2.- El primer día

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El horario consistía de un buen número de materias, todas obligatorias: Herbología, Pociones, Encantamientos, Defensa contra las Artes Oscuras, Historia de la magia, Astronomía, Transformaciones, y en caso de los de primer año, la clase de Vuelo. Hasta lo que Yoosung sabía, Herbología era su primer clase del día, iniciaba a las ocho, se despertó a eso de las siete y Saeran seguía dormido.
—Oye, despierta. Tenemos el mismo horario, ¿no? —lo sacudió.
Saeran frunció el ceño en sueños y le dio un manotazo.
—¿Qué hora es? —balbuceó, apenas abriendo los ojos.
—Las siete. Date prisa si quieres desayunar.
El chico dio un salto al oírlo. Empezó a vestirse rápidamente.
—Si quieres, te espero en la sala común.
Yoosung salió, cerró la puerta y se sentó en la sala común, aguardando a que Saeran saliera, a los cinco minutos, salió, con el cabello todo alborotado. Yoosung le hizo una seña para que fueran al gran comedor, por suerte, al tener las cocinas tan cerca no tenían que dar muchos rodeos y en solo unos minutos estuvieron ahí. Habían muchos alumnos desayunando todavía, apenas sentarse la comida apareció en el plato. Saeran se sirvió pollo, Yoosung tomó un omelette.
—¿Sabes qué tan lejos queda Herbología? —le preguntó a Yoosung, dando un gran mordisco a su pata de pollo. No se veía de tan buen humor.
—También soy de primer año —respondió, encogiéndose de hombros—. Así que mejor apúrate.
Saeran siguió en lo suyo, masticando el pollo como si se le fuera la vida en ello.
—¿Estás molesto? Qué culpa tiene el pollo —dijo Yoosung, mientras comía su propia comida.
El niño fingió no oírlo y se acabó todo el plato. Al terminar, se puso la mochila al brazo.
—Vámonos.
Yoosung ya había terminado así que dejó los cubiertos a un lado y lo siguió.

                                                                            • • •
Los invernaderos se encontraban detrás del castillo, llegaron con poco tiempo de sobra. Saeran se sorprendió al ver que además de sus compañeros de Hufflepuff, había alumnos de Gryffindor, eran mucho más númerosos que ellos, habían sido seleccionados por lo menos quince alumnos. Divisó a Saeyoung a lo lejos, su hermano lo saludó con la mano. El profesor ya estaba ahí, debía estar en sus treintas, tenía el cabello marrón claro y ojos cafés, su atuendo era un traje sencillo. Neville Longbottom, quien no llevaba mucho tiempo dando clases en Hogwarts.
—Buenos días. Soy su maestro de Herbología, el profesor Neville Longbottom. Vengan, anímense a acercarse.
Los alumnos de nuevo ingreso se acercaron a las mesas de madera que se encontraban en el centro. Había muchas plantas alrededor y encima, destacaba sobretodo una gran masa de enredaderas. Esta zona en especial estaba más oscura que el resto, debido a las preferencias de la humedad y oscuridad de la planta.
—Les pido precaución con este en especial. Se trata de lazo del diablo.
Un alumno de Gryffindor levantó la mano. Era un niño pecoso, con el cabello pelirrojo, el maestro le cedió la palabra.
—¿No es muy peligrosa?
—Son inofensivas si uno sabe relajarse. Les daré una demostración.
Longbottom acercó su brazo a la planta, que rápidamente lo atrapó. Unos niños soltaron una exclamación, viendo como se cernía más y más alrededor de él. El profesor inhaló y exhaló, provocando que la planta empezara a soltarlo.
—Otro método es usar el Sol o el fuego para facilitar el escape. Normalmente, son utilizadas en la defensa. Hace muchos años, Harry Potter, Hermione Granger y Ron Weasley se liberaron de un ejemplar más grande que este.
Todos conocían a Harry Potter, cómo no. Si el mundo mágico estaba a salvo ahora, en parte fue por su influencia, aunque pocos conocían de sus aventuras más específicas, a menos que pertenecieras al colegio en aquellos años. La clase se veía maravillada, Neville sacó su varita, aclarándose la garganta:
—¡Lumos solem!
El lazo se contrajo, mostrándose mucho más inofensivo.
—En el peor de los casos, pueden hacer uso de este hechizo. O si tienen llamas azules... Ya irán viendo.
Saeran intentó tocar el lazo, Yoosung le apartó la mano antes de que pudiera hacerlo, murmurando algo como: "no seas tonto".
Tomaron notas respecto al lazo del diablo, su hábitat, su función, las formas de liberarse y sus cuidados. La siguiente clase era Pociones, a las nueve. Yoosung salió primero que Saeran, así que este último, aprovechando su ausencia se acercó al maestro.
—¿Cree que pueda llevarme parte de la planta? —preguntó él, sosteniendo más fuerte los tirantes de su mochila.
—¿Te gustan mucho las plantas? —Neville se quitó sus guantes de jardinería, para verlo directamente.
Saeran asintió efusivamente. En su casa tenía algunas plantas muggles, sobretodo flores. Lirios, rosas, crisantemos.
—Creo que sería demasiado pronto llevarse uno, pero, si veo que te desempeñas bien en la materia, puedo ofrecerte que te lleves algo. ¿Qué opinas?
—Está bien —se iba a esforzar en la asignatura, si eso le permitía experimentar con las plantas que tenía que ofrecerle el mundo mágico—. Muchas gracias, profesor —se despidió.

Dos Hufflepuff: Una misma neuronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora