Radio Recuerdos: el arpa que conquista la tristeza

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Me han dicho muchas veces: "negro, te gusta mucho la música", pero yo pienso que sólo me gusta el joropo, el que hace mover los pies con la fuerza de una tormenta, el que me acompaña al mediodía.

Mis hermanas y mi madre, con quienes vivo, me alteran la sangre, necesitamos sobrevivir, sus miradas me hacen encontrar con el pasado, y es usual que, lunático, sin miedo, mis memorias rasguen con fuerza las imágenes de mi padre descuidado, porque quieren apagar el ruido de sus gritos alcohólicos. Quizás lo logren a través del arpa que truena desde un pequeño radio que sitúo con cuidado sobre mi clavícula, bajo la presión que ejerce el cuello de mis camisetas, no está de más decir que confundo la vibración del aparato con las emociones que me produce esta música, este radio, el mismo que me ha dejado saber que Clinton no manchó ninguna silla, sillón o escritorio, del salón oval con su carnal deslealtad; y que también me dejó saber que algún señor, en algún lado, rehace el mosaico de sus dientes con "Super Bonder", el poderoso pegamento que, a partir de ese momento, para mí, pudo haber utilizado como eslogan: "rehacemos sonrisas".

Diferentes canciones han ido y venido, diferentes noticias me han hecho vibrar la piel, diferentes palabras me han atravesado con su redundancia o contradicción. Y termino con la mirada puesta en el cielo triste de la ciudad, encontrándome en el lugar común que me brindan los anhelos y la somnolencia, caminando frente al colegio repleto de monjas al que nunca he entrado, pero que intuyo, por su aroma vespertino, tiene al menos un árbol de jazmín cerca a la entrada, que enaltece la melancolía de la ciudad, o de pronto la mía. Una de esas lúgubres emociones atada a líneas negras que me conectan con todo y con nada a la vez, que me hacen preguntas, pero difícilmente me dan respuestas.

Por eso, sólo me quedo con la música, con la radio bajo mi camiseta, con el huracán que llevo dentro y que llega hasta la suela de mis zapatos.

En Sucias ManosWhere stories live. Discover now