Capitulo XII

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Una agonía no escrita

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Por lo regular el ala médica era bastante ajetreada en momentos de Cacerías Nocturnas, Festivales de Valía, y las aclamadas Conferencias de Discusión, estas últimas sucedían cada cuatro años por lo que no era casi una situación cotidiana, sin embargo, últimamente con las revueltas en Hubei, en Lemapo, Xiemazhen, Houyuan, entre otras regiones más, no se estaban dando abasto ante el inmensurable estrés que ocasionaba esta situación. Incluso el Líder de Secta Mao que estaba hasta Wuxue no perdonó el tiempo y el mismo día de la incidencia con precipitó se dirigió a Yummeng.

El cansancio en su cuerpo era alto, demasiado que controlar, dirigir y planear, muchas dudas y quejas, mucha sangre y gritos; y teniendo en cuenta que solo era la subjefa no quería imaginar  el vasto cansancio que su JieJie estaba cargando.

Jiang Lian suspiró pesadamente frotándose los ojos, la estimación en su maquillaje desapareció  después de todo, el desayuno fallido no había estado a la altura de su presentación  y de todas maneras el ardor que asaltaba sus ojos lo ameritaba. Miro de soslayo al pequeño Jin Ling quien se hallaba jugando con su comida. Los platos estaba tirados hacia los lados de la cama con el arroz esparcido sobre sus cobijas, a Jiang Lian le dolió el corazón. Jin Ling estaba manchado de los jugos dulces de la carne  y seguía amasando el arroz como si de tierra se tratase. Lo metía a su boca masticándolo pero la realidad es que solo lo llenaba de baba y después lo embarraba en las cobijas. Sus ojos estaban bastante irritados después de una rabieta, aunque considerarlo como tal, no era posible. Algunas lágrimas seguían en sus mejillas, sin embargo, parecía que por fin había podido calmarlo.

El JiuJiu de A-Ling había salido al pueblo y había sido herido por lo que requirió reposo. Así que Jin Ling estaba ansioso por ver a su familiar.

—¿Qué pasa A-Ling? ¿Quieres seguir llorando? —pregunta con tono meloso, limpiando las lágrimas del más pequeño.

Jin Ling tenía tenía un puño de arroz en su boca babeando la masilla, levanto la vista ante el tacto de la mayor. Este se sorbe la nariz respirando en pausas, quita su puño de la boca haciendo un puchero. El aguanta el seguir gimoteando, sus pequeñas mejillas se inflan como ardilla, mientras sus ojitos mieles se irritan por las lágrimas ya en su rostro algunos mocos están sobre sus labios dándole unas pintas no tan agraciadas.

—Jiojio —murmuró. —queo Jiojio —volvió a repetir agarrando las mangas de su ropas.

A Jiang Lian le dolió el corazón, era bastante difícil ver como pedía ver a su JiuJiu. Jiang Lian le sonrió con dulzura y lo trajo así mismo abrazándolo, tratando de darle calma,  su cabeza estaba en su cuello mientras sentía la temblorosa respiración. Ella no era fanática de los infantes, pero este niño se había ganado su corazón. Se recostó en la cama y empezó a darle delicadas palmadas en la espalda.

La manera en la que lloraba pero a la vez trataba de controlarse era tierna, y a la vez preocupante. Qué tipo de niño controlaba cuanto llanto tenía que dejar salir, como si hubiera alguien quien frenara esas emociones.

Jiang Lían le hecho una última mirada a su habitación y suspiró sobando su espalda. Mirando su techo pensó en todos los pendientes que le esperaban ese día, no queriendo claramente que pasaran. Se sentía cansada y con falta de sueño, el estrés de la mañana y su Shushu era grande y Jin Ling en realidad no había sido un factor de su falta de descanso.  Por lo que trato de desinflar su estrés. Los ojos lilas de Jiang Lian estaba cerrándose, el pequeño cuerpo de Jin Ling estaba amoldado encima de ella, acomodado como koala. Cuando sintió que estaba quedando dormida, abruptamente se despertó, el sonido de un plato rompiéndose fue su alarma.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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