Segundo capítulo

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Seungcheol llegó esa mañana al colegio confundido.

Jihoon no iba a clases hace un mes y si su visión no le fallaba, la persona que iba en esa patrulla cuando iba de camino al colegio era el profesor de piano del menor.

Algo raro estaba pasando y aunque jamás lo diría en voz alta, necesitaba saber por qué Jihoon no volvía.

El director convocó a toda la escuela a un discurso en medio del patio; de su boca salieron las peores palabras que un alumno o cualquier persona podría escuchar.

— Como institución educativa, lamentamos la situación ocurrida hace un par de semanas... —empezó el señor,— En donde un profesor abusó sexualmente de uno de nuestros alumnos. El joven está en una situación complicada en estos momentos.

A cada palabra, Seungcheol se volvía más pálido.

— El docente en estos momentos está siendo fiscalizado por la policía y nosotros, como escuela, estamos ayudando con terapia al menor —finalizó,— Una vez más, lamentamos este hecho y les instamos a no quedarse callados ante una situación así; si tienen algún problema, tienen libertad de decirlo para poder hacer de esta escuela, un mejor lugar.

El patio quedó en silencio y todos se retiraron a sus salones; era demasiado probable que ningún profesor quisiera hacer clase luego de semejante noticia.

Seungcheol fue el único que se quedó en el patio deambulando, atrayendo la mirada del director, quien se acercó.

— ¿Choi? Debería ir a su salón —le invitó,— Se ve que pronto empezará a llover.

Y así era. Nubes negras se acercaban y pequeñas gotas empezaban a caer.

— ¿E-el chico...? —quiso preguntar, algo tímido y nervioso por la respuesta,— ¿Es J-Jihoon?

— Lamentablemente sí —asintió el director suavemente,— Ahora ve a tu salón. Y por favor, no compartas esta información con nadie.


Seungcheol no pudo seguir en clases y le pidió a su madre que lo fuera a retirar. Su condición empeoró cuando reconoció a la hermana mayor de Jihoon fuera del colegio.

Quizás tuvo que haber reconocido las señales que ahora recordaba del chico; cuando se escapaba de clase para faltar al taller y él le decía irresponsable, o cuando se sentía nervioso si perdía una de sus partituras y él le decía olvidadizo.

Se sintió culpable y se puso a llorar por no haber hecho nada cuando tuvo oportunidad.

Entre Ritmos y Melodías | Jicheol ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora