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Tembloroso sacó la llave de su bolsillo, no lograba atinarle a la cerradura, pero pacientemente Nam esperó, no lo apresuró, ni le pidió hacerlo él.

Logró quitarle el seguro, pero aún no se animaba a entrar, giró hacia su novio para buscar apoyo y lo recibió con una sonrisa. Suspiró para por fin abrir la puerta.

—¡Familia!, ¡tengo que presentarles a alguien! —Kim Nam Joon se sorprendió por el poco tacto ante la situación, como si Seok Jin fuese el hijo que hace lo que quiere, aunque no le sorprendería que lo fuese.

—¡Oh, Jinnie! —Sus hermanos llegaron a saludarlo, los pequeños eran mucho menores que él, detrás estaban sus padres que lo miraban expectantes, pero amorosos. Tenían utensilios de cocina en las manos, habían estado preparando la cena.

—¿Pasa algo malo? —Su hijo negó y los condujo a la sala, Nam se mantenía cerca, aunque fue su idea, sentía querer esconderse.

—Este chico. —Tomó de los hombros a su novio y lo puso frente a sus padres. — Es Kim Nam Joon. Mi novio. —El joven esperó lo peor por los rostros de la familia de Jin.

—Oh, ¿mi Jinnie en una relación?, creo que no estaba preparada para esto. Ni si quiera he tenido la charla con él. —Miró a su esposo con semblante preocupado. — ¿Tú has tenido la charla con él?

—No es necesaria ninguna charla mamá —susurró apenado, suplicando que no lo avergonzaran.

—¡Seok Jin!, decide, ¿tú o Nam?, ¿quién va a recibir la charla?

—Kim Nam Joon —ni dudó—. Suerte Namu —susurró, le dio un beso en la mejilla y se sentó lejos, pero donde alcanzara a ver la situación. El chico no reaccionó hasta que notó a Jin en una silla comiendo una manzana, totalmente despreocupado.

—Ven mijo, siéntate en medio de nosotros —solicitó el papá de Seok Jin.

Empezaron a hablar de muchas cosas que jamás hubiese imaginado. Terminó sonrojado y con la mirada perdida, tratando de procesar la información que estaba recibiendo.

—El que no se puedan embarazar, no quiere decir que tengan permiso de hacerlo por toda la casa. ¿Está bien? —Asintió casi por inercia. — Listo, puedes ir con Jinnie. —Se levantó como si le prendieran fuego en el trasero y se sentó junto a Jin, buscando esconder su rostro en su pecho.

—¿Estuvo tan mal? —rió y trató de no caer por el peso extra.

—Me siento sucio —dijo ahogando sus palabras entre la ropa de su novio.

—¿Quieres subir?, para que descanses un poco. —Después de que conociera a su familia, se sintió más cómodo con él, incluso quería hacerlo sentir bien, la preocupación empezó a surgirle. Recibió un asentimiento, eso le bastó para tomarle la mano y guiarlo hasta su habitación.

—¡Nam!, ¿regla número tres?

—Mantener la puerta abierta —contestó de inmediato como si estuviese programado.

—Ese chico me cae bien —dijeron ambos padres—. ¡Aprobado Jinnie! —Nam Joon pese a lo traumado que estaba, pudo sentir la satisfacción de eso que significaba algo tan importante para él.

Kim Seok Jin lo acercó a la cama para que se recostara, mientras él acercaba su silla para que empezaran a hacer la tarea.

—Ya estás a salvo Namu —volvió a llamarle por segunda vez así, lo que no pasó por alto el chico que descansaba de una charla incómoda.

—He notado que me has empezado a llamar Jonnie y Namu —mencionó a la vez que se reincorporaba para sentarse—. Se subió sobre las piernas de Seok Jin, quedando frente a frente. Eso lo puso muy nervioso. — ¿Me quieres?, ¿aunque sea un poco? —Jugó con su cabello, provocando que los ojos de Jin se cerraran.

Labios desconocidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora