"Sed de sangre"

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Desde allí los días pasaron tranquilos. Molly contaba pequeñas anécdotas de su infancia junto a su hermano y Alastor las escuchaba con gran curiosidad. Se imaginaba a aquel querubín rubio, jugando a ser una hermosa princesa mientras le sacaba los vestidos a su melliza—jugábamos a que teníamos un gran reino y que los dos éramos las reinas. Dábamos vueltas con aquellos hermosos vestidos—sonreía nostálgica.
-Lastima que mi padre fue un imbécil- recordaba aquellos castigos, aquellos azotes solo por el echo de ser gay ¿Qué tan mal tienes que estar para castigar a tu hijo por ello?
-Pero ahora puedes ser lo que quieras— le ánimo Charlie—además en nuestra pensión, jamás te discriminamos—y la rubia tenía un punto. Anthony se sintió aceptado por ellos. Jamás le discriminaron por vestirse como mujer ni por ser gay. Les agradecía.
-Pero basta de mi, hablénme de ustedes— Angel los conocía poco. Jamás tuvo la oportunidad de charlar de sus vidas pasadas con ninguno. Siempre había cosas que hacer y gente que matar.
-Bueno, mi padre nunca me entendió realmente. El quería que fuera policía como él— empezó contando Charlie—Pero yo quería enseñar. Me encantan los niños—sonreía alegre.
-¿Y como se conocieron las dos?- pregunto Husk. Había pasado años a sus lados y no sabía nada de ellas.
-En la universidad— Se miraron con genuino amor—el departamento de pedagogía es pequeño y todos nos conocíamos. Yo estaba en una relación mala, Vaggie me salvó de ello—se tomaron de las manos.
-Ahora cuenta tu algo Husk- le ánimo Vaggie. Estaban todos abriendo sus corazones por primera vez. Estaban en paz, tranquilos y con sus mejores amigos en todo el mundo.
-¿Qué puedo decir? Mi vida ha sido una mierda— río sin gracia— Entré al ejército. Allí entendí que te gustarán los hombres no es malo. Fue irónico, lo se—las miradas extrañadas de los demás confirmaban aquellas palabras.
-Quizás debí meterme al ejercito- dijo Angel por lo bajo.
-Anthony- le regaño Alastor.
-¿Qué? Ahí Husk descubrió lo mejor de la vida. Quisiera haber tenido un espacio así—la araña se encogió de hombros.
-No es tan idílico como parece— suspiro—Claro. Metan a un montón de puvertos encerrados y tendrás la combinación perfecta para la homosexualidad. Pero había gente realmente enferma allí dentro. Gente que creía que tenía el poder para violar y torturar a quién fuera—aún recordaba los llantos y gritos desesperados de sus compañeros. El intento salvarlos, intento ser quien los arropaba después de un día difícil. Como un hermano mayor o un padre.
-Nada diferente, lo mismo es haber estado con Valentino— Se encogió de hombros. Esta vez Vaggie fue quien le propinó un golpe en la nuca—auch—se sobó la parte afectada.
-¿Qué hay de ti Alastor?- Molly estaba interesada en el novio de su mellizo. Lo había juzgado mal al principio, aunque eso no le quitaba que fuera un asesino a sangre fría. El demonio radio pensó antes de contestar.
-Que les puedo decir— sonrió— Un padre abusivo, una madre sin poder. Mi primer asesinato fue mi padre y como lo disfruté. Aún siento la sangre caliente escurrirse entre mis dedos y el sabor de los órganos aún palpitantes—
-Estas enfermo- dijo Husk aguantando las náuseas.  Molly seguía desconfiando de élel. Aquel relato no la había convencido para nada.
-¿Y porque decidiste hacerte profesor?- pregunto Charlie.
-Necesitaba un trabajo que me permitiera entablar relaciones sociales con futuras victimas—La sonrisa se hizo más cruel—además de tener un trabajo para pagar todos los implementos—
-No toda tu vida pudo girar en torno a los asesinatos. Algo debiste hacer normal— Vaggie le reprochaba.
-Bueno, hubo alguien— Jamás había comentado aquella parte de su vida y sentir todas las miradas encima, le puso un poco nervioso. La estática radiofónica sonaba más fuerte.
-¿Quién?- Angel no sabías de quién hablaba pero algo en su interior se removió incómodo.
