Hermano y Hermana

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La pequeña Nebra corría por el pasillo del Palacio con una gran sonrisa en su rostro, tenía en sus manos un ramo de las rosas más hermosas que encontró en el jardín, la niñera la ayudo a cortar las espinas para que no se lastimara las manos, estaba muy orgullosa de su regalo, así que después de alisar su falta toco con su puño la puerta de madera de la oficina de su padre, una vez que escucho el permiso entro, su sonrisa se desvaneció al notar a su padre detrás del escritorio acompañado de una mujer que usaba la Capa de las Águilas de Plata,

- Querida Nebra, pasa.

- Saludo a mi padre. – Dijo haciendo una reverencia sosteniendo su falda con su mano libre – Te he traído un regalo.

La niña de siete años se acercó con emoción ofreciendo el ramo el hombre que lo tomó con una sonrisa, luego le dio unas palmaditas en la cabeza bastante toscas, la presencia de la mujer no le agradaba, pero no le importaba por qué su padre la estaba felicitando.

- Ahora querida los adultos están conversando ve a jugar con Nozel.

- Hermano Mayor Nozel está ocupado. Mamá está en la oficina, no tengo con quiero jugar. – Hizo un puchero que rápidamente quito de su rostro al ver la expresión sombría de su padre.

- Dile a la niñera que juegue contigo. Ahora, sal querida.

Nebra bajo la mirada por unos segundos con molestia antes de apretar sus manos en puños, luego levanto la mirada con una sonrisa para después irse, al cerrar la puerta detrás suyo tuvo una sensación extraña de culpabilidad, sentía que había algo malo en la escena, pero no comprendía bien que era, la niñera encargada de su cuidado apareció con una expresión amable.

- Mi señorita la estaba buscando, su Alteza la está a llamando.

- ¿Hermano Mayor Nozel? ¿Ya regreso de sus clases?

- Sí y desea verla.

Nebra retomó su paso con entusiasmo, amaba pasar tiempo con su hermano y su amigo, siempre solían elogiar lo bonita que era y lo mucho que progresaba en sus propias clases, además seguramente tendría mucho que contarle, le gustaban sus historias.

- Hermano Mayor Nozel. – Saludo con una sonrisa alegre – Hermano Fuegoleón.

- ¿Estabas jugando en el jardín? Tú vestido está lleno de tierra. – Nozel se arrodilló para sacudir la ropa de su hermana – ¿Qué estabas haciendo?

- Jugaba con las flores del jardín de mamá. Escogí la rosa más bonita para papá y la llevé a su oficina, creo que lo interrumpí por que estaba con una mujer – Contó con un tono orgulloso.

- ¿Y qué te dijo? – Nozel sabía que su padre no era muy expresivo en su afecto, solía hablar con mucho orgullo de él por ser su primogénito, pero rara vez mencionaba a sus otros hijos, aunque también solo hacía eso con sus amigos, nunca se lo dijo a él.

- La aceptó y me dijo que fuera a jugar. Tal vez no era la más bonita y tengo que encontrar una mejor para que le guste más. – Comento pensativa.

- Elegiste la mejor no hacía falta ninguna otra, seguro le dio vergüenza elogiarte mucho frente a esa persona. – Nozel intento animarla con torpeza, no debía ser vergonzoso felicitar a alguien, al menos eso decía su madre siempre.

- Nebra siempre elige las mejores flores. – Concordó Fuegoleón sonriendo para animarla.

- Por supuesto.

La niña cerro los ojos con una expresión triunfadora, Nozel sonrió suavemente extendiendo su mano para tomarla en brazos, Nebra rodeo su cuello con sus brazos sonriendo llena de felicidad, caminaron en dirección al jardín principal que unía los tres palacios, Fuegoleón hablaba animadamente mientras los hermanos lo escuchaban.

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