Hermanos Reales

240 16 8
                                    


Nozel estaba terminando de firmar algunos documentos relacionados a las Águilas de Plata cuando escucho que tocaban la puerta, al dar el permiso descubrió que Noelle había llegado mas rápido de lo que esperaba, le indico a la adolescente que se sentara en la silla vacía frente a su escritorio, la chica siguió la indicación sentándose con la espalda muy recta.
- ¿Sucede algo, Hermano Mayor?
- ¿Algo que tengas que contarme, Noelle? – Preguntó cruzando sus manos sobre la mesa logrando que la adolescente se pusiera nerviosa.
- ¿No?
- ¿Segura? Sé que no te he dado razones para confiar en mí, pero quiero que sepas que puedo hacerlo.
- ¿Ha pasado algo malo? ¿Padre volvió? – Preguntó con ansiedad.
- No. – Nozel no entendió la línea de pensamiento de su hermana, pero quizás estaba siendo demasiado serio o poco claro – Mereoleona me ha comentado algo que Leopold le dijo.
- ¿Leo? – Pensó en los días anteriores y su rostro se ruborizo mientras un instinto asesino crecía en su interior, golpeó la mensa con el puño antes de recordar dónde estaba – Lo siento.
- No estoy en contra. – Señaló con un suspiro había odiado completamente la idea cuando la mayor de los Vermillion llegó hasta su oficina con una sonrisa maliciosa y arrogante a burlarse de él con una noticia que llegó a ella gracias a su hermano menor, se sentía un chismoso.
- Asta y yo... No sabría decir que es lo que sucede entre nosotros. – Murmuró con las mejillas ruborizadas, sus dedos moviéndose nerviosamente.
- ¿Cómo no sabes? ¿Están juntos o no?
- Supongo que sí. Asta está preocupado de lo que pueda representar esto para mí, pero no es algo realmente importante, no es algo que a mí me importe – Contesto reflexionando más para sí misma – Ya soy una desgracia de todas formas.
- No digas eso. Aunque todo esto es mi culpa. – Reconoció con un suspiro – Me equivoqué de muchas maneras con tu crianza. También con la de Nebra y Solid.
- Hiciste lo que pensaste que era correcto, Hermano Mayor. – Noelle miro sus manos con inquietud – Pensé... Llegué a pensar que tenías razón y que debería haber muerto en lugar de nuestra madre, estaba tan frustrada y decepcionada de mí misma. Cuando me uní a los Toros Negros me quedé atrapada dentro de mi magia y tuve miedo de morir ahogada, habría sido una muerte que pensé sería apropiada para alguien como yo. – Nozel escuchó con asombró y horror la extensión del daño emocional que los tres habían provocado en su hermana menor – Asta me rescató, y todos... Ellos en vez de burlarse o humillarme me mostraron su apoyo, me dijeron palabras amables y aunque se burlaron de mi falta de control, el tono y la intención no era para hacerme daño.
- Me parece que lo único bueno que hice por ti fue colocarte en ese escuadrón. – Nozel se recostó contra el respaldo de su silla.
- Estoy agradecida por eso. – Noelle levantó su mirada con orgullo y una sonrisa llena de afecto – Ustedes siempre serán mis hermanos, pero ellos son mi familia.
- Lo comprendo. – Nozel podía sentir una punzada en su corazón, no tenía derecho a reprocharle sus palabras.
- Eso no significa que no los quiera, lo que siempre desee cuando era niña fue que mis hermanos me apoyaran, que me mostrarán afecto y me apoyaran ante la crueldad de la nobleza. Quería ser reconocida por ustedes, por qué pensaba que de esa forma estaría protegida de los demás – Sé colocó de pie para rodear la mesa y quedar justo a pocos centímetros de su hermano – Pero he aprendido que la única que puede protegerse a sí misma soy yo. He ganado muchas cosas este último tiempo, aprendí lo que es el amor de una familia y lo que es proteger a otros aun a riesgo de tu integridad. He luchado por mi vida y por los de mis seres queridos y el pueblo al que le debemos nuestra protección.
- ¿Noelle? – Podía sentir y ver lo mucho que había crecido bajo el cuidado de ese montón de desadaptados.
- Puedo entender lo solo que debiste sentirte, Hermano Mayor Nozel. Después de la muerte de nuestra madre y con la partida de nuestro padre te convertiste en la cabeza de nuestra familia, eras incluso menor de lo que yo soy ahora. – Los ojos de la adolescente se estaban humedeciendo – Tuviste que cargar con todo este peso sobre tus hombros completamente solo. – Nozel estaba conmocionado de la preciosa mujer que estaba frente a él – Lamento no haber podido apoyarte, creo que nos parecemos mucho.
- Noelle, no es tu responsabilidad...
- Soy un Toro Negro, pero sigo siendo una Silva. – Apoyó su mano sobre su hombro – Si puedo ayudarte, Hermano Mayor Nozel lo haré.
- Madre estaría muy orgullosa de la hermosa persona en la que has crecido, no puedo tomar ningún mérito por eso. – Nozel se levantó usando sus dedos para secar las lágrimas que se escapaba de sus ojos – Agradezco el ofrecimiento pero tengo que declinar, cuando cumplas tu mayoría de edad consideraré la oferta por ahora solo vive, disfruta el tiempo que tengas con tus amigos, con tu pareja. Es lo mínimo que puedo hacer por ti, Nebra se encargará de aliviar mi carga por ahora, Solid necesita madurar mucho antes de que pueda apoyarme aquí.
- Hermano Mayor Nozel – Llamó con una breve sonrisa – Estoy enamorada de un plebeyo, cabeza hueca sin magia, y quiero permanecer todo el tiempo que pueda con él y ayudarlo a cumplir su sueño. Asta se convertirá en el Rey Mago.
- ¿Entonces prefieres que se convierta en Rey Mago en lugar de que lo haga yo?
- No es lo que quise... – Noelle se sorprendió cuando Nozel tomó su mano entre las suyas y la llevo a sus labios para besarla – Convertirse en Rey Mago es lo mínimo que puede hacer para ser merecedor de una Princesa del Reino Trébol.
- Hermano Mayor. – Noelle soltó su mano para abrazarlo ocultando su rostro en su pecho – Sin importar lo que ha sucedido, te guardo en mi corazón.
- Te amo, Noelle. – Susurró tan bajito que de no haber estado cerca no lo habría escuchado – Tienes mi aprobación y mi bendición para tu relación con Asta.
- Gracias.
Sé separó una pequeña sonrisa adornaba su rostro con un gran sentimiento de satisfacción dentro de su pecho, tener el reconocimiento y la aprobación de su hermano mayor la hacía realmente feliz, un poco envalentonada con la emoción del momento se puso en las puntas de sus pies para besar su mejilla.
- Siempre seremos tus hermanos, Noelle. Está también es tu casa y nosotros somos tu familia, te agradezco que a pesar de todos lo sucedido nos des la oportunidad de ganarnos tu cariño.

Casa SilvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora