Consigna 8 (25/8):

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Consigna: Escribir una historia de ficción a partir de un titular que les llame la atención en el diario.

Escrito: 

Como todas las mañanas Lila se levantó y bajó directamente a la cocina para  encender la que consideraba su razón de existir a esas horas, la cafetera. Dejó caer una esfera oscura, tocó un par de botones y el líquido café cayó sobre la taza. Para aprovechar el tiempo subió a buscar su celular, regresando justo cuando la máquina terminaba su trabajo. Agarró la taza con su mano libre, y la dejó en la mesa, en frente de donde se sentó. Desbloqueó su celular, entrando casi sin pensarlo a la sección de noticias. Tomó su primer sorbo de café mientras empezaba a leer, bajando con su dedo sin darles mucha importancia, hasta que una llamó su atención. Casi escupía el líquido sobre la pantalla. Dejó la taza sobre la mesa y clicó sobre el titular. "Mar Menor: la laguna que era un destino paradisíaco y se convirtió en un lugar en que los peces mueren". Al leer la ubicación supo perfectamente el problema. Abrió la aplicación de llamadas y dejó que la marcación rápida usara el primer número de la lista.

-¿Hola? ¿Lila?-

-¡TE DIJE QUE TE DESHICERAS DE ESA COSA, NO QUE LA SOLTARAS!-

-Pero...-

-Ya mismo estoy yendo al laboratorio- mencionó agarrando las llaves de su auto -Más te vale estar ahí cuando llegue.-

Al terminar de hablar cortó y guardó el celular en su bolsillo. Cerró la puerta al salir, caminó unos pasos hasta su auto, lo encendió, lo llevó por la bajada hasta la calle, arrancó y una vez que llegó a la ruta no soltó el acelerador ni de casualidad. Al llegar a su destino se puso apurada la bata, el "collar" con la tarjeta de acceso y bajó con todo lo necesario. Saludó a los guardias y a los compañeros que se cruzó por los pasillos con su típica sonrisa, la cual desapareció al ver a su compañero, y fue reemplazada por una expresión de ira. Sony se quedó como paralizado. Si no se movía bruscamente, tal vez, no le tiraba algo por la cabeza.

-¿Buenos días?- Con cuidado le pasó una vaso de café. Negro, sin azúcar y con vainilla, su favorito.

-Lo eran hasta que supe lo que hiciste.- agarró el vaso, relajándose un poco con el aroma, pasando de una mirada asesina a una enojada -Decime por lo menos que fue un accidente.-

-No puedo mentirte, no lo fue. ¿No viste sus ojitos?-

La chica se tomó un merecido momento para disfrutar del café antes de responderle -¿Y vos no viste sus dientes?-

-Eran chiquitos también... me dio pena lastimarlo.-

-Es un animal, los animales crecen ¿O el señorito quería esperar a que dejara de ser tierno para ocuparse de destruir el error?-

-No es un error-

-Hay muchas películas que dicen que te equivocas, como esa saga tan famosa del parque, y toda la fauna marina que está desapareciendo está de acuerdo.-

-Pensé que no iba a crecer tanto-

-¿Un Ceresiosaurus? ¿¡Que llegan a medir seis metros de largo!?-

-¡Bueno, si. Sabía que iba a ser grande, pero no que crecía tan rápido!-

-Esto es lo que vamos a hacer. Vamos a ir con el director, le vas a decir que se escapó por accidente, vamos a esperar a que gente preparada lo resuelva y por mientras vamos a seguir con la investigación-

Tomó un poco más de café, señalándole la puerta de salida, queriendo que su compañero siguiera los pasos que le indicó y el problema se terminara. Para su mala suerte, el líquido ya hacía efecto, despertando sus sentidos, obligándola a notar la jaula sobre la mesa. Estaba cubierta con una tela blanca casi en su totalidad, mientras que algo asomaba por el final de esta, algo como una garrita. 

-Sony...- su tono perdió la relajación que fue ganando, cambiando a uno de advertencia

-Los Compsognathus si son pequeños, no pasan el metro de altura. Además son peligrosos en manadas, y Compi es el único-

-¡Sony!-

-Perdón...-

Mundial de escritura: escritos IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora