oírlo, me gustó ese elfo.

-¿Quién te dio eso? -Harry señaló la pared polvorienta detrás de él-. ¿El espejo?

-Mundungus Fletcher, hace aproximadamente un año.

El fuego ardió en los ojos de Harry-. Dung no tenía ningún derecho. Pertenecía a...

-Sirius -Aberforth terminó por él-, me dijo Albus. También me dijo que probablemente te cortarían si alguna vez descubrieras que lo tengo, pero pregúntate, ¿dónde estarías si no lo tuviera?

Dejando cuatro tazas de cerveza de mantequilla en la mesa con una sonrisa, Aberforth observó cómo cada uno tomaba una taza.

-¿Escuchas mucho de los demás? -preguntó Lori después de tomar un sorbo agradecido-. ¿De la Orden?

-La Orden ha terminado -respondió con amargura-. Quien-usted-sabe ha ganado. Cualquiera que diga lo contrario se está engañando a sí mismo.

Harry, parado junto a una pintura de una niña, intervino-. Necesitamos entrar a Hogwarts, esta noche. Dumbledore nos dio un trabajo que hacer.

-¿Lo hizo ahora? ¿Buen trabajo? ¿Fácil?

-Hemos estado cazando Horrocruxes. Creemos que el último está dentro del castillo, pero necesitaremos ayuda para entrar.

-Ese no es un trabajo que les ha dado mi hermano. Es una misión suicida. Háganse un favor, vayan a casa. Viven un poco más.

-Dumbledore confió en mí para llevar esto a cabo.

-¿Qué te hace pensar que puedes confiar en él? ¿Qué te hace pensar que puedes creer todo lo que te dijo mi hermano? En todo el tiempo que lo conociste, ¿alguna vez mencionó mi nombre? -señaló la pintura.