Negocio Viejo, Negocio Nuevo

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La vida que había elegido no era fácil, la verdad que estar en el negocio del naecotrafico no me daba mas que dolores de cabeza, ni que hablar de lo difícil que era ser una mujer en este mundo. Había quienes me respetaban y quienes me subestimaban, realmente no sabían con quién se metían, ni de dónde provenía. Cuando escuchaban el nombre de mi finado padre temblaban y sabían que no debían meterse conmigo, porque crecí entre narcos y balazos, no había nada que me pudiera dar miedo, o quizás si, pero no era algo de lo que pudiera hablar ahora.

Todos los días la misma rutina, salir de mi casa, ir a la pizzeria que teníamos como pantalla, y alli manejar el negocio . No siempre era fácil hacerse cargo de todo lo que eso implicaba, debía ser dura con mis mulas y mis vendedores, nadie podía pasarme por encima, nadie debía creerse capaz de cagarme, y la única forma posible era el arma que siempre llevaba conmigo. Que miedo una mujer con un arma y que no dudará en usarla, ya lo había más de lo que hubiera querido, pero si mi vida peligraba, no me importaba defenderla.

Intentaba no involucrarme demasiado en las entregas o en recibir la plata yo misma, solo quedarme detrás del escritorio al fondo del local y solucionar los quilombos de mis empleados

— ¿Cuántas veces te tengo que repetir que no negociamos con ese imbecil? - dije golpeando la madera gruesa de mi escritorio para luego resoplar y pasar una mano por mi cabeza

Tadeo era mi mano derecha, a veces, cuando yo lo permitía era algo más, pero el sabía su posición, tenía que trabajar tal y como a mi me gustaba, bajo mis propios términos.

— Mimi, el sabe colarse entre nuestros distribuidores y logra hacerlo, ya te lo explique - decía casi en súplica el morocho frente a mi escritorio

— No me digas Mimi, Tadeo, estamos hablando de negocios, no estamos en mi cama - bufé enojada con que usará mi apodo en el trabajo, yo ahí era la jefa y tenían que usar mi nombre

— Maite - suspiro cansado de mi actitud pero sabiendo que me debía respeto

Camine de un lado a otro de mi oficina masajeando mi sien intentando pensar como hacer para sacar del medio a quien quería robar mi puerto e interponerse en mis negocios. Hacia tiempo quería ocupar mi lugar, había trabajado con mi viejo desde que teníamos 13 años más o menos, nos conocíamos demasiado bien para mí gusto y nunca pudimos soportarnos.

Cuando mi viejo murió era obvio que yo quedaria a cargo, trabajamos algunos meses juntos pero no supimos entendernos, así que lo eche, le dije que se fuera o le descargaba un cargador entero en las piernas, a ese nivel me hacia enojar. Y es que siempre fue muy creído y se pensaba que el negocio era fácil, como un juego de niños, y no, no lo era, el niño era el.

Valentín Oliva siempre se metía en el medio de mis ventas y ya me estaba haciendo enojar más de lo que debería, por lo cual debía ponerle fin a esa estupidez

— Que venga, manda a buscarlo, lo quiero acá antes de que me vaya - dije con firmeza clavando los ojos en el morocho que me miraba indignado ante lo repentino de mi decisión

— Maite, ¿estas segura? Es bastante jodido - dijo el casi que nervioso intentando acercase a donde yo estaba

— Yo soy jodida Tadeo, este pelotudo no me va a caminar a mi - dije con frialdad, casi que mi estado natural

Suspiré ante la mirada preocupada del morocho que tenía enfrente, me acerque a él y arregle el cuello de su camisa par a luego acariciar su mejilla con mi pulgar

— Voy a estar bien, vamos a estar bien ¿si? Ahora avisale a los chicos que lo vayan a buscar al rancho ese que tiene - dije haciendo una seña con mi mano y el asintió dirigiéndose a la puerta

Dinero Sucio ~ Wos [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora