XX.

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Cuando llegé a su casa, estaba cansadísima. Por suerte, había perdido el frío. Es más, notaba sudor en mi frente lo que me pareció poco higiénico. Estaba fuera de su casa, esperándome nervioso, casi temblando. Llevaba un jersey de lana de color azul oscuro, casi negro. Me miraba profundamente, incluso sentí un poco de miedo con sus ojos avellana fijándose en mí de esa manera tan íntima y excitante. 

- ¿Te ha pasado algo? ¿Estás bien? ¿Que haces aquí a estas horas? --se acercó, asustado, y me cogió de la mano sin apenas avisarme.

+ Estoy bien, tranquilo. --dije, pero no le convenció ni a él ni a mi.

Nos quedamos mirando dos segundos, hasta que él apartó su mano de la mía, y susurró:

- Ven.

Entramos en su casa, olía a perfume de vainilla. La mayor parte de la casa era de madera, y un pequeño perro se acercó a lamerme felizmente. Sonreí, y le acaricié con ambas manos hasta que él dijo:

- ¿Estás o te vas a quedar toda la noche besuqueándote con mi perro?

Hize una mueca y musité:

+ Ya estoy.

Empezó a andar hacia su habitación y él se sentó en la cama, y yo a su lado. Cruzé las piernas, indecisa. No sabía como contarle todo, ni yo misma sabía que hacía allí con Kevin Crawford. Me temblaba el alma.

- Cuéntame. Suéltalo todo. --me dijo, mirando hacia abajo mientras jugueteaba con un llavero.

Le conté todo  lo que pasó en casa de Harry con detalles. Él me escuchó y hasta que terminé no decidió hablar.

- ¿Y porque te fuiste? --preguntó.

+ No me apetecía estar allí, Kevin.

- ¿Y porque no ibas a tu piso?

+ Quería... déjalo. Esto ha sido una mala idea.

Me levanté y él me imitó, cogiéndome suavemente por el brazo.

- Sarah, dílo. Yo también lo puedo sentir.

+ Kevin... yo...

No pude evitarlo, me lanzé a sus labios como si fuera la última vez. Cuando le besé, sentí como si todo tubiera sentido de golpe: como si estubiera viva. Todas las piezas del puzzle conectaban, y era maravilloso. Joder, llevaba tiempo queriendo sentir eso. Le quería, estaba segura de eso.

- Dílo ya, Sarah.

Aunque el beso había hablado por si solo, quería que le mirara a los ojos y le dijiera eso que tenía atrapado dentro. Así que lo hize.

+ Te quiero.



El norte, el sur, y la brújula ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora