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LOS PERDEDORES se dirigían a la casa de Ben Hanscom, para ver lo que el chico había estado investigando. con sus bicicletas llegaron a la casa de el chico, junto a la casa de Ben, una mujer ponía una hoja que leía "DESAPARECIDO - Patric Hockstetter" Stella y Richie ayudaban a Eddie, que se había caído en el césped de la entrada.

—Si. oí que tiene una montaña rusa y un chimpancé— Stella, Richie y Eddie hablaban sobre Michael Jackson y las sorprendentes cosas que tenía.

—Y los huesos de un viejo. Sí—

—wow, woah—

—Genial, ¿verdad?— Dijo Ben.

—No, no es genial. No tiene nada de genial. Estos es genial...espera. No, no lo es— decía Richie.

—No es cierto Ben, no le hagas caso. Lo único no genial en este cuarto eres tu Richard— le dijo Stella.

—Eso dolió—

—¿Qué es eso?— preguntó Stanley, señalando un papel pegado en la pared.

—¿Eso? Es el acta constitutiva del municipio de Derry— respondió Ben.

—¡Alerta Nerd!—

—No, de hecho es muy interesante— Habló Stella, junto a Bill.

—Si, lo es. Empezó siendo una trampa de castores—

—Lo sigue siendo, ¿no, chicos?— Richie alzó la mano para chocarla con Stanley, este solo negó.

— Noventa y una personas firmaron el acta constitutiva de Derry. Pero ese mismo invierno, desaparecieron todos sin dejar rastro—

—¿toda la población?— preguntó Eddie.

—Hubo rumores de indios, pero ningún indicio de un ataque. Todos pensaron que había sido una plaga o algo. Pero es como si un día hubieran despertado todos y se hubieran ido. La única pista fue un camino de ropa ensangrentada que iba a la casa del pozo—

—Cielos. podemos ir a Misterios no resueltos.— Habló Richie.

—Hagámoslo. Eres brillante— le respondió un sarcástico Eddie Kaspbrak.

—¿D-donde está la casa del pozo?— Preguntó Bill, haciendo un silencio.

—No lo sé. en algún lado del pueblo, supongo— le respondió Hanscom. —¿por qué?—

—Por nada...— respondió Denbrough y el cuarto se tornó algo incómodo.

Stella siguió leyendo las hojas y carteles en la pared, habían fotos de niños desaparecidos, imágenes algo viejas y algunos mapas.

Y después de unos veinte minutos más con las explicaciones de Ben, los chicos decidieron que deberían irse antes del toque de queda.

Al llegar a su casa, Stella abrió la puerta después de que Stanley la acompañara, Itzia, la pequeña perrita corrió hacia ella y alzó sus patitas delanteras para ponerlas en las rodillas de la chica. Stella acarició su pancita y la soltó para que siguiera jugando con su pequeña pelota.

—Hola, ya llegué— saludó.

—¡En la cocina!— se oyó el grito de Ethan.

—Hey, ¿Qué hay de comer?—

—Lara hizo pasta, tenemos gelatina ¿quieres?— Lara era una chica de piel lechosa y ojos cafés que ayudaba en las labores del hogar debido a el trabajo de los adultos y del poco tiempo que pasaban en la casa. Una persona muy agradable y carismática que se llevaba de maravilla con Stella.

—No gracias, pequeño—

—Bueno...mamá está arriba, dormida y papá está por llegar del trabajo—

—Muy bien, iré arriba—

Stella fue a su habitación, puso un casete en su nuevo walkman, lo contempló por un momento y después volteó a observar su habitación, estaba adornada con cosas lindas, los posters de sus bandas y cantantes favoritos estaban acomodados limpiamente sobre una pared blanca, miró los libros y pinceles en sus repisas, sus zapatillas de ballet y los collares, pulseras, anillos y ropa que poseía. La invadió un sentimiento de tristeza y vacío, lo tenía todo pero no tenía nada. ¿Es esto en serio o solo la pubertad?

Richie por su lado caminaba al lado de su amigo Eddie, contándole en el gran dilema en el que ese encontraba.

—Pero no solo eso Eds, me siento raro, desde ese sueño yo...todo se volvió diferente—

—Número uno: o me llames Eds, número dos: es obvio lo que te pasa—

—Es que...—

—"Es que..." nada, Richie. Estaba más que claro que estabas completamente idiotizado por ella. Todos los perdedores se daban cuenta cuando te quedabas mirándola o cuando bromeabas con ella, lo único que hiciste es darte cuenta de que tan enamorado estabas de esa chica—

Ella no es una chica, es LA chica

—¿Lo vez? Stella te tiene mal, estás acabado—

Si saber nada de esa conversación, Stella estaba tranquila escuchando música, cuando de repente se escuchó el plim plim de unas llaves después las suelas de un zapato grande, ella las reconoció inmediatamente como su padre, salió de su cuarto con el corazón en la mano, al doblar la esquina del pasillo se lo encontró cara a cara.

—Hola papá—

—Hola Esty, ¿y tu madre?—

—En su cuarto, duerme—

La madre de Stella hacía guardias de noche en el hospital de Derry, significa que algunos días en la semana, se iba a las ocho de la noche y regresaba a las 8 de la mañana, al final regresaba muy cansada y dormía unos momentos en el día. En la hora de la comida todo iba bastante bien sorprendentemente, no hubo ninguna pelea.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐈𝐑𝐋 | Richie Tozier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora