Capítulo 4: -Al Rescate de Ame- Encuentro con 2 Coroneles

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—Perspectiva del Narrador—


—Al día siguiente—


En la tienda de música abandonada, nuestro protagonista y el joven Isao desayunaban con el propósito de reunir fuerzas para la ardua jornada que les esperaba. Sabían que, después del rescate, Isao necesitaría toda la energía posible para una larga caminata en búsqueda de un refugio seguro mientras el Jugador protegía al grupo desde las alturas de los edificios circundantes. Una vez terminado el desayuno, se prepararon para partir y, tras cinco minutos, estaban listos para dejar la sala de empleados. Al llegar a la puerta de entrada de la tienda, el Jugador se volvió hacia Isao con una pregunta práctica.


Jugador: ¿Prefieres que te cargue o quieres aferrarte a mi espalda? Podemos llegar más rápido si viajamos a mi manera, y además, es importante que conserves tus energías para cuando debamos mover a pie a tu hermana y a los demás niños desde el lugar donde están retenidos.


Isao, considerando seriamente las opciones que su amigo le ofrecía, finalmente tomó una decisión.


Isao: Quiero aferrarme a su espalda, Jug-San. -Dijo con determinación en sus ojos-

Jugador: ¿Jug-San? Ja, me gusta ese apodo. -Sonrió, agachándose para permitir que Isao se subiera- Adelante, súbete.


El niño asintió y con agilidad trepó a la espalda del Jugador, aferrándose a su cuello con los brazos mientras su nuevo amigo aseguraba sus piernas en torno a su cintura.


Jugador: ¡Sujétate bien, amigo! -Instó mientras esperaba la confirmación de Isao-


Con un asentimiento del chico, el Jugador tomó impulso hacia un vehículo abandonado cercano. Con un ágil salto, ambos se lanzaron al aire, alcanzando los cables de los postes cercanos para grindar sobre ellos, y así empezaron a avanzar rápidamente en dirección al último lugar donde se habían enfrentado al Jinete de la Apocalipsis. La aventura apenas comenzaba.


—5 minutos después—


La emoción y los gritos de júbilo de Isao llenaban el aire mientras se desplazaban a alta velocidad por la ciudad. Entre risas, el niño animaba al Jugador a acelerar más aún.


Isao: ¡Wiiijajaja! ¡más rápido Jug-San! -Exclamaba emocionado, disfrutando cada momento de su veloz viaje por cables, vehículos y estructuras urbanas-

Jugador: ¡Entendido! -Sonrió y activó el sprint, incrementando su velocidad mientras zigzagueaban entre los obstáculos urbanos-


En medio de este frenético viaje, el Jugador aprovechó para informarse más sobre los vampiros que buscaban enfrentar.


Jugador: Isao, ¿Cómo puedo distinguir a los vampiros de un humano común?


Isao, que estaba pensativo mientras disfrutaba del viento en su cara, tardó un momento en responder.


Isao: Mmm... Bueno, puedes distinguirlos por el color de sus ojos y sus orejas puntiagudas. Ah, y también suelen vestir de blanco.

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