forty nine

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-¡Todos juntos ahora! -Arthur les gritó a todos-. Uno, dos, tres.

Gradualmente, la gran marquesina blanca flotó del suelo, cada uno de los Weasley mayores la guió hacia arriba con sus varitas.

-¿Cómo se ve su final, muchachos?

Fred estaba a punto de responder, cuando un crujido resonó en el jardín como un látigo, todas sus bocas cayendo boquiabiertas-. Maldita sea -murmuró George-. ¿Qué está haciendo el Ministro de Magia aquí?

Rufus Scrimgeour se acercó, mirando hacia la tienda con una sonrisa tan cercana como pudo reunir-. Mis felicitaciones. Sin embargo, debo hablar con el Sr. Potter y R Weasley y la Srta. Granger y L Weasley.

Lori y Ron se miraron el uno al otro, antes de que la hermana mayor lo acompañara con gracia a la cocina y le ofreciera una taza de té, que él declinó cortésmente. Ginny apareció con Harry y Hermione momentos después.

-¿A qué debemos el placer, Ministro? -preguntó Harry.

-Creo que ambos sabemos la respuesta a esa pregunta, Sr. Potter -respondió sombríamente, moviéndose para dejar algunos artículos sobre la mesa, los cuatro adolescentes sentados frente a él.

-¿Y esto es..?

Scrimgeour hurgó en su maletín de cuero, sacó un documento y lo dejó abierto en el aire-. Aquí se expone la última voluntad y testamento de Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore. Primero, a Ronald Bilius Weasley, dejo mi Desiluminador, un dispositivo de mi propia creación, con la esperanza de que cuando las cosas parezcan más oscuras, le muestre la luz.

Abrió con cuidado el más pequeño de los tres paquetes frente a ellos, moviendo el terciopelo rojo hacia atrás con tanto cuidado, antes de entregarle a Ron un pequeño aparato, del tamaño de su palma.

-¿Dumbledore me dejó esto? -preguntó Ron, examinando al Desiluminador más de cerca.

-Si.

-Brillante. ¿Qué es? -hizo clic lentamente en el interruptor, la luz de las lámparas más cercanas ondeando en él en pequeñas esferas-. Malvado.

-A Hermione Jean Granger, le dejo mi copia de 'Los cuentos de Beedle the Bard' con la esperanza de que lo encuentre entretenido e instructivo.

A Hermione le pasaron el libro, Ron mirando por encima de su hombro-. Mamá solía leernos esos. El mago y la olla saltarina, Babbitty Rabbitty y el tocón que se ríe. Vamos. ¿Babbitty Rabbitty? ¿No? (Hermione y Harry negaron con la cabeza.

-A Harry James Potter, le dejo la Snitch que atrapó en su primer partido de Quidditch en Hogwarts como un recordatorio de las recompensas de la perseverancia y la habilidad.

Scrimgeour le entregó la Snitch a Harry en un paño negro, esperando con la respiración contenida. No pasó nada mientras la giraba entre sus dedos, Hermione y el Ministro lucían decepcionados.

PARALLEL, cedric diggory ✓ editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora