9.

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T/N POV

Duele. Me duele todo.

No sé qué ha pasado, un momento estaba cruzando el semáforo en verde y al siguiente todo me dolía.

Solo sé que todo me duele. Miré hacia un lado para ver que mi pierna sangraba al igual que mi estómago y probablemente también mi cabeza.

Intenté desabrochar mi cinturón con la mano que podía mover pero no pude, lo intenté y lo intenté pero fue inútil.

Estoy atrapada.

No me había dado cuenta de que el coche estaba de lado. No oía nada solo podía oler la gasolina. Necesitaba salir así que empecé a moverme y no debí hacerlo porque el dolor se volvió peor que antes.

Necesito salir o si no moriré y no la volveré a ver... pero no podía recordar quién era hasta que una voz en el fondo de mi cabeza me aclaró los pensamientos.

Ariana, no puedes dejar a Ariana, decía, me recordaba.

Empezaba a desmayarme, podía sentirlo, como si me estuviera quedando dormida pero mientras lo hacía me costaba cada vez más respirar. No quería irme así que luché pero perdí.

El último pensamiento en mi mente fue el de sus ojos marrones mientras sentía que se me escapaban y entonces no vi nada más que oscuridad.

-

Me desperté jadeando por tercera noche consecutiva.

Otra vez pesadillas y como siempre no recordaba de qué se trataba. Han sido constantes desde que Ariana y yo empezamos a tratar de revivir nuestros viejos recuerdos juntas.

Cogí mi teléfono para ver la hora, las cuatro de la mañana. Genial. Otra vez.

Sintiendo sed, cogí la muleta de al lado de mi cama y decidí ir a la cocina a por agua. Al menos ya puedo caminar lo suficientemente bien como para no necesitar la silla de ruedas, pero todavía no soy lo suficientemente buena como para subir las escaleras por mí misma.

En la cocina cogí un vaso y lo llené de agua, tenía tanta sed que acabé bebiendo cuatro vasos.

Malditas pesadillas.

No pude volver a dormirme, nunca puedo hacerlo cuando me despierto de una pesadilla, lo que me estropea el horario de sueño. Decidí sentarme en el porche trasero en lugar de volver a mi habitación.

El olor a mar y el sonido de las olas me dieron una especie de tranquilidad y serenidad. Era casi terapéutico. Miré mi teléfono y debatí si debía llamarla o no. Desde que empecé con estas pesadillas he tenido la necesidad de hablar con alguien después.

Sé que Ariana está arriba pero no puedo obligarme a despertarla porque ya está haciendo mucho por mí como para molestarla también en mitad de la noche.

A la mierda.

Marqué el número y esperé a que lo cogiera, normalmente lo hacía después del tercer timbre.

—Hola.

—Hola.— Respondí.

—¿Otra pesadilla?— Escuché la voz somnolienta del otro lado del teléfono preguntar.

—Ya lo sabes.— Me reí suavemente.

—¿Todavía no recuerdas de qué son?— Negué con la cabeza, pero respondí una vez que recordé que ella no podía verme.

—No.

—Lo siento.— Dijo Alix.

—No, yo lo siento, no debería molestarte tan temprano por algo tan estúpido. Lo siento, no sé por qué te he llamado, o porque te sigo llamando.

Rejecting Eternity (Ariana/tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora