Ariana POV
—Lyria.— Dijo T/N de repente.
Fruncí el ceño confundida, sin saber a qué se refería con eso.
—¿Qué?
—Me gusta ese nombre.— Respondió.
Estábamos tumbadas en una manta de picnic en el mismo lugar donde T/N me enseñó a nadar hace casi tres años. No había estado aquí desde aquel día, pero el lago parecía el mismo; esta parte del bosque también sigue siendo tranquila y pacífica hasta el punto de que solo se oye el agua y los animales.
—¿Te gusta?— T/N bajó la cabeza y yo levanté la vista de su pecho para encontrarme con su mirada.
—Sí, es un nombre muy bonito. ¿Por qué la pregunta?— Se encogió de hombros.
—Me gustaría que fuera el nombre de nuestra hija.
La mención de hijos me pilló desprevenida y también hizo que mi corazón diera un vuelco al pensar en tener hijos, una familia con T/N algún día.
—Eso es si quieres tener hijos. Osea yo quiero, pero si tú no quieres, me parece bien, no es un gran...— Detuve su divagación poniendo mi mano sobre su boca.
—T/N, cálmate. ¿Puedo hablar ahora?— T/N asintió - mi mano aún cubría su boca pero luego la retiré.
Nos sentamos antes de reanudar nuestra conversación.
—Me encanta el nombre y me encantaría tener un hijo, especialmente si es contigo.— Eso hizo que una gran sonrisa de oreja a oreja apareciera en la cara de T/N, que procedió a tirar de mí sobre su regazo y a juntar nuestros labios.
Incluso mientras nos besábamos podía sentir su sonrisa contra mis labios y yo tampoco podía contentarla así que resultó en que ambas rompiéramos el beso y solo nos miráramos mientras sonreíamos como tontas enamoradas.
Levanté mi mano y comencé a acariciar su rostro y su cincelada mandíbula, mi pulgar rozando suavemente su mejilla.
—Algún día tendremos nuestra propia familia.
—¿Lo prometes?— Pregunté mirando sus hipnotizantes ojos verdes.
Siempre me han gustado los ojos de T/N, eran una de las cosas que más me gustaban de ella físicamente. Eran únicos y vibrantes, hacían juego con su personalidad y la hacían aún más irresistible.
—Te lo prometo, diva.— Agarró la mano que acariciaba su mejilla pero que ahora se había detenido y me besó cariñosamente la palma.
—Incluso podríamos tener un perro.— Sugerí.
Ella se rió.
—De hecho, siempre he querido uno.
—¿En serio, de qué tipo?— Me acomodé contra el pecho de T/N y me rodeó con sus brazos.
—Me gustan los de tipo energético, ya sabes, como un bóxer o un golden retriever. ¿Y a ti?
—No sé mucho de perros así que no puedo decirte sus nombres pero me gustan los que se parecen a un lobo.— Admití.
—¿Un husky?
—¡Sí! Ese.— Dije emocionada.
T/N se rió y besó la parte superior de mi cabeza con ternura.
—No creo que la playa y los huskies sean la mejor combinación, diva.— Fruncí el ceño.
—¿Por qué no?
—Son un tipo de perro frío.
—Oh.
—Seguro que encontraremos uno que te guste.
—Supongo.— Levanté la vista hacia ella. —¿Cuántos hijos quieres tener?— Puso una cara pensativa antes de contestar.
—Cuatro.— Mis ojos se abrieron de par en par.
—¿Cuatro?
—Sí, siempre me ha gustado la idea de una familia numerosa.— Dijo con una bonita sonrisa.
—No voy a tener cuatro hijos. ¿Quieres matar mi vagina?
No me malinterpretes, me gustaría dar a luz, pero ¿cuatro veces? Ni de coña me voy a quedar embarazada tantas veces. Podría hacerlo dos veces pero nada más.
T/N se rió pero realmente no me parecía tan gracioso.
—No espero que hagas eso, diva. Si no quieres parir está bien, a mí tampoco me gustaría hacerlo.
—Me gustaría hacerlo... pero no cuatro veces. Dos veces como mucho.
—Trato hecho. También podríamos adoptar; siempre me ha gustado la idea de adoptar.— T/N sugirió.
—Me encantaría.—Después de eso, nos quedamos en silencio durante un rato.
Estaba tan tranquila y en paz que podía sentir que el sueño comenzaba a apoderarse de mí y T/N pasando sus dedos por mi pelo no hacía que fuera más fácil no hacerlo.
—T/N... Creo que me estoy quedando dormida.— Murmuré apenas logrando mantener los ojos abiertos.
—Descansa, diva, estaré aquí cuando te despiertes.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
