Capítulo 8: Jugador Post-Apocalíptico

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—Perspectiva del Narrador—


—5 meses después. En alguna otra parte de la Ciudad, a las afueras de Shibuya—


Una feroz batalla se desataba en el interior de una fábrica de fundición abandonada tras el Apocalipsis. Un escuadrón de cinco miembros del EDIJ, dedicado a la exterminación de vampiros, se encontraba en una situación desesperada. Varios de sus compañeros habían caído, víctimas de su propio descuido, y ahora yacían en el suelo, siendo devorados por un grupo de ocho vampiros. Dos de los miembros del escuadrón, aterrados, decidieron retirarse hacia el segundo piso de la fábrica. Ascendían rápidamente por las escaleras metálicas cuando, de repente, uno de ellos fue alcanzado en la pierna por un tajo diagonal, propinado por un vampiro que lo sorprendió desde las sombras. Antes de que pudiera reaccionar, el monstruo se abalanzó sobre él y lo mordió en el cuello.


Soldado Masculino del Escuadrón de Ext. del EDIJ: ¡C-corree, Ima! -Gritó con su última pizca de fuerza, mientras su compañera, asustada y llorosa, huía de la escena, dejando atrás a su compañero que, en sus últimos momentos, murmuró con voz quebrada- C-corre...


La última miembro del escuadrón, una joven mujer llamada Ima, ya había alcanzado el segundo piso y corría con todo lo que sus piernas podían soportar.


Ima: L-lo siento, chicos... l-lo siento, Daiki... -Se repetía una y otra vez, disculpándose por lo que acababa de suceder y por haber dejado a su compañero a merced del vampiro-


Corría sin detenerse, buscando desesperadamente una salida. Al llegar a lo que parecía ser la sala del capataz, vio una puerta que conducía a una salida de emergencia. Estaba a solo unos metros de alcanzar la puerta, su única vía de escape, cuando de repente, tres figuras rompieron las ventanas de la sala, aterrizando de manera inesperada y bloqueando su camino. Eran los vampiros que habían sobrevivido, mientras los demás se alimentaban de sus desafortunados compañeros. Los tres monstruos la acorralaron rápidamente: dos de ellos se colocaron frente a la puerta de salida, y el tercero bloqueó la entrada y salida de la sala del capataz, acercándose lentamente a la aterrorizada soldado.


Vampiro 1 (Fábrica): Vaya, vaya... parece que nuestra presa casi logra escapar. -Dijo burlonamente un vampiro encapuchado, disfrutando de la desesperación de Ima-

Vampira 1 (Fábrica): Jiji... deberíamos haberle dado unos segundos más de esperanza, muchachos. Viéndola ahora, con su moral destrozada, es un placer indescriptible. Oye, ¿Cuánto vas a tardar en atraparla? -Preguntó con impaciencia, mientras observaba con arrogancia-


En cuestión de segundos, el vampiro que se acercaba a Ima la atrapó antes de que ella pudiera defenderse con su espada, derribándola al suelo en un solo movimiento.


Ima: ¡Nooo! ¡Suéltame, maldito chupasangre! ¡Ayuda! ¡Mphhh! -Gritó desesperada, pero fue rápidamente silenciada por la mano del vampiro que la mantenía inmovilizada-


Los vampiros presentes sonrieron de manera aterradora, saboreando el miedo y la desesperación de su víctima. Ima no pudo resistirse más; su cuerpo se rindió y sus lágrimas comenzaron a fluir con más intensidad, mientras el trío de vampiros mantenía sus sádicas sonrisas, deleitándose con el estado de la exterminadora.

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