Hasta El Último Sol [Mer]✔

Capítulo 9

La puerta de mi habitación cedió luego de darle a la cerradura con la silla de mi escritorio.

Salí corriendo hecha un desastre de lágrimas y mucosidad, las personas en la acera se me quedaban viendo raro con el vestido rasguñado y las medias negras rotas.

Llegué al hospital donde Emma con rostro de pesar rompió a llorar enfrente de mí.

—Lo siento mucho Lily.

—¿Qué sucedió con Jack? —la respiración se me cortó y Emma no hablaba.

—Él... ¡Dios!

—¡¿Qué sucedió con Jack Harvey?!

—No sobrevivió a la cirugía Lily —y volvió a romper a llorar, la única diferencia fue que aquella vez yo la acompañé en el mar de lágrimas.

Jack...

Tantos sueños estancados en una persona, tantas oportunidades en alguien que merecía todo lo bueno del mundo, en una persona que fue la única que pudo salvarme de toda la oscuridad en la que vivía.

Pero en aquel momento ya no estaba, Jack ya no estaba.

Emma me dejó y yo fui directo al ascensor para dirigirme a la planta donde Jack estaba, fueron los segundos más largos de mi vida mientras esperaba que las puertas se abrieran y cuando finalmente lo hicieron lo primero que pude ver fue una camilla cubierta por una sábana blanca siendo arrastrada por tres enfermeros.

Mi padre iba caminando detrás de ellos con su bata celeste, sus guantes de látex y un gorro en la cabeza.

—¡Papá! ¡Papá! —le grité en medio de mis lágrimas. Él se dio la vuelta y me vio, por un momento me paralicé completamente—. ¡Dime que no es cierto! ¡Dímelo!

Pedí entre sollozos, los presentes en el piso me miraban con angustia y un poco de miedo apartando a sus hijos de mi camino. Obligué a mis piernas a caminar hasta mi padre, al pararme frente a él supe por su mirada que lo que me habían dicho era completamente cierto.

—Lily...

—¡Era lo único que me quedaba! —grité en medio de sollozos desesperados que caí en el suelo, escuché que mi padre decía algo pero no logré comprender nada. Él se sentó a mi par en el suelo y después de muchos años él me abrazó.

—Lo siento mucho Lily, él no pudo soportar la cirugía y lastimosamente falleció —dijo en mi oído—. Fue a las cinco con cuarenta y cinco que lo dimos por muerto.

Muerto, Jack estaba completamente muerto.

Él en aquel momento estaba en ese vacío que tanto le temía aunque no me lo hubiese dicho en todas las veces que nos vimos.

Él no iba a poder ver el último sol, no iba a poder estar conmigo hasta el último sol.