Hasta El Último Sol [Mer]✔

Capítulo 8

JACK HARVEY

Nunca pensé que una persona en poco tiempo se convirtiera en mi todo. En una de las únicas razones por la cual no aceptaba hacerme la cirugía desde hace un mes y medio.

Lily Bennett fue la mejor persona que conocí. Aún recuerdo la vez que la vi en el marco de la ventana. Ella se veía tan perdida en su mundo, el vacío en sus ojos era alarmante y su voz apagada era lo peor.

El día que entré me confundí de habitación, no fue mi intención entrar, había tenido uno de los peores días de mi existencia y la vi a ella, más necesitada que yo y con esperanzas verdaderas no falsas como las que a mí me daban. Traté de tranquilizarla, hacerla sentir bien, pero nunca imaginé que ese bien fuese a transformarse en un pequeño enamoramiento.

Cada vez que la veía solo podía desear que yo no hubiera estado en una camilla con la enfermedad que cada vez me destrozaba más. Deseaba hacer tantas cosas con ella, quería estar ahí con ella siempre tomando su mano hasta el último sol.

Y, la vez que le dije que no volviera me destrozó por dentro, era por su bien y no por el mío. Los sentimientos que veía en sus ojos no eran buenos en nuestra situación.

Como te quería, algodón de azúcar.

—¿Le dijiste a tu hija? —le pregunté al doctor Bennett, papá de Lily.

—Sí, la dejé encerrada en su habitación como pediste Jack. No creo que...

—Es lo correcto. Ella no debe de sufrir por alguien que no tiene esperanzas de vida.

—La cirugía puede...

—Sí, puede que haya probabilidades de que sobreviva y todo sea mejor, pero eso no quita que el mayor porcentaje sea la muerte. Lo hago por ella, por tu hija.

—Gracias. Lily ha sufrido.

—Lo sé.

Salió de la habitación que últimamente había tenido demasiados recuerdos con aquella personita de cabello rosado despampanante. Te extrañaba Lily.

El silencio era el vacío en el que temía caer, era aquel que me acompañaría luego de la cirugía y sabía que ya no había otra salida.