Medicine |Rosalie Cullen|

Capítulo 43. Ya están aquí

Medicine: Hell Froze Over—Kodaline

La muerte toca la puerta y susurra "ya estoy aquí".
Tiremos la moneda al aire para saber a quien se lleva.

Narra Chloe

Todos parecían estar en silencio esperando mi llegada. Sus expresiones preocupadas se suavizaron cuando me vieron bajar las escaleras.

Rosalie me ayudó a bajar las escaleras hasta el sótano, pues mi herida aún dolía, los demás estaban reunidos ahí por petición de Kai.

Una pizarra con bordes de madera y un gis blanco estaba en el centro, pero no había nada escrito en ella.

—¿Cómo te sientes?—preguntó Esme, con su suave voz de terciopelo.

—Como si hubiera tenido una muy buena noche de fiesta—me senté con cuidado en una silla, dejando mis manos descansar en mis piernas.

No decía mentiras, el dolor me hacía recordar aquellas noches de secundaria cuando Beth, con sus ojitos adorables, me convencía de ir a las fiestas y beber como si la cruda nunca llegara.

Podría describir la sensación como si hubiera ido a Tomorroland sin miedo a un coma etílico, o como el chico de aquella película Proyecto X donde el auto termina en la piscina.

—Comienza a hablar—miré a Kai, sabía que tenía mucho que decir.

—Ya están aquí—suspiró.

—¿Cómo lo adivinaste, Sherlock?—dijo Isaac, apreté los labios para no reír.

—¿Me dejas terminar?—pidió severamente.—Como decía, ya están aquí, todos ellos. Si uno lo está significa que los demás lo acompañan.—me miró unos segundos—¿Cómo se llama la chica?

—Dijo que su nombre es Grace—respondí, un poco incómoda porque Rosalie estaba de pie detrás de mi.

Kai asintió, tomó el gis y escribió en la pizarra el nombre y a lado una breve descripción: Cabello negro, delgada, 1.66. Dibujó una flecha que indicaba hacia abajo y escribió "Control mental"

—No pudimos rastrear el aroma, lo ocultó demasiado bien. Fue como si nunca hubiera estado—explicó, dejando el gis de lado.—Pero al menos ya tenemos a una y sabemos a que nos enfrentamos

—¿De qué estás hablando?, ¿enfrentarse?—cuestionó Rosalie sin creer las palabras.—¿No planeas hacer eso?, esa chica logró doblegarnos en un segundo, con un solo movimiento de sus manos

—¿Y qué crees que haremos, Rosalie? ¿irnos?—cuestionó Kai sarcásticamente.

—Es exacto lo que debemos hacer, tomar un avión y viajar hasta la otra punta del país, lo más lejos posible.

—No—sentenció Kai.—He esperado este momento por más de quinientos años. Sabemos que están aquí, es nuestra oportunidad

—Deja de pensar por un momento en ti,  porque no solo tú estás en riesgo—gruñó dando un paso al frente hacia él. Me levanté al momento que vi sus pupilas oscurecerse. Podía ser lo que sea, pero Rosalie enojada es para preocuparse.