Capítulo 7

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Muchas veces nos ilusionamos cuando las cosas van demasiado bien y cuando todo ese espejismo termina la caída a la realidad es lo más duro que puede haber, te destroza y te deja en lo más profundo de la oscuridad que la luz se ve tan inalcanzable. Qué mierda, la vida es mierda.

Justamente eso me sucedió con Jack, sabía que todo era demasiado bueno como para ser real. Las cosas buenas solo las tenían las personas suertudas en aquella vida.

Las horas en la noche fueron eternas, no dormí ni un poco mientras que por la diminuta ventana que había en mi habitación veía como el sol salía una vez más. Jack.

Me sentía débil, cansada, dolida y herida. Quizás toda la sangre que había dejado en la ducha hacía que casi me estuviera desvaneciendo. Volví a mis medias negras y vestidos largos. Mi cabello rosa apenas y tenía color.

Volvía a ser el desastre de antes, todo un asco.

La puerta de mi habitación se abrió de repente dando paso a mi padre en su traje de doctor pero mal padre. ¿Por qué papá? ¿Por qué?

—Me acaban de notificar que han prohibido tu entrada en el hospital —dijo con su voz formal. Mi mundo comenzó a destrozarse una vez más—. Te lo comunico para que si llegas a ir y no te dejan entrar ya sepas el porqué. Y, por favor no vayas, no quiero problemas en mi trabajo.

¿Qué hiciste Jack? ¿Qué me hiciste? ¿Fueron promesas falsas?

—¿Qué? ¡No pueden hacer eso! No...

—Sí lo pueden hacer cuando el paciente lo solicita.

La severidad con la que me habló hizo que me encogiera y recordara aquellas tardes cuando yo trataba de defenderme y él suponía que yo le estaba levantando la voz y los golpes que me propinaba iban a mi espalda y muslos.

—Sí, padre.

Asintió con su cabeza y salió de mi habitación.

La puerta de mi habitación fue cerrada, pero la de mis sentimientos se abrió dando paso a que todo saliera y comenzara a llorar con sollozos que estremecían mi cuerpo.

Todo fue como si los sucesos más dolorosos de mi vida se reprodujeran como una película sin un final feliz. Yo quería mi final feliz.

"Eres una gorda y todas las gordas son feas. Ninguna es bonita, nunca tendrás a alguien que te quiera, solo obtendrás la lástima de ellas".

"Me das asco".

"Deja de comportarte como una niña Lily. Deja de defenderla y abre los ojos, no seas inútil". Yo solo tenía catorce años.

"¡Ella no te quiere! ¡Tu madre no volverá! Comprende eso y deja de llorar por cosas insignificantes".

Los golpes de mi padre, las palabras hirientes de mis compañeros, la ida de mi madre y muchas cosas más hicieron que yo me convirtiera en aquella persona llena de tristeza y soledad.

Pero Jack... Jack terminó de destrozarme.

"Ya no vengas más Lily".

Nunca pensé que unas simples palabras me dañaran demasiado.

Estuve derrotada mucho tiempo, siempre haciendo lo que más me convenía para tener a las demás personas contentas. Nunca pensaba en mí.

Me levanté del suelo y caminé hasta la puerta decidida a hacer por primera vez algo que a mí me hiciera feliz. Yo quería ver a Jack, quería explicaciones de él, pero el seguro que tenía la puerta no me dejó cumplir mis deseos.

Traté de muchas formas y en todas dio el mismo resultado: seguir cerrada.

Hasta El Último Sol [Mer]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora