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One-shot: NejiHina

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One-shot: NejiHina.

short.

Neji | Hina

(1)

Hanabi sopló el mechón de su rostro, siendo golpeada por el fervor del atardecer. Recargada sobre una de las paredes, mantenía sus brazos por detrás de su cabeza y su atención al entrenamiento exhaustivo frente a ella. Pese a ser medio día, Hinata parecía no dar un pequeño receso.

Su piel comenzaba a tostarse tras estar bajo el Sol, sin tener sombra en los alrededores. Golpeaba la madera clavada sobre el suelo, y algunas veces, las pateaba con suficiente fuerza, ignorante a su hermana menor.

—¿Ella no ha parado?— Neji se paró a su lado, siendo atraído por la diferencia de ruidos en el dojo.

Hanabi, sin dejar de observar a su hermana, negó.

—Está loca.

—Hinata-sama lo hace para ser más fuerte.

Sus hombros se elevaron desinteresada, finalmente tomando asiento en la orilla del tatami.—No entiendo para qué. Por más que dure ahí, ella simplemente no lo logrará.

Neji suspiró ante el comentario sin tacto. Sus pobladas cejas se juntaron en el centro.

—Se está esforzando.

—Lo sé. Es sólo que otou-san ni los ancianos logran reconocer eso.— contestó observando a Hinata detenerse y sostener de sus rodillas.—No es muy difícil ver que nee-san es fuerte.

Hanabi cruzó sus brazos por debajo de su pecho, escuchando los quejidos cansinos de su hermana. La vió tomar su cabello y atarlo, volviendo al entrenamiento.

—¿Y? ¿Qué es eso?— preguntó, girándose hacia el castaño y volviéndose hacia la caja de bambú sin detalles. Neji bajó su mirada hacia sus pies, donde el pequeño objeto se mantenía a su derecha.

—Es...un regalo.

Hanabi elevó una de sus cejas.

—¿Regalo?

—Hanabi-chan, Neji-nii.

Hinata caminó desde su posición, disminuyendo el chakra de sus ojos y limpiando con su campera el sudor que corría por su frente. Su camisa de red se pegaba a su cuerpo, por lo que la ropa extra cubría lo suficiente.

—¿Qué hacen aquí?— Hinata sonrió viéndolos.—Hace mucho calor para que estén afuera. Su cabeza se ladeó al estar cerca.—¿No deberías estar en las clases de bordado, Hanabi-chan?

Hanabi infló sus mejillas, pasando su cabello por detrás de la oreja.

—Pedí el día libre.—susurró para comenzar a negar.—Pero ese no es el punto. El punto aquí es que has estado entrenando todo el día. ¿No recuerdas cómo te quedaste ciega por casi un mes? Estás desgastándote.

Hinata soltó una risa suave, siendo bloqueada por su mano.

—Eso no volverá a pasar. Mi control de chakra es mayor que el de hace unos meses.— su palma cayó sobre la cabeza de su hermana, dando cariños con delicadeza.—No te preocupes, ya soy una Jounnin después de todo.

—...Bien, como sea.

Los ojos redondos de Hinata se cerraron con tranquilidad, sintiéndose querida y protegida por la menor. Al abrirlos, observó a Neji mantenerse a una distancia prudente.

—¿Sucedió algo, nii-san?—Alejó su palma de su hermana, sentándose a lado de ella. Sus pupilas perladas se movían por el cuerpo de Neji, cayendo en cuenta a la falta del uniforme de misiones, que a cambio de traerlo, usaba la ropa informal.

El castaño carraspeó guturalmente, aprisionando sus labios con su puño.

—Sí. Gai-sensei nos contó sobre su ascenso. Rock Lee y Tenten querían felicitarla también, pero no pudieron venir.—Neji se agachó en una reverencia, estirando sus brazos con la caja.—Esto es para usted.

Al escuchar su contestación, Hanabi lo miró de reojo.

—No era necesario...

—Es un regalo de los tres. Acéptelo.

Apenada por recibir mayores muestras debido a su ascenso, Hinata asintió tomando finalmente el obsequio. Estiró el final de un listón lila, deshaciendo el moño en el centro. Al aflojarse, quitó la fina tela junto a su cobertura.

Dentro de ella, un dije en forma floral se adornaba con piedras de escarlata. El rostro de la primogénita se sonrojó, tomándolo con su palma derecha llevándolo hasta su pecho. Sus mejillas se elevaron sonriente.

—Nii-san, es...es bellísimo.— sus ojos brillaron con alegría.—¡Iré a guardarlo!

Hinata se movió con rapidez quitándose sus zapatillas a la entrada, sin importarle encontrarse con manchas de lodo en sus piernas y mucho menos con olores del exterior, todo a presencia de su hermana.

Hanabi, atenta a la interacción entre su primo y ella, achicó sus párpados curiosa, dejando pasar algunos segundos antes de hablar.

—Estoy segura que no te has enterado por tu maestro.—habló entre siseos, continuando.—Y no creo que ese regalo lo hayan comprado entre ustedes tres. Quizás puedas engañar a onee-san pero no a mí.

—No estoy engañando a nadie.— contraatacó.

—¿Por qué no le dices?

—¿Decirle qué, Hanabi-sama?

Hanabi rodó sus ojos, recargando su brazo sobre su rodilla acomodándose. 

—¿En verdad lo han pagado tu compañera de chongos, el loco de traje verde y tú?— preguntó.—La verdad.

Neji, por otro lado, movió su gargantilla al pasar saliva. Su collarín con el dije del Clan Hyuga se meneó al mismo tiempo que su nuez.

—No.

—¿Te enteraste del ascenso de onee-san por tu sensei?

—...

Hanabi sonrió.

Suspiró, levantándose y sacudió su kimono anaranjado, eliminando las pólvoras de tierra impregnadas en su vestimenta. Apoyó su mano derecha sobre su cadera, identificando el nerviosismo en su primo.

—Bien...no se diga más. Te ayudaré.— su pulgar se elevó, mostrándose menos acatada.— Te prefiero a ti que al idiota cabeza hueca de Naruto.

—Hanabi-sama, no...

—Y sobre esto...— su dedo índice se movió hacia sus labios, pronunciando una interjección.—No diré nada de tu secreto, Neji-niisan.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2021 ⏰

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Sé tu secreto, Neji-niisanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora