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Tres semanas comiendo juntos había provocado que la confianza entre todos creciera, incluso Min Sae y Jung Kook se estaban llevando muy bien, hablaban mucho entre ellos, algo que realmente tenía despreocupado a Kim Seok Jin. Acostumbraba comer en silencio aún con sus amigos, así que estaba cómodo, dentro de su zona de confort.

No tomaba a mal que su amiga estuviese conociendo a personas y les hablara, sobretodo porque ella aún lo tenía en su prioridad. Cada cinco minutos lo observaba para asegurarse si necesitaba algo, para limpiarle los restos de comida que él no miraba, darle uno que otro beso en la frente, mano o mejilla y muchas sonrisas que a los demás les parecían los gestos más hermosos, porque como novios uno le daba libertad al otro, pero siempre estaban al pendiente.

Kim Nam Joon por su lado había dejado de observar tanto a Seok Jin, en su mente lo que él tenía con Min Sae era algo sólido y estable, pero lo extraño fue que pese a tres semanas, no había vuelto a las andanzas.

Aún seguía sentándose a lado de Jin en cada clase, pero no le hablaba a solas, al menos lo evitaba por respeto, porque cada que no lograba obligarse a no verle, su mirada no podía evitar posarse en los hermosos rasgos del chico que ni lo hacía en el mundo, al menos no como algo más que un amigo, quizá ni eso.

—No creo que sea apropiado Min —susurró Jung Kook, ese día solo estaban en la mesa Nam Joon, Seok Jin, Kokie y Min, los demás se habían ganado un castigo por entrar al vestidor de las chicas.

—Jinnie —su amiga llamó su atención con su tan melodioso tono que reconocía a la perfección.

—¿Qué quieres pedirme Min? —dijo tan dulcemente que derritió el corazón de Nam. — Te conozco pulmoncito, quieres pedirme algo.

Tanto Nam Joon como Kook se miraron por lo mucho que la pareja se conocía.

—Es que Kookie quiere ver una película que tengo en versión extendida, ¿te molesta?

—¿Qué vaya a tu casa? —sonrió con una ceja alzada, como dándole carrilla, pero recordó que era su novia, aunque no le pondría límites.

—Puedo prestársela si así te parece mejor —se apresuró a decir.

—No, sé que amas tu colección y que jamás prestas, adelante. Confío en ti y en Jung Kook, claro.

—Muchas gracias Seok Jinnie —dijo conmovido por el voto de confianza en tan poco tiempo.

—Diviértanse. —Ambos chicos tomaron sus cosas y se alejaron. Ya habían salido, pero aún así quisieron comer juntos en la cafetería.

—En serio eres un buen novio.

—Gracias.

—¿Sin duda? —preguntó asombrado.

—Te lo has ganado, la verdad que me agrada el ambiente que se ha creado en los recesos, me siento cómodo y eso es raro. Además agradezco que hayan acogido de manera tan amable a Min Sae, soy su único amigo.

—¿Amigo? —Alzó la ceja y Jin cayó en cuenta de su error.

—Antes de ser su novio, soy su amigo Nam. ¿Aún estás interesado en mí? —preguntó ofendido—. Creí que tu amistad era honesta. —Salió enojado y Nam Joon caminó detrás de él, pero el chico era rápido y le estaba costando seguirle el paso.

—¿¡Qué esperabas!?, estoy acostumbrado a obtener todo lo que quiero, tú eres la puta excepción. —Se detuvo en cuanto miró que también lo hizo Seok Jin, pero no se acercó, le miró la espalda nada más. — Deberías darme mérito —susurró con resignación.

—¿Mérito?, ¿por esperar que en cualquier momento Min y yo terminemos?, o ¿me vas a negar que si eso pasa no buscarás cualquier excusa para obtener lo que sea que quieras de mí? —Se giró para mirar el semblante del chico. — ¿Quieres un estúpido beso?, ¿quieres saber cómo se sienten mis labios?, deja le llamo a mi novia para avisarle que ganaste que lograste hartarme y que solo así podré deshacerme de ti, pero debes prometerme que me dejarás en paz —dijo frustrado, sacando el celular.

—No te he pedido nada, jamás lo he hecho, me he limitado, pero tampoco puedo negar lo que anhelo. ¿Qué esperas?, ¿que me deshaga de lo que sea qué hay en mí? —Dio unos pasos atrás. — No quiero nada tuyo. —Se fue corriendo, con la mano en el pecho y la garganta seca.

Jin caminó sintiéndose un poco mal por cómo trató a Kim Nam Joon, era cierto, hasta el momento el chico no había intentado nada, ni le había pedido algo, el único contacto que tuvo fue cuando tocó sus labios con los dedos, pero hasta ahí.

Fue a la casa de Min Sae, sabía que ahí estaría Jung Kook. Tocó y le abrieron de inmediato, estaban en la sala mirando la película.

Min lo observó preocupada, conocía a su amigo, sabía que algo andaba mal, Kookie creyó que era su culpa.

—No quiero ocasionar problemas Jin, mejor me voy. —El agarre del chico que se encontraba sentado en un banco de la barra de la cocina, se lo impidió.

—Sé que se gustan —sonrojó a ambos, pero la realidad era que existía una atracción imposible de ocultar entre ellos. Kook no contestó.

—Jinnie, como vas a decir eso, soy tu novia.

—Estoy cansado de mentir Min, quizá solo debo aceptar los problemas y afrontarlos en lugar de evitarlos. —No entendía qué fue generado por la pelea con Nam, pero no se sentía bien siguiendo con el circo que había armado.

—Jin, si es por mí, prometo alejarme. Ustedes tienen algo perfecto.

—Lo nuestro es mentira, no somos novios Kookie, somos amigos. Solo quería que Nam Joon me dejara en paz —mencionó finalmente y su pecho se liberó.

Min Sae acarició el cabello de su amigo, no sabía qué pasaba, pero estaba segura que la necesitaba.

—¿Seguro qué no son novios?, parecen —rieron, pero negaron, esta vez ambos lo hicieron.

—Pueden besuquearse. —Recibió un golpe por parte de su amiga y una risa risueña de Jung Kook.

—Yo sí quiero. —La tomó por la cintura y la besó tiernamente.

—Me voy —dijo entre risas incómodas.

—¿Jin?, ¿quieres que guarde el secreto? —preguntó, pese a sentirse mal por su mejor amigo, pero entendía la situación a la perfección, más conociendo la insistencia de Nam.

—Eres libre de contar la verdad, solo omite lo de Kim Nam Joon, no quiero avergonzarlo. ¿Puedes decirles que no quería socializar y que poner como pretexto una novia se me hizo la mejor opción? —Asintieron ambos. — Sean felices chicos.

Caminó hasta su hogar y no pudo dejar de pensar en cómo cambió su vida por una simple foto que odiaba y amaba a la vez, porque gracias a ella su amiga ahora tenía a alguien, pero él parecía no tener nada, así se sentía.

«Debo hacer la tarea», volvió a sus pensamientos normales y por un lado se alegró de estar de nuevo dentro de su zona de confort, sin novia y con los mismos amigos de siempre.

«Debo hacer la tarea», volvió a sus pensamientos normales y por un lado se alegró de estar de nuevo dentro de su zona de confort, sin novia y con los mismos amigos de siempre

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Esta historia solo tendrá diez capítulos, disfrútenla por favor. 🖤

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