Capítulo 6.

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-Cámaras-

El frío estaba comenzando a hacerse presente en el cuerpo de Taehyung, mientras que algunas hojas secas de los árboles cercanos acariciaban sus tobillos bajo la mesa.

La época de lluvias y hojas secas probablemente era una de las favoritas del rubio, provocando que si pudiera, se pasaría todas las tardes sentado en la vieja mesa del café local que tenía vistas al río. Justo como ahora; donde sus manos abrazaban una taza de té con leche y el olor otoñal se colaba por sus fosas nasales.

Taehyung necesitaba un poquito de descanso mental. En cierta manera toda la información que le brindó su padre el día anterior, lo había dejado descolocado durante toda la noche.

No tenía sentido que no hubiera una persona registrada en ningún lado, más aún cuando él recordaba perfectamente haber visto a Jungkook en Hillrate cuando eran niños. Que el pecoso siguiera vivo era un claro ejemplo de que no había alucinado con el infante en ningún momento de su vida.

Todo era contradictorio en su mente, no encontraba respuestas para nada y eso le frustraba demasiado.

-Pero qué tenemos aquí... el mismísimo enfermero Kim Taehyung en persona después de estar desaparecido toda la semana.

El aludido reviró los ojos hacia arriba y bajó su taza al platillo. Una sonrisa se formó rápidamente en sus labios y trató de ocultarla con seriedad fingida.

-Profesor Jung, ¿es qué acaso se le derrumbó encima la montaña de exámenes que dejó para corregir a última hora? Porque por lo que veo- imitó que miraba la hora en su muñeca con un reloj inexistente- Llega hora y media tarde.

El castaño soltó una risotada y se sentó en la silla enfrentada a Taehyung, bloqueando la visión al río y recibiendo una mirada acusadora.

-Vale, vale, vale. La culpa es mía, pero en mi defensa diré que necesitaba una pequeña siesta. No tienes idea de lo que es soportar a adolescentes todo el día.

Taehyung negó lentamente con la cabeza y dejó salir un suspiro lastimero frente a su amigo.

-¡Hoseokie! ¿Vas a querer algo para acompañar a Taehyung?- gritó la anciana mesera que los llevaba atendiendo toda la vida en su local.

Porque sí, Jung Hoseok había sido su mejor amigo desde que tenía uso de consciencia, pasando todos sus recuerdos de vida correteando por las calles del pueblo ante los ojos de los habitantes. Ambos eran conocidos por sus eternas travesuras, ocasionadas principalmente por el mayor de los dos.

Hoseok era el hijo del alcalde del condado, un hombre humilde y que utilizaba bien su poder adquisitivo, gracias a esto, se había convertido en el alcalde más duradero de todos los tiempos; llevando prácticamente toda la vida trabajando para el pueblo.

El castaño no era menos y nunca se había sentido presumido o codicioso por tener algunas facilidades económicas diferentes al resto. Él y su hermana habían sido unos niños muy juguetones y sociables, destacando por la sonrisa que siempre deslumbraba en sus rostros.

-No Linda, tranquila, Hoseok no va a tomar nada, yo prácticamente me tengo que ir en breves- respondió Taehyung a la camarera tras de él.

-¡Ohh vamos!, no irás a dejar a tú mejor amigo en abstinencia, ¿o sí Taehyungie?

-Es lo que te has ganado por tenerme aquí en pleno otoño toda la tarde mientras tú dormías- el rubio termina de un sorbo su té y escruta con la mirada al castaño.

-Aish, siempre tan malo conmigo. Ten piedad de un pobre profesor que recién comienza.

-Apostaría mi riñón izquierdo a que en todo lo que llevas contratado en la escuela, no has llegado a tiempo a ninguna de tus clases.

Chasm. -Taekook-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora