Princesa de Agua

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Princesa de agua.

Acier estaba descansando en su cama recuperándose de una brutal batalla, algo había salido terriblemente mal y ahora su espalda estaba marcada por magia oscura, magia demoniaca para ser más precisos, sus preciosos hijos durmiendo a su alrededor le daban un poco de tranquilidad, Solid dormía justo en el espacio de su brazo derecho y Nebra del izquierdo, Nozel fue el más sereno dado todo el llanto que hubo cuando llegó con los médicos curanderos, estaba a su lado sosteniendo su mano derecha.

No había visto el miedo real en los ojos de ninguno de los mayores hasta ese instante, Solid era demasiado pequeño para entender y solo podía sentir la atmósfera pesada, sin embargo, Nozel y Nebra ... Ni siquiera podía explicarles lo que había sucedido y lo que sucedería en el futuro, se lamentaba profundamente tener que dejarlos y no dejaba de pensar en una forma de evitar esto o de resolver la situación.

- ¿Estás bien, querida madre? ¿Busco al médico? - La voz de Nozel la sorprendió sacándola de sus pensamientos, solo entonces se dio cuenta de que algunas lágrimas caían por sus mejillas, desenredo su mano de Nebra para retirarlas.

- No te preocupes, cariño. Es sólo que estaba pensando en la misión y me he puesto un poco sentimental. - Respondió para calmar la expresión angustiada del adolescente.

- Entiendo. Pero hiciste lo mejor que pudiste, madre no tienes nada de que lamentarte.

- Por supuesto que sí, Nozel. Cada vida salvada es una victoria para nosotros, por eso defendemos el Reino y protegemos a nuestras comunidades. - Acier acarició a los dos más pequeños - Para que ellos puedan tener un futuro sin preocupaciones.

Dos días después estaba de pie pensando en una solución para su problema, tenía alrededor de solo tres meses antes de que la maldición consumiera su cuerpo debía encontrar una solución con la dificultad de que no podía decirle a nadie lo que realmente sucedió, ni siquiera a su esposo o a su primogénito, fue solo mientras paseaba en la ciudad que escucho la escandalosa y animada voz de un caballero mágico muy reconocido, Julius Novachrono, un noble que se convirtió recientemente en Capitán de los Ciervos Celestes, era excéntrico pero con excelentes méritos.

- Julius. - Lo llamó con un breve movimiento de su mano, el hombre la reconoció de inmediato y se acercó a ella.

- Lady Acier, un honor verla. - Comentó con calidez - Tú magia siempre resulta tan sorprendente.

- Gracias. Tengo un problema quizás puedas ayudarme.

Julius aceptó seguirla hasta un sitio menos concurridos, la mujer era una persona admirada dentro de todos los ámbitos del Reino, sé conocía muy bien que su estatus como realeza le concedía un gran poder mágico pero su habilidad y liderazgo fueron adquiridos por trabajo duro.

- En la última misión que hice, me encontré con una criatura que no parecía ser de este mundo, uso magia prohibida en mí y tengo una sentencia de muerte encima. – Explicó mostrando la marca que se formaba en su espalda. – No puedo hablar libremente por condiciones de dicha magia.

- ¿Una maldición? Cómo Charlotte Roselei. – Julius negó con la cabeza - Distinta y similar al mismo tiempo. No conozco demasiado del tema, pero sería mejor si pudiéramos hablar libremente ¿Cierto?

- ¿Es eso posible?

- Sí. He descubierto hace poco a una niña con una magia peculiar e interesante que podría sernos realmente útil. - Julius dijo con gran emoción para luego simplemente irse - Volveré.

Acier espero pacientemente en la sala de reuniones de la residencia de Julius, unos diez minutos después apareció sosteniendo de una mano a una niña un poco más joven que Nozel, con el cabello lila y unos ojos hipnotizantes y somnolientos.

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