Cuando llegue ala casa de Oliver estaba demasiado agitada por haber corrido tan rápido, así que espere unos segundos para calmarme antes de tocar la puerta. Respire hondo, me limpie el sudor de la frente y toque la puerta. No obtuve respuesta. Volví a tocar impacientemente y nadie salio a abrir. Comencé a preocuparme y me di cuenta que no se escuchaba ningun ruido. Decidi sentarme en la banqueta para ver si Oliver o alguien de su familia llegaba. Volví a marcarle y tampoco obtuve respuesta.
Decidí revisar las redes sociales y vi que la ultima hora de conexión de Oliver fue cuando nos escribimos cuando salí al almuerzo. Me metí a su perfil y no habia nada. No sabia que hacer, empecé a sentirme muy nerviosa y tenia un muy mal presentimiento. Trate de calmarme y guarde mi teléfono. Comencé a morder mis uñas por los nervios, detestaba tener esa manía pero en ese momento no me importo.
No se cuanto tiempo me quede ahi esperando, pero comenzaba a tener hambre. Me abrace a mi misma para intentar consolarme pero no funciono. Para mi mala suerte, comenzó a llover en ese instante.
- Maldita sea. Genial.- Murmure.
Me levante de la acera y camine hacia la puerta de la casa. Trate de refugiarme pero era inútil. La lluvia comenzaba a caer mas fuerte y ya tenia la espalda bastante mojada. En mi intento por refugiarme, me recargue demasiado a la puerta y esta se abrió. Di un paso hacia adelante y pense en cerrarla correctamente, para ser sincera me asuste mucho porque la familia de Oliver es muy cuidadosa, no pudieron haber dejado la puerta mal cerrada. Me invadieron pensamientos negativos y un fuerte trueno me hizo dar un salto. Termine adentro de la casa. Empapada y con frío.
Lo primero que hice fue asegurarme de que no habia nadie. Y asi era. Entonces fui a la habitación de Oliver para buscar algo para secarme. Me sentia mal por estar en su casa sin pedir permiso, pero no tuve alternativa. Sabia que si me quedaba afuera mojandome, pescaria un resfriado.
Abrí uno de los cajones de ropa y encontré una toalla. La tome y comence a secar mi cabellera. Me quite la sudadera y la colgué en un gancho para que se secara un poco. Sentí mi estomago gruñir y me estremeci. Saque mi telefono para ver la hora y vi que ya eran las seis menos cuarto. Me quede inmóvil por un momento tratando de entender como el tiempo se habia pasado tan rapido y me sacudi porque un escalofrío invadio todo mi ser. Algo andaba mal, podía intuirlo.
Baje a la cocina y busque algo que pudiera comer para evitar que me doliera el estomago por hambre. Ya despues me encargaria de disculparme con Oliver por el allamiento a su hogar. Encontré sopas instantáneas y me prepare una. Tenia sed, así que me servi un poco de agua también. Comí rápidamente, no me importaba que la sopa estuviera caliente. Además eso hizo que entrara en calor. Me dispuse a limpiar y a tirar la basura. Me acerque a la ventana de la sala y note que seguia lloviendo mucho. Me sentia incomoda de estar aquí, pero no podía salir en esas condiciones.
Saque mi teléfono y le mande un mensaje a mi mamá para que no se preocupara. Dude en contarle lo que estaba pasando, pero preferí no decir nada hasta saber algo de Oliver. Empecé a caminar dando vueltas sobre la gran casa, me gustaban mucho las pinturas que habia como decoración. Me pregunto si el padre de Oliver las habia escogido. Me quede un rato mirándolas y después fui a sentarme en el sofá. Me gano el cansancio y el frio y me quede dormida. No debí hacerlo. Fue irresponsable de mi parte, pero no pude evitarlo.
Eran las once de la noche. Desperté de manera abrupta y estaba asustada. Revise mi teléfono y tenia mas de cuarenta llamadas perdidas de mis padres. Me frote los ojos con nerviosismo y le marque a mi mamá.
- Rose ¿Donde demonios estas?- Grito mamá.
- Yo... Yo. Estaba esperando a Oliver y me quede dormida. Perdón mamá.
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Visiones de amor ✨✔
Novela Juvenil¿Te has dado cuenta de que conforme creces y experimentas, tu visión del amor se vuelve diferente? Rose es una chica común y corriente que desde pequeña le ha gustado mucho el romance. Niñez, adolescencia, adultez. Veremos como su vision del amor ca...