-Conocí a alguien en mi estadía en la universidad. Una chica simpática, agradable. Manteníamos la conversación por horas—la radio interna del demonio, empezó a sintonizar una canción agradable, sin letra. Anthony lo miraba atónito, ni sabía que había tenido un amor anterior ¿Quién era ella? ¿Aún seguía siendo parte de la vida de Alastor? Por un momento se asustó. Cerro los ojos, acordándose de su antigua relación. Todos sus miedos e inseguridades se manifestaron en su mente. No quería ser usado nuevamente, no quería vivir otro amor tormentoso.
-Pensé que podía estar en pareja con ella, pero resulta que odio a todo el mundo—rio a carcajadas—y ella no era la excepción. Intimar no fue como lo esperaba o quizás no fue la persona correcta—miro a Angel con los ojos brillantes—no conocía mi verdadera persona ni tampoco mis aficiones. Un día descubrió lo que hacía y se asustó tanto que pensé que se iba a morir del susto. Iba a quedar traumada de por vida, por lo que la mate—se encogió de hombros. Reino un silencio ante aquella historia. Podía decirse que no tenía que ver con los asesinatos en si pero el final incluía uno. No les sorprendió. Aquella persona había sido el primero amor de Alastor, la persona que le hizo darse cuenta que nadie iba a quererlo, que nadie iba a aceptar su lado más oscuro. Nadie, excepto Anthony.
-¿Y cómo se que mi hermano no terminara de la misma forma?- Molly rompí aquel incómodo silencio.
-Bueno querida. De partida Anthony es diferente. El si me conoce por completo—le sonrió—y el no huyó como aquella chica. Además no me molesta intimar con el—Angel se sonrojo ante aquella argumentación—en más, es delicioso—
-Creo que no es necesario tanto detalle-Vaggie hablo por todos.
-El punto es, que amo a tu hermano—le tendió la mano al albino. Angel acepto y Alastor lo abrazo delicadamente—Además morí por el ¿No es prueba suficiente?—sonrió mostrando sus colmillos. Molly sonrió mientras unas lágrimas traicionera corrían por sus mejillas. Ahora estaba segura y aprobaba aquella relación. Se notaba que Alastor le amaba e iba a protegerlo de todo y todos. Siguieron hablando, jugando y comiendo las exquisiteces, que Alastor junto a Niffty habían preparado.
-Oigan ¿Y que hicieron en su tiempo aquí? Me imagino que no murieron después de mi—le daba curiosidad que todos hayan acabado aquí y que jamás se los había topado. Cabe recalcar que el no se acordaba nada de su vida anterior.
-Bueno, pasaron un par de años- empezó Vaggie— Eventualmente todos caímos presos. El padre de Charlie, si bien había dejado la investigación inconclusa. Alguien más consiguió algunas pistad para que a todos nos arrestaran—Anthony le sorprendió aquello—no tuvieron piedad y pues, aquí estamos—se encogió de hombros. Era algo inevitable.
-Pero no es culpa de nadie—intento calmar Charlie—nosotros sabíamos que algo así iba a suceder tarde o temprano. Mi padre nos protegió, pero después de asesinar a la mafia italiana. No tenía poder ni jurisdicción—sonrió nerviosa.
-Yo seguí los mismos pasos—aclaro Niffty—el hospedaje, Alastor era mi hogar. Me entregué—aclaro la pelirroja.
-¿Y tú?—Alastor señaló a Husk quién no había dicho ninguna palabra. El se arrepentía de no haber acompañado a las novias en aquellos momentos, pero cuando el rubio murió, el se largo de allí y se fue a vivir lejos, intentando borrar todos los recuerdos y embriagar aquel corazón.
-Yo morí por una pelea de un bar—tomo un par de tragos—no me enorgullece decirlo, pero mi vida fue tranquila. Me ganaba la vida haciendo cualquier trabajo, tomaba todo lo que quería hasta que me metí con el imbécil equivocado—se encogió de hombros.
-Ah, querido amigo. Nunca me decepcionas, eres tan entretenido- Alastor se rio a carcajadas mientras Husk rodaba los ojos.
-¿Y tú qué hiciste al llegar aquí? Escuché algunos rumores—dijo Vaggie. Sabía del poder temible del demonio radio y de la masacre que cometió cuando piso este lugar.
