IX.

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Llevaba treinta minutos dando vueltas en la cama. "Nos vemos mañana" se repetía constantemente en mi cabeza. La cálidez de sus ojos, el brillo de su sonrisa. No sé que quería decir con eso... empezaba a pensar que se había vuelto loco. ¿Como sabía que mañana nos veríamos? L.A. es muy grande. No podía decirme que mañana nos veríamos y irse así como así, dejándome en un mar de preguntas y dudas que quería resolver. Simplemente no podía hacerlo. La calor, el deseo de decirle que quería decir ayer y el pijama de lana que llevaba no me ayudaban a cerrar los ojos y caer rendida en un sueño, hasta dormirme completamente.

Creo que dormí aproximadamente menos de seis horas. Mi cabeza daba vueltas y mantenerme derecha no se me hacía fácil. Las ojeras se marcaban bajo mis ojos y me decían: "¿Porque no dormiste ayer por la noche, Sarah? ¡Ahora vas a joderte e irte a trabajar muerta de sueño!" Y se reían en mi cara, que era la de una vagabunda.

+ Buenos días dormilona. --me saludó Chris, que se llenaba un vaso de leche todo bailando al ritmo de Crystal Fighters, que sonaban de los altavoces.

Bajé un poco el volumen. Chris, por si se te había olvidado, tenemos vecinos. Y ellos no tienen que levantarse a trabajar o ir a la Universidad como nosotras.

+ ¡Eh! --se quejó--

+ Vas a despertar a los vecinos. --le expliqué.

Yo era la que más amaba la música con volumen máximo, así que fue un gesto raro en mi.

+ Me prepararé un bocadillo de desayuno. --bostezé-- ¿Hay jamón? ¿O queso?

+ Sí, he pasado por el super a comprar jamón, queso y fuet. Sabía que en algun momento tú o All iríays a necesitar.

Chris era la más controladora, responsable e inteligente de las tres.

+ Grácias, eres la mejor.

Me preparé un bocata de jamón y queso, y me lo comí en cinco minutos. Me puse el uniforme de John's, y me fui despidiéndome de Chris. All estaba durmiendo segurísimo, luego me llamaba a mi dormilona. All era la que se pasaba media mañana en la cama, aún teniendo que ir a la Universidad. Aveces Chris se iba sin ella por no llegar tarde. Al entrar, ví a mi cliente favorito. Era una imágen agradable que Madison interrumpió.

+ Llegas dos minutos tardes. Ponte a servir mesas. -me dijo tan amable como siempre.

Bufé.

+ Sí, perdón.

Había pasado tan solo una hora de trabajo y estaba agotada. Me desmayaba literalmente. Amanda no había acudido por problemas familiares. En cuanto me dispuse a sentarme, no pasaron más de cinco minutos que alguien que no tenía que estar muy cerca, en la barra o así, musitó:

- ¿Voy a tener que esperarme media hora como la última vez?

Me giré porque reconocí esa voz de inmediato. Y lo entendí todo al ver su mirada puesta en mis ojos tímidos: ayer me dijo "nos vemos mañana" porque pensaba venir en John's. Jodido cabrón. Me ha ganado.

+ Muy gracioso. ¿Que quieres?

- Nada, pasaba a verte. ¿Has dormido hoy? --se burló.

+ No podía dormir ayer. ¿Tanto se nota?

Se rió como estalviándose el: "Demasiado" y dijo:

- Hoy estás muy guapa.

Me puse como un tomáte, y contesté:

+ Cállate. 

- ¿Porque?

+ Simplemente cállate.

- No.

+ Sí.

- No voy a...

+ Cállate.

- Cállame.

Silencio. Incómodo silencio. Me había ganado otra vez. Como excusa, me fui a servir a una mujer mientras notaba su mirada en mi espalda, o en mi trasero, o en mi cintura. Daba igual donde estubiera mirando, lo que me ponía nerviosa era su mirada en mí.

+ Buenos días. --saludé-- ¿Que tomará?

+ Buenos días. -dijo algo arrogante- Tomaré un sandwich de jamón y queso.

+ ¿Algo más? --sonreí.

+ No. Si hubiera querido algo más, te lo hubiera pedido. Grácias, pero no.

Había gente que tenía una patada en la cara. Esa mujer era una de esas. 

- ¿Muy estresada? --preguntó el chico de ojos avellana sin nombre al verme andando en una velocidad exagerada.

+ Hay gente muy estúpida. --dije fulminando con la mirada a aquella mujer.

Se giró y la vió, se estaba limando las uñas, SÍ, LAS UÑAS, mientras silbaba por lo bajo.

- A la mínima te cabreas...

+ No. --interrumpí, meneando la cabeza-- Hay gente que supera un cierto nivel de gilipollez. Tú no te quedas atrás, por cierto.

- Oh, nena... eres insoportable.

+ ¿Entonces porque has venido aquí a verme?

- No he venido a verte. He venido a ver el cuadro de Edvard Munch.

Me reí porque fue inevitable reírme de su tontería. Se unió a mi risa. Sonaban bien nuestras risas juntas.

+ Eres tonto.

- Habló la lista.

Meneé la cabeza. No tenía remedio. El cliente misterioso que ya no era tan misterioso, ya que sabía su nombre(Harry) y había intentado(o eso creía) besarme, se acercó a pagar.

- ¿Cuánto es? --preguntó.

- Una cita. --respondió de inmediato el ojos de avellana.

- ¿Perdón? -- se giró a mirarlo.

¡CÁLLATE OJOS AVELLANA, CÁLLATE!

+ No le hagas caso. Serán cuatro euros.

- ¿No quieres una cita con ella? Porque ella sí.

ME ESTABA QUEBRANDO LA PACIÉNCIA DE TAL MANERA QUE SI NO SE CALLABA IBA A DARLE CON EL ZAPATO.

+ No le hagas caso. --repetí--

- No he dicho que no quier...

- Oh, vamos, mírala --lo interrumpió aquél chico, acercándose a él, casi en tono amenazador-- Es guapa, está buena y esta jodidamente loca. Es perfecta. Esque parece tan frágil y tímida, pero no sabe estarse quieta. Esque le da miedo ser libre, excepto algunas noches, en las que nadie la descifra. Esque seguro que no la has visto leerse un libro e indignarse o fulminando a mortales con su mirada. Esque en su cuello se pueden tatuar todos los versos de un poema, se puede pintar cualquier cuadro de cualquier pintor del planeta. Y en su nuca, caben, al menos, todas las lágrimas que le quedan o todos los pasos que aún no ha dado... es que tú no puedes saber. Es que si la has tenido desnuda, entregándose ante ti, y no te ha cambiado la vida el brillo de sus curvas, es que vas por el camino equivocado. Es que no tienes ni puta idea.

Trás decir eso, se levantó y se fue, dando un portazo al irse. Sus palabras me dejaron al borde de las lágrimas, al borde de la locura, al borde de la felicidad, al borde de la sorpresa... al borde del misterio de saber que escondía detrás esos preciosos ojos de color avellana.

El norte, el sur, y la brújula ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora