46.- Pequeñas lagrimas

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Esa noche; Esa misma noche de lluvia Él se encontraba tendido en el suelo frío y húmedo, estaba sangrando sintiendo como su amado estaba haciendo presión en esa herida, mientras sollozaba por lo bajo... Él desprevenidamente levanto una mano a donde estaba Ella, deslizando la por su rostro

— ¿Por que lloras Idiota? — hablaba débilmente el azabache mirando como la chica mantenía las lágrimas en su rostro

— Eres un idiota, me hubieras dicho que ibas a hacer esto y te ayudaba — comentó Emma sintiendo como su voz se rompía cada vez mas

—¿Como podría pedirte esto? Si tu estas... — él vio como esos ojos se abrían con sorpresa

—¿Como...

Ray sonrió con tristeza —Es evidente... Te conozco como la palma de mi mano —comentó débilmente al sonreír triste

Emma mordió su labio inferior sintiendo seguían cayendo las lágrimas de sus ojos, ella suspiro y enmarco sus cejas —Nunca te perdonare si mueres — hablo inmediatamente siguiendo con la presión en la lastimadura

Ray sonrió altivo, mirando como su amada seguía haciendo presión en esa lastimadura.
Algo estaba claro alguien los miraba desde la distancia.

El pelinegro acaricio la mejilla por ultima vez de ella, antes de ver como dos hombres se la llevaban, aunque Emma peleara por soltarse o gritara, se la habían llevado igual.

—Descuida, Emma estará bien y no solo ella también... El hijo o hija que espera de ti. — esos ojos azules lo veían con odio a ese azabache

Ray sonrió triste, haciendo que esos ojos aumenten el odio y la rabia — Sabes, nunca te tuve algún remordimiento o algún tipo de odio... —él comenzó a toser —Gracias... — agradeció antes de cerrar sus ojos

Esa persona lo vio con tristeza antes de dar la vuelta e irse, sus pasos ya se sentían lejos del lugar y después los ruidos de los autos comenzaron a sonar desde lejos.

Oye... ¡Oye!

La vos de una chica se sentía a lo lejos, Ray ya no sentía su cuerpo, solo sentía como si de un mar de agua se tratara, sin temperatura o color, solo sentía paz y tranquilidad, y solo veía oscuridad a su alrededor.

Habian pasado tres dias Emma se encontraba sentada en la mesa sin tocar la comida que le estaban dando en esa casa.

—Emma debes de comer, no olvide en que condiciones estas… — la voz de esa persona resonó en los oídos de Emma la cual se estremeció y aparto su mirando hacia la ventana ignorándolo completamente. Este suspiro — ¿Qué tengo que hacer para que me perdones? — Cuestiono viendo como el ceño de la chica se volvía aun mas serio — ¿Sabes que lo que hice es por tu bien? No me disculpare por algo sin sentido como eso. — ahora el ceño de él comenzó a fruncirse

— Primero no debías matarlo — aseguro la pelirroja sin repudio alguno en su palabra — No te perdonare nunca. Te odio con toda el alma Norman.

Una sonrisa apareció en el rostro blanco de él — Vaya ¿Me odias por darte un mejor futuro?

— ¿A que le llamas futuro? Arruinaste mi vida, como a la de mi… pequeño — Ray estaba en lo cierto Emma estaba esperando un hijo o hija de él, pero esa pequeña criatura nunca podría conoce a su padre —Descuida mientras que este en este lugar no te molestare — se paro de la mesa y comenzó a caminar hacia la puerta —Disfruta tu comida Norman Ratri — termino por decirlo al cerrar aquella gran puerta

El único deseo que tenia Norman era que Emma acepte aquellos sentimientos que él trasmitía por ella, pero había llegado muy tarde, Ray había ganado, mucho mas de lo que esperaba…

RayEmma °One Shots°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora