Medicine |Rosalie Cullen|

Capítulo 3. Compañera de escritorio

Medicine: Stereo Hearts—Adam Levine

A la mañana siguiente, cuando Chloe llegó a la escuela sintió miradas excesivas sobre ella, cerró la puerta del vehículo y vio a Bella delante de su camioneta con audífonos y un libro en las manos. A pesar de todo era de las personas más discretas, junto con Angela, que conoció en Forks así que decidió acercarse a saludar.

–Hola Bella–dijo moviendo la mano para llamar su atención

–Hey...–devolvió el saludo sonriendo a medias

Se dio cuenta que Bella desvió la mirada al Jeep de los Cullen que iban llegando. Chloe y Bella miraban a los Cullen, y los Cullen también miraban a las dos chicas, pareciendo que todos tenían una muy fuerte batalla, con la diferencia que faltaba Edwar entre los hermanos.

–¿Estás bien Bella?–cuestionó Chloe cuando los Cullen por fin entraron a la escuela–Te noto algo distraída

–Si, es solo que...¿Viste que Edwar no llegó con ellos?–dijo dudosa

–Tal vez este enfermo o algo, ¿Te llevas bien con el chico Cullen?–preguntó divertida metiendo las manos a su chaqueta por el frío que comenzaba hacer en el lugar

–Yo, tuve un pequeño...ni siquiera se como llamarlo–respondió haciendo una mueca

Chloe asintió sin entender pero no indagó más. Caminaron adentrándose al edificio, Hardy seguía sintiendo miradas sobre ella, lo ignoró y se despidió de Bella para dirigirse a su casillero, arregló sus cosas y le mandó un mensaje a Derek para saber como iban las cosas en casa.

Cuando el timbre sonó, caminó hasta el aula de química que era su primera clase.

–Señorita Hardyn–llamó su atención el maestro–Sea bienvenida, compartirá mesa con la señorita Cullen, es la única que aún no tiene compañero

–Gracias–finalizó sonriendo

Examinó el lugar al escuchar el apellido, encontró a la rubia de los hermanos Cullen con la vista solo en la ventana, y a su lado el asiento vacío. Con un suspiro se acercó y dejó sus cosas de lado.

–Amm, Rosalie ¿Cierto?–preguntó intentando hacer algo de conversación

La rubia volteó y la miró de arriba abajo. Por primera vez Chloe pudo verla de cerca y detallar sus perfectos rasgos, solo logró compararla con un ángel recién salido del cielo, con su piel blanca que parecía de porcelana por las cero imperfecciones que siquiera le pueden salir, ni un grano o algún mancha que cualquier humano tendría. Chloe solo pudo pensar que no podía existir tanta perfección en un solo ser, pero ahí estaba Rosalie frente a ella, dejándola embobada.

Sus ojos conectaron dejándola sorprendida por la pizca de color dorado que se podía ver alrededor de la iris, se asimilaba al dorado de los hombres lobo cuando se transformaban, pero menos brillante. Todo cubierto por una gruesa franja de pestañas largas.