Verdad - • Popee • -

1.8K 62 5
                                    

"La verdad reluce ante la distorsión de la realidad"

💖✨ O N E S H O T ✨💖

No había pasado mucho tiempo desde que habías hecho amistad con un característico muchacho. "Popee" era su nombre. Curioso y muy singular. Lo conociste antes del inicio de una función de circo que hizo en tu ciudad. No fue el mejor encuentro, al menos para ti, ya que no llevabas ni cinco segundos de conocerlo cuando ya lo estabas regañando por la forma tan mala de tratar a su compañero lobo. Tuvo que venir un acompañante con traje soleado, para calmar la situación y disculparse contigo por "ese mal suceso".

Desde ese día, Popee había estado atento a tus movimientos. Eras la primer chica que se anteponía con él. Sin temerle. Eso le había hecho sentir muy emocionado. Te quería cerca. Inclusive Kedamono estaba feliz de este hecho. Desde que hiciste aparición, todo su foco de atención caía sobre ti. Sí, estaba inseguro por tu ti, pero no parecía tener malas intenciones contigo. Al contrario, Popee se miraba muy feliz.

¿Qué estás haciendo, Popee?

—Èl te estaba viendo feo y tenía que...

Sus palabras sonaban tan reconfortantes. Su timbre de voz sonaba tan inocente y preocupado, que resultaba imposible creer la escena que se creaba frente tus ojos. Un chico en el suelo, cubierto de sangre y desmayado. Popee, arrodillado frente el cuerpo, la sangre manchando el lado derecho de su cuerpo, siendo su nariz y labio quienes igual de lastimados expulsaban la sangre. Su cuerpo temblaba, era visible lo mal herido que se encontraba y siendo consciente de ello, te resultó imposible no preocuparte por su salud.

¿Cómo te hiciste esto?

—¿El qué? Si no te expresas bien, yo no...

Ese moretón.

La adrenalina recorría tu cuerpo entero. No te importó recibir esa expresión frustrada y algo encaprichada. Sabías que Popee detestaba ser interrumpido, pero en estos momentos, lo que te importaba era que su cara dejase de sangrar. Rompiste la distancia que los alejaba, y con pañuelo en mano, tomaste la tarea de limpiar la sangre de su rostro. Estabas tan ocupada limpiando que no fuiste capaz de prestar atención al notorio rubor en el rostro del adolescente.

—¿No tienes miedo?

—¿De qué tendría miedo?

—De mí, por ejemplo.

¿Por qué temería de la persona que me defendió?

Esa respuesta logró confundirlo más de lo que ya estaba. Desde muy pequeño, sus métodos de protección eran considerados extremistas, muchas veces había sido regañado por ese mismo motivo. No quería ser odiado por ti. La idea de separarse de tu lado era un pensamiento al cual no podía adaptarse. Te quería mucho. Necesitaba pasar más tiempo a tu lado, y al mismo tiempo, deseaba que correspondieras ese cariño.

—Me gustas.

¿Disculpa?

—Me gustas.

No tenía caso andar con rodeos. Él no protegía a nadie gratuitamente, al contrario, el término "proteger" iba destinado a su familia, la manada. Hasta el momento, quienes consideraba parte de ella, eran Kedamono y Papi. Ahora que te había conocido, tú también formabas parte. Eras especial, y él quería seguir procurando conocerte un poco más. Tomarse el tiempo de ir descubriendo más facetas tuyas. Además, eras la primer persona que tenía tanta confianza para corresponder a su presencia. No podía dejarte ir.

💕Random💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora