—No —sentenció la pequeña—. Tu prenda es... es contestar sólo que sí —repitió mientras tomaba aire; ahora solo faltaba arrodillarse.
El cuerpo de la pequeña comenzó a inclinarse cuando—
— ¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti!
Hyewon se incorporó rápidamente, volviendo a apretar la cajita entre sus manos. En cuanto se reincorporó del todo, observó a Chaewon y a Minju entrar con un enorme pastel entres sus manos. Cerca de ellas estaban Jibeom y Changbin. Las velas del pastel estaban encendidas y detrás de ellos venían gran parte de los amigos de Eunbi y un montón de gente más a quienes la pequeña no conocía.
— ¡Feliz cumpleaños, querida Eunbi, feliz cumpleaños a ti!
La pequeña se hizo para atrás de inmediato, dando lugar a que Chaewon y Minju se acercaran para que Eunbi soplara las velas.
La pelirroja tenía una sensación rara, sus ojos iban de Hyewon a sus amigos y viceversa.
— ¿Tú sabías de esto? —preguntó a la pequeña, tomando su mano. Hyewon negó rápidamente; eso no le gustaba nada, pero si su novia estaba feliz no había nada que hacer.
— ¡Es una sorpresa! ¡Sopla ya, pelirroja sin culo, que me estoy cansando de tener este estúpido pastel!
Por la música, ninguna de las tres chicas alcanzó a escuchar a Hyewon murmurar lo perfecto que es el trasero de Eunbi.
—Yuna llamó a Minju para pedirle tu teléfono y nos contó de la reserva de la rari en este lugar —dijo la latina, mirando de costado a Hyewon—. Tan solo un llamado y organicé todo. ¿Kim Chaewon puede o no con todo? —Chaewon se sentía orgullosa mientras que Hyewon planeaba una forma de comunicarse con su empleada para despedirla.
— ¡Pide tres deseos, Eunbinnie! —la animó Minju para que soplara las velas.
Eunbi sonrió y tomó aire para apagar las veintiséis velitas. Todo el mundo en la sala aplaudió y Hyewon tuvo que soltar a su novia para que pudiera recibir los saludos de todas las personas que querían felicitarla.
Poco le molestaba todo eso mientras la sonrisa gomosa de la empresaria siguiera en su lugar, el problema comenzó cuando Hyewon vio al estúpido chico de peinado extraño acercarse con una sonrisa seductora y caminando como si se llevara todas las miradas del lugar. Hyewon detestaba a ese chico más que a ninguno, bueno, el otro alto tampoco le caía bien; Peter, pero al menos no se trataba de comer a Eunbi cada vez que la veía
— ¡Eunbi! —la saludó Donghyun, abriendo sus brazos para abrazar a la ex castaña—. Que bueno verte y especialmente en tanto detalle —los ojos del chico se fueron hacia el escote de la empresaria y Hyewon tuvo que obligarse a clavar sus pies en el piso.
La pequeña odió que la sonrisa de Eunbi siguiera allí aunque estuviera ese chico allí diciéndole esas cosas que Hyewon no aprobaba.
— ¡Donghyun! —la pelirroja lo correspondió el saludo y se dejó abrazar por el muchacho. Hyewon pudo ver que el chico quiso besar en la boca a Eunbi, pero ella lo esquivó con facilidad y le puso la mejilla. El chico se dio cuenta y rio en voz alta.
Hyewon pensó que el chico se veía bien. Era alto y tenía su físico marcado. Vestía con ropa costosa y moderna, y tanto su color de piel como su peinado hacían a la perfección el look de chico malo que atraía a casi todas las chicas. La pequeña veía a su novia interactuar con el muchacho y veía a la pareja perfecta; pensó que ella no le llegaba ni a los talones a Donghyun.
— ¿Cómo estás, Donghyun? —la voz de Eunbi la sacó de sus pensamientos.
—Muy bien, Eunbinnie, aunque no tan bien como tú —dijo, mirando a la pequeña que estaba oculta detrás de Eunbi.
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No soy para ti
RandomEunbi, una máster en negocios, está acostumbrada a tener todo y a todos bajo su control junto a su socia y mejor amiga: Chaewon. Con un chasquido de dedos, Eunbi consigue todo lo que quiere. Sin embargo su vida comenzara a cambiar cuando tenga que c...