Unas manos me agitaban repetidamente, y abrí los ojos asustada. Harry me abrazaba, de cerca olía a perfume caro. Me sonrió y dijo en voz baja, como si quisiera que nadie nos oyera:
- Se acabó la película.
+ Me... me quedé totalmente dormida. Lo siento.
- Tranquila, no eres la primera que se duerme con una película.
Me reí y dije:
+ Me voy al piso, deben ser las doce pasadas y...
- Como quieras. Pero puedes quedarte aquí a dormir siempre que quieras. Ya lo sabes.
+ No sé, ¿no te molesta?
- Iré preparando la cama.
Sonreí y me levanté a por un zumo, me lo acabé en diez segundos, estaba sedienta.
+ ¿Tienes pijama? --alzé la voz.
Me tiró una camiseta suya, con un 09 escrito al medio en letras gigantes y azules, y dijo:
- Te quedará perfecta.
Me sonrojé, y me cambié en el baño mientras me hacía un moño alto ya que hacía mucha calor. Entré en su habitación, su cama era muy grande y cabían como máximo tres personas, me tiré, cansadísima y bostezé un par de veces.
- Dios... te queda... ¿llevas algo debajo?
+ Mmm... no. --dije, sonrojada.
- Aún más, Sarah. ¿Lo haces expresamente?
+ ¿El qué?
+ Provocarme.
Su lado salvaje me sedució y sonreí, pícara. Me tapé con la manta y de repente me entró una sensación fría, así que deje el pelo caer por mis hombros y me abrazé a una almohada.
- Puedes abrazarme a mí.
Me relajé, me dejé ir.
¿Que tenía de malo dormir abrazada a Harry?
Mi subconsciente me susurraba: "pues que no es Kevin Crawford..."
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El norte, el sur, y la brújula ©
Novela JuvenilMi rutina diaria consistía en despertarme, pelearme con Allison y Christina porque no quedaban cereales de frutas del bosque, desayunar, ir a trabajar, volver a casa y dormir. Trabajo de camarera en Johns(un pequeño pero acogedor bar al centro de Lo...