-Bueno, me dedique a ganarme un lugar en este infierno. Pelear con unos papanatas y desatar todo el nuevo poder que había adquirido. Eso me granjeo una entrada a la realeza misma. Me codeo con los más poderosos para obtener tratos y tener aliados—Angel pensaba que aquel papel le quedaba perfecto. Se imaginaba al ciervo vestido con un frac elegante, bebiendo champaña, bailando por los salones iluminados, hablando con los reyes de este lugar. Lo sintió lejano, un mundo que desconocía. Aún recordaba las fiestas que su padre daba en la mansión y como le obligaban a permanecer inmóvil en la silla, mientras los adultos hablaban de banalidades. No creía que en el infierno fuera distinto. El conocía a un par de ellos, se habían acostado con él y eran de la escoria más terrible del lugar. Gente que pretende vivir con decoro, cuando, en la cama, eran todos unos depravados y les gustaban los fetiches más oscuros—Hablando de ello, tengo un baile la próxima semana. Quisiera que me acompañaran y en especial Angel—les sonrió. Todos aceptaron encantados, todos excepto la araña que se dudaba sí ir o no.
-Vamos será entretenido—salto Charlie abrazando al albino—te podrás poner un hermoso vestido, bailaremos y comeremos cosas exquisitas—suspiro, no podía ser el aguafiestas del grupo.
-Bien, hagámoslo—intento poner su mejor sonrisa, aunque Alastor ni Molly se la compraron.
-Querido, no te dejare solo—el ciervo le agarro la mano—además tengo un vestido perfecto para ti—le dijo al oído. A Angel se le sonrojaron las mejillas, asintiendo un poco más seguro. Comenzaron los preparativos aquel día. Todos consiguieron trajes elegantes, lleno de brillo y glamour. El de Angel (escogido especialmente por el demonio radio) era un vestido largo, rojo pasión, con escote en forma de corazón. Tenía una abertura en un costado de este y el resto se amoldaba a su cuerpo, bordeando las curvas naturales de la araña, haciéndolas resaltar. En su cuello llevaba un pañuelo de seda transparente del mismo color del vestido, que lo envolvía en un halo de misterio, cayendo sus puntas como un ruedo. Medias de encaje que le llegaban a los muslos y botas. Estaba listo y Alastor—lo miraba extasiado. Aquel vestido era perfecto para su novio. El mismo se había escogido un traje de etiqueta color rojo vino, oscuro, casi negro. Una corbata de color rojo, una rosa que le adornaba el pecho y zapatos de punta. Angel los miro extrañados ya que parecían zapatos de baile, aunque no pregunto. Quería sorprenderse si es que él bailaba en aquella fiesta. Entraron todos a un salón majestuoso, lleno de velas flotantes, flores decorativas, destellos dorados y morados. La gente hablaba esparcidos por todo el salón, mientras unos mozos imp, les servían las copas y los aperitivos. Los demonios, cuando apareció el demonio radio, lo rodearon y los atrajeron a sus grupos, dejando a los demás de lado. Todo el mundo quería conversar con el ciervo o hacer algún contrato. Codearse con un demonio tan importante era una buena ventaja.
-¿Querido y con quién viniste?—pregunto un demonio de la realeza, al ver a los demonios pecadores que lo habían acompañados.
-Es una buena pregunta madame—les pidió que se acercaran—ellos son mis simpáticos amigos y él—señaló a la araña, rodeándolo con su brazo– es mi hermoso novio, Anthony—todo el mundo quedó callado ante aquella información. Sabían que el demonio radio jamás había mostrado interés en esas relaciones. Muchas parejas de la realeza del infierno les ofrecieron sus hijas en matrimonio. El ciervo las rechazo a todas sin excepción. Y ahora salía con un novio y además que era la estrella porno número uno del infierno. Se empezaron a sentir los cuchicheos alrededor, criticando cada aspecto de la araña. Todos allí sabían a qué se dedicaba y cuál era su fama. Una puta vulgar.
- ¿Por eso asesinaste a Valentino?—pregunto otro demonio, curioso. Los rumores se esparcián rápido.
-Era un imbécil—le resto importancia a aquel asunto. Sonrió hacía los presentes—y ya teníamos cuentas pendientes con él—
-Vaya, Alastor…yo pensé que te casarías con mi hija. Amaría que fueras parte de mi familia—otro demonio había hablado.
-Eso no pasará queridos, porque tengo un novio maravilloso—angel tenía las mejillas sonrojadas. Jamás pensó que esto podía ocurrir. Pronto la música empezó a sonar más tranquila, como un lento de los años veinte. Era la canción, su canción. Alastor lo arrastró al centro de la pista y bailaron con los cuerpos pegados, mirándose a los ojos. Todo era mágico y Angel le agradeció en silencio. Después de aquella sorpresa inicial, todos volvieron a sus conversaciones y bailes habituales. El resto de la fiesta paso sin contratiempos.
