Capítulo 24

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Andrea fue rápidamente a abrirla, pero se enredó con sus propios pies, haciendo que tropezará y se diera de lleno con la puerta en la cara.

—Andrea, —la llamó River del otro lado, —¿Estás bien? 

Andrea aún un poco mareada por el golpe se enderezó, y Rachel fue rápidamente a su lado, a colocarle el vestido, ya que se le había salido un pecho. La dio un beso en la mejilla y le deseo bueno suerte.

Abrió la puerta lentamente mientras se encontraba a un River, sonriente. Llevaba el pelo peinado, con un precioso esmoquin negro, y corbata rojo vino, haciendo juego con el pintalabios de Andrea.

River se puso rojo al verla, estaba impresionante de guapa.

—¿Estás lista? —dijo River mientras le alzaba la mano para que Andrea se la diera.

—Sí. —asintió, y le dio su mano al pelirrojo.

Empezaron a caminar, en silencio, pero no era un silencio incomodo, al revés. Cuando salieron a la calle, River preguntó:

—¿Has ido a ver el Big Ben? 


21:40, Big Ben, Londres.

—Es precioso. —Dijo Andrea maravillada por lo que tenía frente a sus ojos. Ya había visto el Big Ben antes, en postales, fotos, libros... Pero nunca en persona. Era maravilloso.

—La torre se completó en 1858, pero el reloj empezó a funcionar el 7 de septiembre de 1859, y tiene 11 pisos, —Andrea le escuchaba atentamente, —en realidad se llama Big Ben a la campana de dentro. -

—Su nombre ya lo indica. —Añadió Andrea mirando a River, el cual estaba embelesado mirando aquella joya de Reino Unido.

—La torre se llama Elisabeth tower, —siguió, —anteriormente se llamaba Big Ben clock tower. En 1916, la primera guerra mundial, silenciaron las campanas y no la iluminaban por la noche, para evitar ataques de los zepelines alemanes. 

Los ojos de River se iluminaban mientras hablaba de la cultura británica, su cultura. River sabía mucho sobre aquello, decía muchos años, y las cosas que pasaron allí, como que el 10 de mayo de 1941 un bombardeo alemán daño una de las esferas de reloj. O como que el 15 de febrero de 1952 el reloj sonó 56 veces cada minuto durante el funeral del rey Jorge VI.

—Perdóname te estoy aburriendo...

Andrea le interrumpió.

—No, no, no, —dijo rápidamente, —es muy interesante, teniendo en cuenta que yo no sé nada. 

—¿Has visitado Londres? 

Andrea negó con vergüenza, llevaba dos meses y algo allí y aún no había ido ni al Hyde Park. Era para matarla.

River le acarició la mejilla con el dorso de su mano.

—Déjame enseñarte Londres. 

Andrea llevó su mano hasta su nuca y tiró del él para juntar sus labios.


No muy lejos del Big Ben, en un cine de barrio.

Con los brazos en jarras divertida por la situación.

—Me has hecho vestirme como si fuéramos a los Oscar, para venir al cine y luego ir a cenar al... 

—Al McDonald's. 

Andrea le señalo con el dedo dándole la razón.

—Eso, al McDonald's. 

A River le entro el pánico, —¿No te gusta el plan? —se corrigió, —A ver, se que es un plan muy raro, solo que es tu cumple y... 

Éramos pocos y parió la abuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora