Capítulo III

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La Hiel desgarradora.

. ❀ .


En el Bànyè¹ Jiang Cheng recayó.

. ❀ .

Nuevamente sentía que flotaba en el aire, y no de una buena manera.

Cuando era niño se preguntaba como se sentiría ser una nube flotante, siempre observando con tanto ánimo cada detalle de las nubes que surcaban los cielos: tan blancas y apacibles; su anhelo inocente era algo que siempre estaba presente... «realmente estúpido» piensa con irritación, sin embargo, Jiang Cheng ahora podía sentir que todas aquellas imaginaciones y anhelos eran una mierda, odiaba aquella estúpida incógnita que se planteó de niño, el flotar en la nada era asquerosamente cansado y jodidamente estresante.

Odiaba a su yo más joven, que se la pasaba soñando y anhelando cosas tan vanas y tan idiocias.

Su cuerpo se siente entumecido y sus manos están tan rígidas que puede romperse fácilmente, su mente va y viene cada cuanto como la ves anterior; incluso mas frecuente que antes.  

Y se retuerce de impotencia. 

El hecho de no poder hacer nada, el hecho de estar tan contaminado como para ver a su sobrino, a su A-Ling. 

Jiang Cheng sabe que inevitablemente tendrá que verse con el Líder de este tiempo, el solo pensarlo le hace tener nauseas, no sabe que es lo que dirá, no sabe nada y eso le hace tener miedo. No por el, si no, por A-Ling de no ser suficiente para protegerlo y que le pase algo. 

Jiang Cheng se siente como un niño, su mente nuevamente se siente pesada y nebulosa, el aire mental ocupa toda su atención siendo tan grande que ya no hay espacios para sobrepensar las cosas. 

Es entonces... que Jiang Cheng vuelve a ceder a la oscuridad.

 . ❀ .

Hay sangre, demasiada, mucha, mucha... 

Tanta que quiere gritar  y sin embargo su voz es tan inútil

 que es incapaz de salir. 

Incapaz de si quiera expresar su desgarrador ahogamiento. 

Las manchas en sus manos pesan tanto que  sus hombros caen en derrota. 

¡Muérete por favor! 

¡Jiang Cheng!

Alguién grita entre sollozos desgarradores. 

Hay unos ojos fríos que le helan la sangre lo observan hasta matarlo

Y

Pronuncian como un cuchillo afilado...

Me das asco.

A-Niang lo mira y Jiang  Cheng cae.

Cae hasta el abismo.

Cuando se marchite el LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora