𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐈𝐑𝐋 | Richie Tozier

09

EL CLUB DE LOS PERDEDORES RECIBIÓ UNA LLAMADA de Beverly Marsh, estaba muy preocupada diciendo que algo horrible había pasado en su casa y que todos debían de ir a verlo. Nunca especificó que era, pero se escuchaba muy mal, así que todos sus amigos se encontraban yendo a ayudarla.

—Debimos ir por el callejón— se quejó Stanley.

—Se tarda mucho por el callejón— dijo Eddie.

—No, es más rápido— insistió el de rulos.

—Es más peligroso y desagradable—

—¿Cómo que es más peligroso?—

—¡Huele a orina y es un asco, ve por las calles de los costados!—

—Oh Dios mío—

—Las calles de los costados son iguales, Ed's. Huelen a Oriana y caca— Stella se metió a la conversación.

—Bien. ¿Puedes decirme que dijo exactamente— le preguntó Eddie.

—No dijo nada. Solo que se apuraran—

Beverly se acercó a ellos —Vinieron. Necesito mostrarles algo-

—¿Qué es?—

—¿Más de lo que vimos en la cantera?— preguntó Richie.

Stella se sintió mal, pero actuó como si no le hubiera importado.

—¡Cállate! Solo cállate, Richie—

—Mi papá me matará si sabe que dejé pasar chicos al departamento— Habló Bev, ignorando el comentario de Tozier.

—Dejaremos un centinela. Richie, q-quédate aquí— Ordenó Bill.

—¡Esperen! ¿Qué tal si regresa su papá?— gritó Richie.

—Haz lo de siempre. Empieza a hablar— le dijo Stanley.

Stella rió un poco y Richie se sintió extrañamente molesto.

—¡Es un don!—

—Lo siento, cuatro ojos— le dió una pequeña sonrisa.

El chico suspiró pesadamente y comenzó a jugar con una roca. Los demás chicos se adentraron a el departamento de Bev Marsh, que era oscura y emanaba una vibra extraña. La chica los guió al baño.

—Allí—

—¿Qué hay?— preguntó Stanley

—Ya verán—

—¿Nos estás llevando al baño?—

—Eddie, no empieces por favor— suplicó Stella.

—El 89% de los peores accidentes caseros ocurren en los baños— Stella trató de ignorarlo— Y no es un lugar higiénico.—

Bill empujó la puerta y está se abrió lentamente en un rechinado escalofriante Toda la habitación estaba llena de líquido rojo, sangre. Incluso el techo estaba completamente rojo, y de el caían gotas frescas. Parecía que alguien hubiera explotado pintura roja por todo el baño.

—¡Lo sabía!— Dijo Eddie antes de hacer una arcada.

—¿Lo ven?— Preguntó Bev, espantada.

—Oh, claro que lo veo— Dijo Stella y pasó uno de sus dedos por la pared, y la sensación de que no sabía de quien era la sangre le dio ganas de vomitar, e hizo una arcada.

—Mi papá no pudo verlo. Creí que estaba loca—

—Si tú estás loca, todos estamos locos— Habló Ben.

—No podemos dejarlo así— Los chicos dieron un paso adelante, a excepción de Stella.

—¿Qué?— Preguntó está, ellos se le quedaron viendo —¡Oh no!, ni lo piensen ¡de ninguna manera!—