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Lori siguió a la Hufflepuff todo el camino hasta los baños de chicas en el segundo piso, sus suaves sollozos llenaron la habitación vacía. Ella abrió la puerta con cautela, caminando lentamente hacia el único cubículo que parecía y, llamando a la puerta-. Siento mucho lo de Moody, no debería haber hecho eso.
Los sollozos detrás de la puerta se detuvieron, la niña se secó lentamente las lágrimas en su capa.
-Si me dejas entrar, ¿podemos hablar de eso?
La cerradura hizo clic, la puerta se abrió, de cara a Lori con la chica, lágrimas frescas mancharon su mejilla enrojecida. Sin pensar por un segundo, Lori la envolvió en un abrazo, frotando su espalda lentamente y susurrando silenciosas palabras de aliento.
Cuando se alejaron, la chica ya se veía mucho más feliz, sus mejillas mucho menos sonrojadas con una pequeña sonrisa jugando en sus labios.
-Gracias -dijo ella, su voz ligeramente ronca-. Es realmente estúpido. Debería dejar de ser un bebé al respecto.
Lori la tomó de las manos y la llevó con cuidado al suelo, con la espalda apoyada contra los lados opuestos del cubículo-. No estás siendo un bebé. Montague estaba siendo un bebé cuando esa araña se posó sobre él.
Ella se rió levemente, secándose los ojos en su capa-. Estaba siendo un bebé. Fue hace diez años, debería haber crecido al respecto.
Lori la miró con curiosidad, sin querer fisgonear-. ¿Quieres hablar de eso?
-Mi.. -contuvo la respiración, apoyando la cabeza contra la pared del cubículo-, mi madre trabajaba para el Ministerio. Esa vez, ella.. -Lori frotó el brazo de la niña, sonriéndole con tristeza-, la llamaron para ayudar a arrestar a un Mortífago.
La niña arrugó la cara, como si estuviera recordando algo que preferiría olvidar-. Excepto que no había un solo Mortífago. Se convirtió en una emboscada y mi madre quedó atrapada en ella.
-¡Oh Merlín, eso es horrible!
-Y capturaron a todas las brujas y magos que estaban allí y los torturaron.. con la Maldición Cruciatus.
Lori giró para que se apoyaran contra la misma pared y envolvió sus brazos alrededor de la Hufflepuff, dejándola descansar la cabeza en su hombro.
-Nunca la volví a ver.
Las lágrimas cayeron sobre la túnica de Lori, su agarre en la chica se apretó-. Solo sé que estoy aquí para ti -dijo, apoyando la cabeza contra la de la chica-. Por cierto, soy Lori.
La Hufflepuff se rió un poco, sentándose con la espalda recta-. Leanne. Lo siento mucho, debes pensar que soy tonta.
-¡No, en absoluto! -Lori se puso de pie, ayudando a Leanne a levantarse-. Vamos, tengo lo perfecto para animarte.