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En algún un momento de la noche, la araña salió a fumar al patio de la mansión. Descubrió un maravilloso jardín lleno de rosas blancas y negras. Se paseo, rozando cada pétalo con su mano. Estaba feliz, tranquilo y podía sentir que todo estaba fluyendo en la dirección correcta. Pero no se esperaba que al siguiente minuto, alguien le golpeara con un mazo detrás de la cabeza y lo dejara seminconsciente. Lo amarraran y lo metiera en un auto.
Despertó horas después ¿O quizás días? Estaba desorientado, en un cuarto totalmente oscuro. Intento mover sus brazos pero estaba todos amarrados con cuerdas. Intento gritar pero su garganta estaba seca y su boca tapada por un pedazo de tela. Empezó a desesperarse. Gracias a su visión nocturna pudo ver qué el cuarto estaba vacío y sufría de humedades. Hacía calor, empezo a sudar. Unas horas mas tarde, entraron dos hombres fornidos que lo miraban con una sonrisa tétrica en el rostro—Miren a quien tenemos aquí, a la putita del demonio radio—rieron cínicamente. Le desataron la amarra de la boca para que pudiera hablar.
-¿Quiénes son ustedes?—estaba furioso, aún en aquella situación, mostraba carácter.
-Creo que tienes que mostrarnos más respeto—uno de ellos le golpeó en el rostro, haciéndolo caer hacia el suelo—Antes de decirte nada, nos divertiremos contigo. Oí que coges muy bien—se acercaron a Angel, tomándolo como si fuera un muñeco. Lo colocaron arriba de sus regazos
-Hijos de puta. Cómo si quisiera cogérmelos ¿Tan necesitados están que tienen que secuestrar a alguien para hacerlo?—otro golpe vino de uno de los captores. Esta vez en el estómago, dejándole sin aliento.
-Cállate—Le tocaba la pelusa sin decoro. Estrujando la con fuerza desmedida, haciendo gemir de dolor a Angel—no tienes idea de nada. Nosotros te secuestramos porque si el demonio radio viene a rescatarte, nos dará una excelente recompensa ¿No?- el otro sujeto le metió la mano entre los muslos.
-Los vera y los asesinara al instante—se revolvía incómodo por la intromisión. No quería que le tocaran.
-No puedes hacerlo, te tenemos y para que te vea sano y salvo, debe pagar—habían encontrado su entrada, húmeda y cálida. Los ojos de Angel se llenaron de lagrimas. No quería hacerlo con ellos, iba a ser como una infidelidad hacia su novio. Se odio por ser tan débil y no poder hacer nada en aquella situación. Antes de que los demonios lograrán su cometido, hubo una explosión cerca del lugar. Los demonios se miraron entre sí, preocupados. Fueron corriendo al lugar de la explosión, dejando a un Angel solo y desesperado. Desde la puerta vio como una figura se acercaba, era el ciervo, quien iluminaba La habitación con sus ojos color fuego y su sonrisa.
-No se por que creían esos estúpidos que se podían salir con la suya—Angel hablaba mientras su novio le desataba.
-Fue peligroso— estaba sonriendo, pero estaba más serio de lo común.
-Vamos, eres mucho más poderosos que todos ellos—le abrazo cuando tuvo todas sus extremidades libres.
-Me descuide, unos segundos y mira lo que te pasa—Angel lo miro por primera vez. Se le veía afligido.
-Cariño ¿Qué ocurre?— Ya estaban en el hotel, fueron teletransportados por el poder del ciervo. Estaban en la habitación del albino, en silencio. Alastor estaba  pensando en lo que recientemente había ocurrido.
-Estas en peligro conmigo—no había pensado en aquella posibilidad. Hoy en la fiesta había abierto los ojos. Varios demonios iban a querer atacarle solo porque estaba relacionado con él. Esa no iba a ser vida.
-No, no. Sabes que no es así. Lo de hoy fue un echo aislado—intento que éste entrara en razón
-¿Cómo lo sabes?—no estaba sonriendo y eso le preocupó más que nada.
-No quiero dejarte—lo abrazo desesperado. Sentía que Alastor se estaba alejando de su lado y eso le preocupaba de sobre manera.
-Yo tampoco—les había costado tanto estar juntos y nada ni nadie lo iba a impedir. Alastor se separó, invoco su micrófono y desapareció sin decir nada más. Angel se quedó solo en aquella habitación. Le faltaba el aire, sus ojos se nublaron por las lágrimas. Estaba destrozado y no podía hacer nada. Se quedo allí en su cama. Horas, llorando, compadeciéndose, hasta que Charlie fue en su busca—Angel, tienes que ver esto—lo tomo de la muñeca y lo llevo hacía la sala de estar. Allí había un televisor gigante que estaba trasmitiendo las noticias.
