Labios desconocidos

6

Llegó temprano, tomó el asiento de siempre y a los minutos llegó Kim Nam Joon, pero se dirigió a su antiguo lugar, cerca de sus amigos. Ninguno se prestó atención, como antes y eso llenó de alivio a Kim Seok Jin.

Ambos se pusieron a hacer sus deberes atrasados, esperando a que alguien conocido llegara, su corazón empezó a latir fuerte al ver a Jung Kook entrar, el chico le regaló una sonrisa como saludo, detrás llegaron: Jimin, Tae, Hoseok y Suga que también lo saludaron.

Se puso los audífonos, sabía lo que venía.

En el transcurso de la plática que trataba de ignorar, pudo sentir las miradas que se posaban en él. Horrible, era lo que más odiaba, andar en boca de las personas, pero se lo había ganado.

—Ay ese Seok Jin —rió Tae—, siempre tan ocurrente.

—Seguro pensó que éramos una especie de secta badboy, lo peor en personas —continuó Suga.

—Sí, no quería ser nuestro amigo el muy santo, pero si somos como pastelitos, solo nos gustan mucho las chicas —añadió Hoseok— Quizá no le gustan los pastelitos —dijo desviándose del tema.

Jung Kook trató de reír natural, pero observaba a Nam quien no le quitaba la vista de encima a Kim Seok Jin, no era una mirada seductora, era una mirada traicionada.

—¿Entonces ahora andas con Min?, ¿relación formal? —preguntó Jimin, todos estaban felices, pero preocupados por la chica, Kook era de los que más seguían los pasos de Nam Joon, así que no sabían qué tan en serio iba.

—Totalmente, le he fallado a nuestro líder Jonnie —sonrió por primera vez desde que llegó.

—Me alegro por ti Kookie.

Cada uno tomó su asiento para empezar a escuchar al maestro, la clase estaba pasando lenta para todos, porque el docente había decidió contar que le llegaron los papeles del divorcio esa mañana y que tendría que darle la mitad de todo a su futura ex esposa, pero como todo tiene un final, lograron llegar al de la clase.

—¿No vienes Nam? —preguntó preocupado Jung Kook, observando que Seok Jin se había quedado dormido, no quería dejarle solo porque sabía que su amigo era impredecible.

—Tranquilo, solo quiero hablar con él. —Le dio su espacio, confiaba que no haría algo en contra de la voluntad del chico.

Se acercó y quitó el auricular, despertándolo sutilmente, abrió los ojos sin esperar toparse con él, ahí sentado en la paleta del mesabanco.

—Me lo esperaba —susurró—.

—¿Así que no tienes novia? —sonrió como si no le doliera la expresión de fastidio que recibió—. Creo que me debes algo. —Seok Jin rió sarcásticamente y frunció el ceño, indignado. Se paró frente a Nam y empezó a acercarse con los labios levantados en un semblante frío, pero el chico se quitó. — Me refiero a una disculpa. Me hiciste sentir mal por interferir en una relación inexistente, me hiciste dudar de si era una buena persona, aunque nunca intenté nada contigo cuando pensé que salías con Min Sae. ¿No lo crees?

—Perdón, honestamente, lo siento mucho.

—Gracias. —Se quedaron en silencio, aún estaban muy cerca, sus respiraciones se escuchaban y sus alientos se entremezclaban por la poca distancia, Kim Nam Joon estaba con brazos cruzados, aún sentado sobre el mesabanco y Kim Seok Jin frente suyo. — Aún me gustan mucho.

—¿¡Qué!?

—Shhhh, estoy hablando con esos labios que tienen la desgracia de estar en ti —sonrió, era su forma de aceptar su disculpa—. Vamos a comer algo. —Inclinó su cabeza para indicarle que lo siguiera y se levantó.