Puerta de entrada a la procesión: una declaración

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Soy un oyente más dentro de la maloca que experimentamos día a día. Mestizo en mezcolanza física pero aborigen en orgullo.

Acostumbrado a no encontrar el camino fácil. Un helicóptero en imaginación que conserva las etiquetas que nos brindan identidad y que nos permiten sentir control sobre lo incierto.
Dominado por la etimología del lenguaje, por los significados del entorno, por los detalles que captamos con los sentidos, por las sensaciones que nos brinda la humanidad misma. Buscador siempre de ambigüedades que nunca se encuentran.
Paranoico, o en otras palabras precavido y prevenido. Con canciones compulsivas sobre nuestra existencia vacía. Fluyendo con el mundo y buscando conexión entre diferentes objetos, imágenes, letras, silencios, sonidos, reflexiones para realizar cartografías de las realidades.

Y también, soy malo redactando pero bueno para dejarme localizar por las palabras o expresiones, por mencionar algunas que me han encontrado: Anacrónico, Arcilla, Tantrum, Crueldad, Aquiescencia, "Deus ex machina", Escindir, Hirsuto, Inextricable, Pertinaz, Exultante, Indicio, Cláusula, Umbral, Súplica, Brusco, Iridiscente, Murmullo, Estrépito, Diáfano, Circunspecto, Consonante, Providencia, Marginación, Inexorable, Precursor, Estertor, Hilarante, Estupor, Mercenario, Eufemismo, Juggernaut, Brumas...
Todas ellas en mi mente para hacer parte de lo que comunica el espíritu, bajo cualquier expresión.

En Sucias ManosWhere stories live. Discover now