Continuación del capitulo 40 "Por favor...No te vayas"
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El 20 de diciembre se hizo presente los copos de nieves se hicieron presentes en esa noche fria.
La casa del abuelo estaba siendo bien decorada, Emma y Ray hicieron que la felicidad vuelva a ese hogar, para el abuelo.Ese hombre que había perdido todo y sin querer unos años antes en una fuerte tormenta, encontró a esa niña tirada en la fría nieve... Aunque ella no recordara nada, el hombre la crió como si fuera su hija o casi nieta por esos dos años, hasta que un día ella había encontrado a su familia.
La chica se había ido por unos meses donde sus hermanos vivía hasta que recibió la noticia que iba a volver a vivir con él, acompañada por uno de sus hermanos.
Cuando Emma había llegado a esa montaña en plena primavera, aunque tenia mas energía que su hermano, mas bien Ray había llevado su maleta, dejando que Emma no cargara nada y le indicara el camino a la casa.
—Vaya...— el hombre se sorprendió al ver a la niña de finos cabellos rojizos y su peculiar sonrisa alegre —Cuanto tiempo— sonrió al acariciar aquella cabeza y con su mirada busco al otro chico
—¡Si! ¡Cuanto tiempo abuelo! Ray viene atrás... Con las maletas... Aunque él las quiso cargar como terco, cuando paramos en la estación — se quejo la chica haciendo reír al hombre —¿Que hacías abuelo?— cuestiono curiosa al olfatear y oler algo
—Estaba preparando café y una tarta de manzana ¿Quieres ayudarme? Tu hermano vendrá cansado desde allí abajo —hablo mirando como ella asentía e ingresaba a la casa con alegría
Emma se dirigió a lavarse las manos primeramente antes de comenzar a preparar la tarta junto al mayor que se estaba encargando de la cafetera, mientras que preparaba las tres tazas, hasta la llegada de Ray al hogar.
Esos dos meses habían sido buenos para ambos jóvenes, ya que si, necesitaban tiempo para ambos, fuera de cualquier otra vista, pero aun así solo eran amigos aun. Pero eso no contaba que ambos pueda ser algo más, mas adelante.
Ray miraba como Emma colgaba las guirnaldas en el hogar y después por las paredes con algo de ayuda.
—Sigue estando mal...—hablo el azabache al apartar rápidamente su vista cuando Emma lo vio con enojo.
—¡Entonces ven y hazlo tu! —chillo al bajar de la silla y darle las guirnaldas
—Podias pedirmelo mucho antes —Se quejo este mirando como ella hacia un puchero con su rostro, haciendo que él sonría —Mira y aprende como se hace —se burlo al subirse a la silla y comenzar a colgar las guirnaldas, pero nunca antes pensó que Emma comenzaba a moverle la silla —¡Oye! ¡Detente!— pidió al mirarla con seriedad
Emma solo sonrió y se alejo viendo como Ray volvía con lo suyo, solo pateo la pata de la silla un poco fuerte para que salga de ahí rápidamente antes que el azabache le diga algo. Se dirigió a la cocina para sacar las galletas de jengibre del horno, y avisarle al abuelo que ya estaba lista.
—¡Emma golpean la puerta!— la voz de Ray resonó haciendo que ella la escuche y vaya cruzando la sala, para abrir esa puerta viendo como unos de sus hermanos estaban presentes con una sonrisa alegre
—¡Emma!—Phil salto encima de ella abrazándola
—¡Phil! —Gilda lo regaño por haber sido tan apresurado haciendo reír a Emma
Con una sonrisa vio a los tres presentes, Gilda, Don y Phil estaban ahí.
—Llegaron temprano —la voz de Ray sonó detrás de la pelirroja haciendo que lo vea y él le acariciara su cabeza —Los esperábamos el 24 de diciembre —comento al posar otra mano en la otra parte de la cabeza de la pelirroja y comenzando a acariciarla y desparramar el cabello de ella