fifteen

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-El Baile de Navidad -comenzó McGonagall, dirigiéndose a todos los Gryffindors-, ha sido una tradición del Torneo de los Tres Magos desde sus inicios.

El profesor de Transformaciones le lanzó a Filch una mirada mordaz mientras intentaba arreglar la música, enviando un crujido de estática en su lugar.

-La noche de Nochebuena, nosotros y nuestros invitados nos reunimos en el Gran Salón para una noche de frivolidad educada. Como representantes de la escuela anfitriona, espero que todos y cada uno de ustedes den lo mejor de sí mismos. Y lo digo en serio. literalmente, porque el Baile de Navidad es, ante todo, un baile.

Los chicos, sentados en sillas contra una pared, gimieron, mientras que las chicas de enfrente empezaron a charlar emocionadas. Katie y Lori se miraron y gritaron.

-¡Silencio! -McGonagall gritó-. La Casa de Godric Gryffindor ha merecido el respeto del mundo de los magos durante casi 10 siglos. No permitiré que, en el transcurso de una sola noche, ensucie ese nombre comportándose como una banda de babuinos balbuceos y torpes.

Miró a su alrededor-. Ahora, bailar es dejar que el cuerpo respire. Dentro de cada niña, un cisne secreto duerme anhelando estallar y tomar vuelo. Dentro de cada niño, un león señorial preparado para brincar.

Sus ojos de halcón escanearon a los chicos, antes de fijarse en uno-. ¿Sr. Weasley?

-¿Si? -respondió de mala gana.

-¿Me acompañas, por favor?

Katie y Lori contuvieron un ataque de risa mientras Ron caminaba torpemente hacia el centro de la habitación.

-¿Podrías colocar tu mano derecha en mi cintura?

-¿Dónde? -se veía a medio camino entre sorprendido y con ganas de vomitar.

-Mi cintura -asintió con reluctancia, el lobo de Seamus silbando-. Y extienda su brazo. Sr. Filch, por favor? -un vals lento sonó a través del altavoz-. Uno, dos, tres. Uno, dos, tres -la cara de Ron palideció mientras bailaba rígidamente con su Jefe de Casa-. Todos, únanse.

Las chicas se pusieron de pie, ansiosamente tratando de encontrar compañeros con los chicos, que parecía que preferirían lanzarse desde la Torre de Astronomía.

-¡Muchachos, de pie!

Katie y Lori se miraron con picardía, la primera inclinándose levemente-. ¿Puedo hacer este baile, mi señora?

-Puede, mi señora -Lori apretó su mano, colocando una en la cintura de Katie, las dos bailando exuberantes por la habitación.

*

Ginny y Lori estaban sosteniendo a un tembloroso Ron entre ellos, guiándolo a través del agujero del retrato y sentándolo en el sofá frente al fuego.

PARALLEL, cedric diggory ✓ editandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora