4. Dos chicos algo parecidos.

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–Oye ¿Quieres brindar conmigo? 

Nie Qiang, de cortesía Nie GuanTing, era un discípulo mayor de la secta Nie, hijo de Nie MingJue. La verdad tras Nie GuanTing era que fue adoptado por Nie MingJue a la edad de 11 meses. Alguien había dejado al bebé frente a la puerta de Reino Inmundo. Nie HuaiSang le había rogado a MingJue que lo dejara adoptar al niño, pero MingJue había decidido adoptarlo él, ante el pensamiento de que HuaiSang era muy joven para ser padre.

–No gracias, soy intolerante al alcohol.

La respuesta del discípulo de Jiang dejo confundido al Nie, pues era sabido que ninguna persona de Yunmeng Jiang despreciaba un buen licor. Mas no le tomo importancia y se dirigió al siguiente chico que vio.

–¡Oye! ¿Quieres brindar conmigo?

–Lo siento discípulo Nie, las reglas del clan Lan no me lo permiten.

–Oh, sí, igual acabas de…

Y ahí el joven Nie se quedó callado, observando como el Lan se marchaba, más que confundido. Estaba seguro de haberlo visto segundos antes con el cabello corto y las ropas de Yunmeng. Mas ignoro todo aquello, suponiendo que era producto de las dos copas de vino ingeridas, por lo que fue a sentarse con los demás discípulos del clan Nie.

Al día siguiente.

En la tarde todos los discípulos tenían clase de espada o irían a cacerías nocturnas si la presencia del clan Jin era necesaria. Aquel era el primer día de clases del grupo, por lo que estuvieron tomando sus clases de espadas en grupos separados.

Jin ZiXuan se encontraba supervisando la postura y los ataques de todos sus alumnos, y se encontraba supervisando la pelea entre su hijo y su sobrino.

Los movimientos del Wei eran agiles, veloces, y al saber que aquello era un entrenamiento también eran suaves, compasivos con su adversario. A RuLan le costaba demasiado seguirle el paso a su primo, razón por la que se frustraba y terminaba descargándose en cada choque de espadas.

–¡Touche!

Con aquella extraña palabra, Wei Yun le dio el golpe de gracia a Jin Ling, tocando suavemente su pecho con la punta de la espada.

–¿Por qué siempre dices eso? –Interrogo Jin Ling con mala cara.

–Mamá me lo enseño, dice que es divertido.

–¡Muy bien jóvenes! Nuestro A-Yun ha vuelto a ganar ¿Alguien más quiere practicar con él? Vamos niños, cuando haya cadáveres feroces no van a esperar a que alcen la mano para pelear.

–Sea quien sea puedo vencerlo con los ojos vendados! 

JingYi presumió de sus dotes, y termino poniéndose una venda color negra en sus ojos, no le quitaba del todo la visión, pero si lograba que las cosas se vieran borrosas. 

–Yo lo derrotare con gusto.

Jin ZiXuan sintió como se le iba el alma del cuerpo. El gemelo de su sobrino estaba ahí, tan radiante como habían hablado con su esposa que sería el niño. Junto a el venia Ouyang ZiZhen, alguien que parecía haberse convertido en un gran amigo del chico.

El joven Lan, sin querer verse arrogante, pero tampoco aprovechado, cubrió sus ojos con su cinta de la frente, quedando con la misma visión del otro joven.

–Muy bien… si quieren pelear asi… comiencen.

Salió de la zona destinada para la pelea, y rápidamente ambos jóvenes empezaron a luchar.

Los movimientos de ambos eran feroces, pues el Lan había empezado con todo, y el Wei no iba a ser compasivo con este.

Los choques de sus espadas causaban que chispas salieran de las mismas, las cuales se movían casi en sincronía, como si pensaran los mismos ataques en todo momento. El duelo los obligo a ambos a salir de la zona en la que se encontraban, mientras esquivaban o atacaban.

La maestría del joven Lan en el uso de la espada se notaba, y a pesar de tener solo 12 años, era obvio el constante entrenamiento al que se veía obligado.  La fuerza de su brazo también era sorprendente para el Wei, pero esto se debía a que no sabía cómo se implementaban los castigos en la secta Lan.

SiZhui debía admitir que admiraba la manera en la que el Wei combatía, no era elegante, pero tampoco era fuerza bruta. Era inteligente, y cada movimiento salía fluido. En todo el combate, entre idas y vueltas, terminaron en los establos de los caballos de la secta Jin.

Hubo un momento en el que el Lan se vio acorralado entre el heno para alimentar a los caballos, por lo cual JingYi intento tomar ventaja. ¿Quien hubiera pensado que SiZhui lanzaria su espada al aire, y giraria alrededor de JingYi? La habilidad del joven de cabello largo era envidiable. No muchos discípulos manejaban tan bien la espada a esa edad. JingYi gruño al ver esto, él aun no podia controlar su espada con energia espiritual, solo podía hacerlo con su mano, por lo que hablo con un tono lleno de envidia.

—Ja, eso fue bueno.

—Gracias.

El habla cantaría de SiZhui realmente logro su objetivo, molestar mas a su contrincante para lograr que sus movimientos fuesen erráticos.

El combate siguio por una pequeña escalera de heno, por donde se podía bajar facilmente los bloques para alimentar a los caballos.

SiZhui de verdad no quiso ser malvado, pero cuando su espada toco el pecho de JingYi, no se dio en cuenta que detrás de ellos estaba el agua de los animales, mucho menos que estaban al final de aquella escalera de hierba seca. Como resultado JingYi quedo empapado de todo esta agua.

–¡Iug! Oye, jugaste sucio.

–Lo siento, de verdad, déjame ayudarte. –La mano de SiZhui se extendió hacia el empapado muchacho.

–No, mejor yo te ayudo a ti. –Y rápidamente JingYi había logrado que el Lan cayera a su lado en el agua.

–¡Que malo! ¿Por qué lo hiciste?

–¿yo? Tú me empujaste al agua primero.

Pronto Jin Ling Y ZiZhen, junto con los discipulos de los clanes Lan y Jiang, se encontraron ayudando a sus respectivos amigos, y ambos comenzaron a secarse como podían, sin quitarse la venda de los ojos.

–Bueno, eso fue un impresionante combate. Ahora ¿Qué les parece quitarse las vendas y estrechar sus manos?

Jin ZiXuan hablaba demasiado nervioso, mordiendo sus labios mientras veía a los discípulos de diferentes sectas quitarse las vendas.

Cuando se miraron a los ojos, ambos chicos quedaron impactados con lo que veían. Todos los demás discípulos los miraban con asombro, y es que ambos chicos eran exactamente iguales.

Más la sorpresa al Lan no le permitía ser maleducado e intentando parecer inexpresivo, estiro su mano hacia su contrincante. El Wei, aun en shock, estiro su mano hasta la ajena.

Y cuando estas se tocaron, el choque electrico que recorrio sus cuerpos los hizo separar sus manos rápido, mirandose sorprendidos. El mismo pensamiento paso por la cabeza de cada chico "Yo te conozco".

La sorpresa de JingYi duro poco, pues al notar que aquel chico no era un espejo, dejo de tomarle atención, pero el que todos estuvieran atentos a ellos, era algo que le apenaba.

–¿Por qué todos nos miran?

Susurro con timidez.

Tu a Gusu y yo a YummengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora