Consigna: analizar una foto e imaginar quién puede vivir ahí. Para describir al personaje tienen que deconstruirlo: describirlo de una manera poco obvia.(Tip: tomar los adjetivos y definirlos como algo relativo, intentando escribirlos de la manera más precisa y objetiva posible)
Escrito:
El gato negro de ojos amarillos estaba caminando cerca de la pata de la mesa. Como era su costumbre, se rascó la cabeza, la espalda y la cola mientras pasaba. Acto seguido extendió sus patas delanteras para estirarse, hundiendo sus garritas en el césped. Al retraerse, unos pedazos de tierra del mismo tamaño que la punta de sus garras quedaron entre las mismas y los deditos de su pata, pero los ignoró. Sin nadie que le gritara "Bajate de ahí" cuando sus huellas quedaban marcadas en polvo, no tenía la necesidad de evitarlo. Saltó al mueble menos sucio, se acostó cruzando sus patas delanteras y apoyando la cabeza sobre estas, mientras miraba al frente. Arriba de esa cosa de madera en la que se rascaba de vez en cuando, estaba la caja negra con vidrio. Nunca entendió por que tenía un nombre distinto que el vidrio más grande que estaba a su izquierda, pero siempre pensó que era por su capacidad de tener temperatura. Años atrás, cuando se acurrucaba sobre las piernas de su humana y recibía mimos mientras ronroneaba, la veía usar algo del mismo color, apretarlo, y lograr que otros mini-humanos o cosas aparecieran en la caja. Después de un rato de tener personitas dentro y emitir ruidos extraños que su humana parecía entender, él saltaba sobre su gran rascador para poder subirse a la caja negra y sentir su agradable temperatura. Eso ya no pasaba, no sin su humana ahí.
Un día, como todos los demás, la humana desapareció. Él no se preocupaba. Sabía que cuando el vidrio grande se llenaba de tanta luz que le costaba ver a través de esta, la humana volvía a aparecer, a veces incluso traía comida. Pero ese día fue diferente. En un momento el piso empezó a moverse y a hacer mucho ruido. El lugar por donde su humana desaparecía golpeó contra el piso, dejando entrar mucho... ¿Cómo le decía la humana? ¿Polvo? Bueno, mucha tierra en muchos pedacitos, incluso menores que la punta de sus garritas. Lo primero que pensó era que su humana se molestaría. Siempre la veía con cara extraña cuando tenía que usar la cosa como pata de la mesa pero peluda en el final para sacar esa tierra de la casa, la misma cara que ponía cuando le gritaba, así que no debía ser algo bueno. Pero a su humana si le gustaba la tierra del otro lado del vidrio. Supuso que le gustaría más el interior si traía un poco de la cosa verde de afuera, que a veces masticaba. Aprovechando que la cosa que le impedía salir ya no se lo impedía, salió y caminó pegado a la casa hasta llegar a las cosas verdes. Mordió la tierra con verde, regresó y lo dejó en el piso. Afuera había mucho, adentro poco, decidió traer más verde. Dejó de caminar cerca de la casa, porque pasar cerca de la cosa blanca y alta le molestaba. Ahora se parecía a como dejaba sus cajas de juego después de arañarlas. ¿Algún humano había arañado esas cosas blancas? ¿Acaso su casa era una caja gigante y recién lo notaba? ¿Quién le dio permiso de arañar SU caja gigante blanca? Su humana iba a enojarse mucho con ellos.
Una vez más levantó y giró la cabeza a su izquierda, mirando el vidrio brillante, esperando que esta vez su humana regresara a casa. O al menos que otro humano lo hiciera. Extrañaba los mimos, la comida servida en su plato y el calor. Volvió su cabeza al frente, apoyándola sobre sus patitas cruzadas y cerró sus ojos. Cuando su humana se tardaba en regresar, dormía un rato y era despertado por caricias. Tal vez esta vez si ocurriría.
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Mundial de escritura: escritos II
SonstigesConsignas y escritos durante mi participación en el 5to mundial de escritura en https://mundialdeescritura.com