-El demonio radio furioso, empezó a castigar a ciudad  pentagrama. Aparentemente alguien escucho algunos rumores. Se decía por las calles que habían olvidado su poder, que ahora que estaba comprometido, era débil y podían sacarle ventaja a la situación ¿Y como hacerlo? ¿Se acuerdan de aquella masacre que trasmitieron por la radio?—Todos miraban atónitos lo que estaba ocurriendo, todos excepto Angel quien sonreía como un niño pequeño. Lo miraron extrañados
-¿ Y a ti que mierda te paso?—Husk no pudo evitar preguntarse porque Angel estaba tan feliz con aquella masacre.
-Es por mi—se sentía orgulloso de decirlo. Todas aquellas muertes, todos aquellos escombros era solo para demostrar que Alastor era poderoso y nadie se podía meter con ely ni con Angel.
-Debes detenerlo—le rogó Charlie. Angel saco su celular de su pecho, grabo un corto vídeo y lo envío a quien sabe dónde. Todos quedaron mirándolo sin entender sus acciones. El albino apunto a la pantalla de la televisora—recibimos un vídeo de Angel Dust, la actual pareja del demonio radio. Explica que deben mostrárselo a Alastor—se pudo ver el momento que trasmitían el vídeo por todas las pantallas de la ciudad pentagrama , incluyendo los carteles de publicidad que aún estaban en pie. Alastor detuvo la matanza, giro su rostro hacia alguna pantalla. Sonrió y volvió a su estado original, sonriendo con si él fuera totalmente inocente. Con su báculo se teletransporto.
-Listo, bebé—le guiño el ojo a la rubia mientras recibía a su novio entre sus brazos. Verdaderamente había creído que lo había perdido. Aún sentía latente el sentimiento de abandono, por lo que se aferró con garras y dientes al cuerpo del ciervo—no te vayas nunca más, idiota—le dio un golpe simbólico mientras unas lágrimas se escapaban.
-Jamas querido, jamás me iré de tu lado—le correspondió el abrazo mientras un par de ojos los miraba como si fueran un par de locos (y si que lo eran)
-Están todos enfermos, me largo—el gato había soportado más de lo que podía. Se refugio en su bar, tomando una botella desconocida.
-Así nos amas—Angel le tiró un beso al aire. Alastor le tiró una mirada de advertencia, para que Husk no hiciera nada extraño. El aludido giro los ojos. Molly se reía de la situación, un tanto nerviosa pero asumiendo que debía acostumbrarse a aquellas locuras—¿Me sirves un trago Husky?—dijo la rubia mientras se sentaba en su l bar.
-¿Husky? Son los dos hermanos tal para cual—le sirvió un trago bueno en un vaso limpio. Fue considerado y caballeroso. Angel sonrió cómplice ¿El gatito se estaba enamorando de su hermana? Eso solo el tiempo lo diría.
- No vuelvas hacer eso Al—Charlie reto al demonio radio. Ella hacía todo lo posible para salvar a los pecadores.
-Tranquilo querida, nadie salió lastimado. Aún...—sonrió mostrando sus colmillos. Se fueron todos cada uno a su habitación y también la pareja, que se juro amor eterno bajo el resplandor de ciudad pentagrama. El viaje había sido largo, su amor tuvo que soportar varias barreras. Pero allí estaban, los dos enamorados y contentos por fin. Quien hubiera pensado que el infierno iba a ser su propio Edén. Donde realmente llegarían a ser feliz al lado del otro. Alastor lo contemplaba dormir sin poder asimilar cómo había llegado hasta este punto. Siempre repudio las relaciones y el contacto íntimo. Tenía miedo de que alguien más lo descubriera y lo mirara con aquellos ojos asustadizos. Además que la mayoría de las personas estaban igual o más enfermas que él, aunque no lo aceptarán. Odiaba la hipocresía y la mentira más que nada en este mundo. Por ello con Anthony fue diferente. El fue honesto desde el principio y vivió su vida como quiso. Conquistó su corazón cuando lo acepto entero. Con su sed de sangre y todo. Le beso la cabeza y por primera vez en siglos se durmió tranquilo al lado del amor de su vida.
FIN

-- Aquí termina esta historia. Se que nadie las Lee mucho, pero para mí ha Sido una terapia escribir. La próxima historia que estoy armando es muy personal, ya que tiene que ver con un suceso en mi vida que me afectó pero más a la gente de mi entorno. Gracias por leer los que la leyeron--

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