Capítulo VI

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El viento que cruje al bailar.

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Jiang FengMian se quedó mudó observando a quien decía ser su hijo, quien afirmaba que el estaba muerto, que la Doncella Yu estaba muerta , que todos estaban muertos. La habitación se quedó en un silencio mortal, uno que no podía disiparse, el pequeño niño sonreía y reía ante los cariños de su JiuJiu ignorando el hecho de que estaba frente a fantasmas del pasado de WanYin. Por un segundo FengMian dejó de pensar en el, como había estado haciendo desde que se supo que era su hijo, y se concentró en observar a la persona que estuvo en cama algunos días después de la operación, quien parecía que en cualquier momento colapsaria, si no fuera por aquella criatura que estaba frente a el.

   —A-Ling quie come JiuJiu—escucharon al niño refunfuñar con sus manitas en el rostro de Jiang Cheng, jugando con sus mejillas y haciendo cara de perrito.

  —¿Es todo lo que dirás? —Jiang Liu esta molesto, incluso esa palabra resulta poco para lo que en estos momentos siente.

Se atreve a decir que todos están muertos, pero no dice nada más, se queda con cara pérdida viendo al niño quien a expresado su hambre, pero es todo lo que dice, no articula nada más. Sus puños se comprimen intentando apaciguar su ira, y observa a su esposa quien esta a su costado aún consternada por lo que ha dicho su nieto. Parece como si no dudará, como si en estos momentos ella estuviera viviendo aquello de lo que fue dicho hace algunos momentos.

   —Explicate —exige el Líder aún sin creerlo.

    —Jiang-Juju por favor —murmura el Líder Yu intentando calmarlo.

   —¿Todos se van a quedar callados? esto esta mas haya de nuestro entendimiento, puede que se haya comprobado que el es nuestra sangre, pero... no nos ha dicho nada que nos sirva. 

CangSe SaRen observa al Líder Jiang quien está molesto, ella sabe como es ese tipo de personas, no saben canalizar las emociones y las confunden, haciendo que la ira y la molestia sean su primera reacción. El único que parece reacio a aceptarlo es el, y lo entiende. Todo esto es muy confuso.

Así que se aventura a dar algunos pasos más cerca del chico que ignora todo lo que hablan ellos, y suspira dirigiendo su vista al Líder de Secta.

—Líder Jiang  si me permite, — Jiang Liu no vacila y asiente, tampoco es como si el la tratara como alguien desconocida. —Maestro Jiang —ella le llama.

Jiang Cheng levanta la vista dejando que su sobrino juegue con las puntas de su niújiǎotó mal hecho.

—Cuando se refiere a todos, ¿solo se refiere a la familia principal o también al Joven Wei y yo? 

CangSe SaRen esta segura de algo y es que en primer lugar si este asunto fuera tan trivial no tendría porque callarlo tanto, pero a sus ojos, aquellos cárdenas que observan al niño, se hayan en un pozo tan oscuro que a SaRen le aterra, es como ver los ojos de aquella mujer que se desvanece en su mente. Así que, se prepara mentalmente para la respuesta.

Jiang Cheng es consiente que no lo ha dicho de la mejor manera, en realidad es un mierda  todo esto, el no lo pidió, sin embargo, el está siendo amable y se los ha dicho no tan crudamente, ya que decirlo no es lo mismo que vivirlo. Ellos desconocen que fue lo que pasó, en sus mentes todo esto posiblemente tenga una explicación no tan despiadada, pero por desgracia eso no es así. La vida es una mierda, así que entiende hasta cierto punto su reacción. Pero no entiende que a Jiang Cheng le está costando no tirarse al suelo y llorar. Han pasado apenas dos años, el todavía siente aquellas heridas como si hubieran sido ayer.

Cuando se marchite el LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora